Un relato probable, de futuros escenarios en nuestra Historia como especie y como proceso de la vida

En distintas ramas del saber y de actividades humanas corren similares futuribles, en todos los casos se habla de posibles cataclismos que generados en esa rama de actividad influirían en todo el conjunto comprometiendo el destino futuro de nuestra especie.

Así, la desertificación creciente, la contaminación de las tierras y las aguas,   la destrucción de la capa de ozono, el calentamiento creciente de la superficie del planeta, el pronto agotamiento de las fuentes de energías  no renovables, el avance descontrolado de la tecnología, la creciente y monstruosa desigualdad de riqueza y disposición de recursos entre una ínfima minoría y enormes conjuntos humanos, el descongelamiento de los polos, por mencionar algunos van configurando una “mirada conjunta” no muy halagüeña sobre el futuro cercano de nuestra especie.

Hay, quizás algunos casos excepcionales, ligados a especialmente avances tecnológicos y de organización social espontanea de las bases humanas que podrían eventualmente contrarrestar y restaurar el equilibrio perdido, pero,  en el caso de la tecnología  por ej las computadoras cuánticas, es claro que éstas solo (si es que fuera posible fabricarlas) estarían al servicio de esa ínfima minoría rica y no llegarían al resto de la humanidad, y en el caso de los movimientos sociales, tampoco parece posible que pudieran sostener una actividad constante y creciente en distintas zonas del planeta sin una idea-fuerza común que toque las sensibilidades y los corazones de las personas y las haga unirse en una lucha común en un periodo de tiempo cercano.

Hoy asistimos a un evento único en nuestra historia: estamos en presencia por primera vez de una civilización única  cubriendo todo el planeta, por ej. se vive en tiempo real lo que sucede a miles de kilómetros gracias al avance de las comunicaciones,  y por tanto el éxito o fracaso de esta civilización  afecta sin lugar a dudas la continuidad y el futuro de la historia humana.

Hubo en el devenir de la historia otros momentos similares que afectaron a civilizaciones y/o conjuntos humanos que tenían el mismo carácter de únicos puesto que no sabían de la existencia de otros en otras zonas del planeta.

Y, en todos los casos estudiados por los antropólogos, historiadores,   y otras ramas del conocimiento humano se ha podido observar un muy curioso funcionamiento de nuestra especie, más específicamente de la conciencia humana, es decir:

Todas las crisis civilizatorias, o de grupos humanos en la prehistoria, los pithencanthropus, los australopithecus, neandental, trogloditas, sapiens, etc. En todos los casos han sido crisis autogeneradas, es decir que eran los propios grupos de humanos o pre humanos los que creaban condiciones para que la conciencia diera respuesta de un modo nuevo e imprevisible a la situación y habilitara una salida que abriera el futuro.

Así pasó por ej. en el “salto cuántico” de cazador-recolector a domesticador de plantas y de animales, se produjo un salto que cambió radicalmente la forma de vida pasando del nomadismo a la generación de núcleos sedentarios que dieron lugar a desarrollos posteriores, hay muchos otros ejemplos que se pueden rastrear en la investigación histórica y antropológica.

En el caso que nos atañe, es decir el momento actual, parece evidente que esta crisis global que nos afecta en este caso como especie también tiene las características de ser autogenerada y  por el propio proceso de  la conciencia, creadora de nuevas  condiciones para su desarrollo.

Claro, el relato histórico no asegura que el salto se vaya a producir si o si, porque se trata de un momento de crisis y de “desacomodo” en el cual es posible la aparición de una respuesta adaptativa creciente o no; en todo caso no se trata de un proceso mecánico con momentos de crisis y de cambio mecánicos sino de un verdadero proceso de desarrollo y creación de condiciones de crecimiento, o de detenimiento e incluso de extinción como posibilidades procesales.

En la medida en que se observa que la conciencia va modificando el mundo que la rodea y de ese modo va creando condiciones que la modifican a ella misma es posible comprender estas reflexiones. Hoy la gran mayoría de los seres humanos vivimos en un mundo no natural, vivimos en un mundo que la conciencia ha “humanizado” transformando según sus propios deseos y necesidades, todo lo que nos rodea y los objetos que utilizamos no existen en la naturaleza en el estado en el que los tenemos, sino que han sido modificados por la acción humana; esa misma acción humana es la  que ahora está creando condiciones de crisis para nuestra especie e impulsándola en dirección de producir un nuevo salto de crecimiento y comprensión de la Conciencia que habilite la posibilidad de nuevos desarrollos y horizontes de conocimiento, comprensión y experiencias.

Desde esta mirada aparece una nueva comprensión sobre el relato de Silo “El Día del León  Alado” como futurible posible y probable, coincidente además con lo que en los medios científicos denominan La Singularidad y que pronostican para los próximos 10 a 12 años.

Las lecturas e interpretaciones comentadas al comienzo de este escrito atribuyen a cambios externos la generación de las crisis, y ven como efectos secundarios lo que puede pasar con las personas y los conjuntos humanos, algunos más van generando una suerte de ideología en la cual el Ser Humano aparece como malvado o destructor o alguna otra cosa igual de desagradable, en casi ningún caso se visualiza a los hechos externos como síntomas de un momento de desarrollo de la conciencia, de la especie y por último de la vida en el que será posible la apertura a nuevas fronteras de desarrollo y conocimiento para lo cual será necesario superar las diferencias, tomar conciencia de sí y de especie y avanzar a una nueva forma de organización social que tenga como eje central el concepto de Nación Humana Universal.