El pasado 10 de enero, Jean Marc Pelenc, presidente de la sección francesa del movimiento abolicionista del IRA, aterrizó en el aeropuerto de Nouakchott al frente de una delegación de tres personas. Apenas salió del aeropuerto, unos hombres uniformados lo detuvieron, se lo llevaron, le informaron de su expulsión y lo embarcaron en el primero avión hacia Marsella.

El IRA Bélgica pide al gobierno mauritano una reforma profunda del personal del Estado

A pesar de que Jean Marc Pelenc tenía un visado válido, para otros él figuraba en una lista de «persona non grata». La noticia de la expulsión del presidente de la primera sección europea del IRA en Europa provoca vergüenza a las autoridades que se apresuran a anunciar que esta expulsión es «un error». El ministro de Relaciones Exteriores informa al embajador de Francia que Jean Marc Pelenc está invitado a regresar a Mauritania si así lo desea.

Jean-Marc Pelenc, IRA Francia

Pero sorpresivamente, al día siguiente, una diplomática, la Sra. Mariem Mint Aoufa, directora del departamento América-Asia del Ministerio de Relaciones Exteriores publicó un tweet diciendo «la expulsión de un Judío, que a través de sus vínculos con Charlie Hebdo, ofende a la religión islámica al tratar de ingresar en la tierra de la luz y de los Almorávides».

Argumentos inventados y que atestiguan, de ser necesario, que a pesar de la elección de un nuevo presidente en junio de 2019, el Estado sigue estando infiltrado en todas sus instituciones por elementos racistas, promotores de una arabidad que ignora a la mayoría de negros, fervientes de la violencia religiosa, agentes de persecución de los defensores de la igualdad y los derechos fundamentales de los ciudadanos así como también de los antifranceses.

El 13 de enero, la Sra. Mariem Mint Aoufa dimitió de su cargo y presentó sus disculpas, dejando a la comunidad internacional perpleja en cuanto a la credibilidad que debe concederse a un Estado mauritano ahora y siempre manipulado por elementos extremistas y noticias falsas.

Como lo remarcó Bruno Canivic, secretario general del IRA Francia que, en la ausencia del presidente Jean Marc Pelenc, prosigue los contactos previstos en Mauritania: «el trabajo es enorme, pero acogemos con satisfacción la voluntad de apertura del gobierno mauritano sobre todo porque que los mauritanos con los que nos reunimos están dispuestos a un funcionamiento más democrático del Estado».

Los activistas del IRA Bélgica piden al presidente Mohamed Ould Cheikh El Ghazounai, portador de esperanza de una nueva generación, que emprenda lo más rápido posible una reforma profunda del personal del Estado, la cual garantice, mediante una auditoría independiente, la adecuación de los principios enunciados con los diplomas y competencias de sus funcionarios y que destierre todo privilegio o derecho vinculado al sistema de castas feudales.

Para que la República islámica de Mauritania avance, de manera lenta pero segura, hacia el objetivo de una democracia que respete los derechos humanos para todos.

Bruselas, 20 de enero de 2020

Contactos: 0478/503 727 y 0492/504 092

Maryvonne Maes,

Ira Bélgica


Traducción del francés por Maria Paula Alvarez