La destacada escritora nigeriana inauguró la novena versión del Congreso Futuro. Durante su discurso, habló sobre temáticas de género, literatura y discriminación.

El Congreso Futuro comenzó hoy su novena versión, la cual abrió en Santiago con la charla de Chimamanda Adichie, la destacada escritora, cientista política y comunicadora feminista nigeriana en el salón Vivir. El discurso inició con la frase “Un mundo de hombres y mujeres más felices y más honestos consigo mismos. Ser feminista no es solo cosa de mujeres”.

En medio del escenario, la escritora agradeció la invitación y expresó la felicidad de estar en Santiago. Continuó hablando de su infancia, en la que relató los inicios de su lectura y escritura: “Fui una lectora temprana. Todos los caracteres eran blancos y de ojos azules, comían manzanas y jugaban en la nieve. Las cosas cambiaron cuando descubrí los libros africanos”. Luego, abordó las oportunidades que ha tenido en cuanto a sus estudios y los prejuicios a los que se ha enfrentado.

En la charla se trataron además los prejuicios que tienen las personas de territorios africanos, y las complicaciones que vienen con ellos. La autora de El Peligro de La Historia Única, tal como cuenta en su libro, destaca que tales formas del relato sesgan las creencias y limitan los relatos. A modo de ejemplo, contó: “Una vez una compañera me dijo que le mostrara mi música, insinuaba que solo escuchaba música tribal, pero se impresionó cuando descubrió que escuchaba a Alicia Keys, me decían que era como si yo no fuera africana”.

“Hoy los hombres leen novelas de hombres y las mujeres de mujeres y hombres”, afirmó Adichie, dando a entender que es por ello que las mujeres tienen una visión más completa de la realidad y los hombres una visión única. Aseguró también que esta práctica disminuiría la violencia que hoy existe.

Añadió que hay una “normalidad” blanco y hombrecentrista: Entre lineas dejó ver que existe urgencia para cambiarla y para hacerlo debe aumentar el consumo de literatura de diferentes culturas: “Extender las fronteras, entender que la literatura es universal en todo sentido”, concluyó.

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