Informe “Situación de los Derechos de las Mujeres Indígenas en el Perú”, de la Defensoría del Pueblo, revela las graves brechas que recaen sobre las mujeres indígenas. 

Por Patricia Saavedra

Servindi, 21 de diciembre, 2019.- Llegaremos al bicentenario siendo un país con mucha desigualdad. Así lo estimó la Defensoría del Pueblo durante la presentación de algunos de los resultados del informe “Situación de los Derechos de las Mujeres Indígenas en el Perú”.

Y es que, si bien en lo que respecta a avances en igualdad de género, durante el 2019 Perú no registró progresos –según Índice de Desarrollo Humano 2019 (IDH) del PNUD–, la situación es más grave en el caso de las mujeres indígenas, quienes concentran mayores vulneraciones a sus derechos.

Embarazos precoces, violencia, feminicidios, escaso acceso a la educación y salud, desplazamiento por el avance de ilícitos (minería ilegal) o por el impacto del cambio climático, discriminación, subvaloración, entre otros, son parte de estas sistemáticas vulneraciones.

De acuerdo al último censo, son aproximadamente 3 millones de mujeres indígenas por autoidentificación, es decir, la décima parte de la población nacional. Sin embargo, medio millón de ellas no sabe leer ni escribir.

Especialmente grave es la situación de las mujeres asháninkas –el pueblo indígena más numeroso del país–, cuyo 23% no alcanzó ningún nivel educativo, es decir, casi una de cada cuatro mujeres de este pueblo.

Imagen: Servindi.

Violentadas desde varios frentes

Entre las revelaciones más graves dadas a conocer por la Defensoría, fue que 3 de cada 4 mujeres indígenas quechuahablantes sufrieron violencia por parte de su pareja o compañero, es decir, el 74% de ellas.

Del mismo modo, un 11.5 % de este grupo sufrieron violencia sexual, y un 16.5% sufrió algún tipo de maltrato físico por terceros.

Participación incipiente

Si bien parte del camino al empoderamiento de las mujeres indígenas tiene que ver con su nivel de participación, este aún es escaso, especialmente si hablamos de participación efectiva.

Así, según se expuso en la presentación de este informe, si bien las candidatas indígenas se quintuplicaron en los últimos cuatro procesos electorales, estas no alcanzan a ocupar cargos como regidoras o alcaldesas.

Esto se debería no solo a que aún necesitan mayor capacitación o fortalecimiento, sino especialmente a que confluyen factores como la discriminación y el acoso político. Siendo así que en 2018 solo 35 mujeres indígenas lograron ser electas.

Consulta previa

De otro lado, en procesos propios de los pueblos indígenas como la consulta previa, de acuerdo al Ministerio de Cultura, han sido hasta la fecha 149 mujeres indígenas las que han participado en la etapa del diálogo de 32 procesos de consulta –frente a 496 hombres que participaron de la misma etapa–.

Sin embargo, en 13 de estos procesos, ninguna mujer indígena participó de esta etapa, la más importante del proceso, donde se negocia, se toman decisiones y se definen los acuerdos.

Alicia Abanto, Adjunta para Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo: «Como defensoría tenemos que encontrar una alternativa cultural para protegerlas», en relación a la grave vulnerabilidad que sufren las niñas indígenas.

Niñas indígenas: los seres humanos más vulnerables

Siete de cada diez mujeres indígenas víctimas de violencia sexual fueron adolescentes. Asimismo, 5013 niñas madres –entre 12 a 14 años, principalmente en la Amazonía–, tuvo como causa principal de maternidad la violencia sexual en el contexto familiar.

La situación se agrava especialmente ya que las niñas indígenas están desprotegidas a todo nivel, incluso dentro de sus comunidades como por sus autoridades locales, porque la cultura local tampoco es capaz de protegerlas como se debe, así lo explicó Alicia Abanto, de la Defensoría del Pueblo.

Sin embargo, Abanto también se remarcó que, para proteger a estas niñas, es necesario “un compromiso de los propios líderes indígenas y de comunidades».

Rocilda Nunta, responsable técnica del Programa Mujer Indígena de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana Aidesep. Foto: Servindi.

“La práctica de la igualdad también es un reto para el movimiento indígena”

“La práctica de la igualdad también es un reto para el movimiento indígena” afirmó Rocilda Nunta, responsable técnica del Programa Mujer Indígena de Aidesep, quien comentó los resultados del informe defensorial.

Nunta Guimaraes –originaria del pueblo Shipibo- también afirmó que “tenemos que conocer la realidad específica de las mujeres indígenas para conocer sus vulnerabilidades”.

Sin embargo, también remarcó que “para mitigar estas brechas tiene que hacerse en coordinación con los pueblos indígenas y sus organizaciones, así como con las propias mujeres, si lo que se busca es obtener buenos resultados”.

La especialista también recordó que “como Aidesep siempre demandamos al Estado intervenir mediante el enfoque de interculturalidad, de género e intergeneracional, que son los tres aspectos importantes que siempre demandamos”.

Finalmente, estimó que el enfoque de género es la herramienta principal para buscar la igualdad. Sin embargo, que “la práctica de la igualdad también es un reto para el movimiento indígena”.

“Hay desafíos tanto desde el Estado como desde los pueblos indígenas”, puntualizó.

 

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