Por Florencia Varas*

Quien lo ve caminando por la calle jamás pensaría que este joven delgado, alto y rubio tiene 82 años.

Premio Nacional de Arte de la representación y artes audiovisuales de Chile en 2015, actor, director y dramaturgo, ha estrenado mas de 120 obras, en Chile y recorriendo muchos países de América y Europa con su repertorio. Ha obtenido en numerosas ocasiones el premio de mejor actor, ha sido profesor de varias universidades y decano en la Universidad Mayor.

Bisnieto de un presidente de Chile, José Joaquín Prieto, nacido dentro de una familia conservadora , católica y educado en un colegio de jesuitas, el San Ignacio. Le fue muy difícil convencer a su familia que su vocación de vida sería el teatro. Tuvo la suerte que su profesor de castellano en el colegio, organizara un grupo de teatro, lo que hizo nacer su vocación.

“Feliz, me encargué de todo, actuar, producir,organizar y los domingos una prima me llevaba a un teatro infantil. Mi padre había muerto y la familia, para darme seguridad económica, me instó a ingresar a la escuela de arquitectura, que se consideraba una carrera económicamente segura y respetable. Pero yo seguía trabajando en el grupo de teatro del colegio y era lo que me apasionaba. Me retiré de arquitectura y decidí estudiar teatro, pero como seguía el problema con mi familia, lo combiné ingresando a estudiar pedagogía en castellano en la universidad católica, hasta que finalmente dejé pedagogía y seguí con el teatro porque era lo que tenía en mi cabeza, en mi cuerpo, en mi corazón y quería hacer eso. Me decidí, rompí las barreras, aunque tuviera un costo fuerte, lo hice porque tenía fe en mi mismo, no porque creyera que tenía talento, pero me fuera bien o mal, yo quería estar en este oficio».

«El mundo de los actores, muy distinto a mi familia, sobre todo a la familia de mi padre, otro lenguaje, otra manera de mirar el mundo. Yo rompí la tradición familiar creando una familia en que mis cinco hijos trabajan en el teatro. Mi hija María Piedad, es productora teatral, trabaja conmigo en el teatro Camino que fundamos en 1990. Mi hija Amparo es excelente actriz. Diego, es actor, director, músico. Mi hija Emilia, es actriz y dramaturga. Mi hijo Damián es músico».

¿Si tuvieras que recordar cual es el momento más feliz de tu vida?

«En lo familiar, el nacimiento de mis hijos. La vida está hecha de tantos momentos, las cosas son tan diferentes, decir ¿qué es más o qué es menos?, en el teatro también. No me refiero al éxito económico. Para mí, es exitoso lo que quiero hacer y logro hacerlo, eso me da una alegría inmensa, qué es más o qué es menos es difícil decirlo. Hay también acontecimientos públicos que te dan alegría, yo creo que los buenos momentos están divididos por rubros».

¿Como definirías tu a Héctor Noguera?

«Qué difícil. A mí que me cuesta definir cualquier cosa. Ahora definirme a mí es mucho más complejo todavía. Te puedo hablar de ciertas características y una de ellas es la perseverancia, en todo lo que me rodea, con mi trabajo, con la familia, con mis amigos. Soy perseverante y la perseverancia trae beneficios, trae costos también, porque es difícil mantenerla, pero creo que a la larga es una característica mía que me ha costado, pero que me ha ayudado. Ser porfiado conmigo mismo. Seguir mi pasión desde el comienzo, no aflojar en eso».

 

*Florencia Varas es periodista, agregada cultural en Inglaterra desde 1990 a 1994, ex corresponsal de los periódicos The Times y Sunday Times, de Londres.