Por Dolores Pizarro Vidal

En Chile la pobreza no aumentó, pero la desigualdad sí. Faltarían hojas para explicar los argumentos a tal afirmación (las investigaciones al respecto ya fueron realizadas). Pero es latente la ausencia de la fórmula matemática que compone el balance. Y es tan simple como: Si yo como 2 panes y tu 0, el promedio de igualdad para ambos es comer 1 cada uno. Si yo como 3 panes y tu 0, el promedio de igualdad para ambos es comer 1.5 cada uno.

Esta fórmula inmutable no falla y aunque parece tan fácil de aplicar, en su trasfondo juega con los valores y principios vitales del individuo, que parece algunos ya olvidaron o no están dispuestos a transar, porque justamente auto-validan sus egoísmos, materialismos, razón, impiedad, etc.

Las groseras diferencias en Chile, tan evidentes en los últimos 30 años, son la base de este descontento nacional y esto es vox populi: no deberían extrañarnos los carteles que indican cómo personas de una comuna acomodada del país evidencian una fragmentación social con bases tóxicas y además, mal instruidas.

Lo sucedido en Mall La Dehesa ayer, me hizo recordar la película “Machuca” de Andrés Wood, ambientada en el golpe militar 1973. Los invito, a quienes no la han visto, a recuperarla y se darán cuenta que lo único que hace la diferencia es la vestimenta. Lo demás, es idéntico: los ricos, los pobres, los que oprimen, los opresores, los que luchan, los que cayan, los que dominan, los dominados, etc… Sin embargo, ahora me parece más profundo, por tanto más grave. Cómo no es posible que individuos pensantes, experimentados, elegidos para representar y ser “justos” – en el sentido de la formula arriba expuesta- pierdan la cordura, el sentido más básico y no comprendan que las bases para reformular un mejor lugar para vivir y (ni siquiera hablo solo de mi país) son los principios básicos de convivencia: la igualdad en todos los sentidos, en todas las áreas.

Cuando ayer lunes, por primera vez en este proceso, hubo manifestaciones en el Portal La Dehesa en contra de las desigualdades en el país, jamás se pensó que se abriría una de las “ollas” mejor tapadas en nuestra sociedad.

Estos compatriotas, nos llaman a la reflexión sobre un tema que existe, es real, que es a mi juicio el detonante de este estadillo social, y que llegó a molestar tanto, tanto que ya no tiene forma de parar el descontento. Se llama ´violencia sistemática´, es aquella que encontramos en las diferencias: pobres, ricos, clase media, obrera, etc… en las privatizaciones. En un sentido que casi tenemos dos Chile, el bueno que es para quienes utilizan y tienen privilegios y el otro Chile, que trabaja muchas horas, que se transporta otras tantas más, que no tiene suficiente y se endeuda 7 veces su sueldo, que no tiene tiempo para el ocio, que se traslada en metro y buses sucios y caros, que tiene barrios con basura, en comunas sin recursos para parques, que llega muy tarde a su hogar y se levanta al alba. Los mismos que –al otro Chile- les limpia los baños, cuida sus hijos, es obrera, administrativa y mucho más. Y casi como una dicotomía, es la misma “gente trabajadora” que hace la pega sucia, gana poco y está protestando es decir: Los Machucas…

Las palabras expuestas ayer en los carteles de La Dehesa, decían ( y con el permiso de los lectores): “Prohibido rotear”, “Andate a tu población de mierda, roto…”

El tema se denunció por sí mismo. Tiene base en la educación, que se ha ido mezclando con lo macro y micro económico.

Podríamos tomar la palabra “roto” en varios sentidos, el primero es alguien que anda desastroso o parchado. Para la RAE: desbaratada en costumbres. Para Oreste Plath (Autorretrato de Chile) denominación para los Españoles (no a los Araucanos) que después de la Conquista del Perú, viajaban casi sin vestimenta. Luego estos viajeros, pasaron a ser “rotos” pero ya no por su aspecto, sino por su esfuerzo y “valentía”. Designación que se generalizo en todos los países.

Y como lo muestra el cartel, en Chile siguen usando la palabra para expresar el concepto de: mal educado, de modales groseros o con desprecio, en el sentido de marginal. Bueno, si “su” educación privilegiada le permite pensar, (sus) carteles estarían diciendo esto: “Andate»: No te queremos compatriota. «A tu población»: vuelve a tu grupo humano y demográfico de lo peor, vuelve allá. «De mierda»: uso de la violencia verbal, descalificación y malas palabras. «Roto»: aguerrido y valiente chileno. «…(tal por cual)»: y más uso de violencia verbal , falta de respeto sin motivo y desmedido.