¿Cómo hacer para que la población europea se informe de la amenaza silenciada y silenciosa a la que está sometida respecto al peligro nuclear?

¿Hablarán de ello en la campaña electoral los políticos españoles? ¿Se comprometerán con la firma del TPAN y trabajarán por la eliminación de las armas nucleares?  ¡Pidámoselo!

Mientras en Europa solo se habla del Brexit o de disturbios callejeros en Cataluña, distrayéndonos de los verdaderos problemas que tenemos los ciudadanos, los gobiernos bajan la cabeza y se arrodillan una vez más frente a la imposición de EEUU, participando en el juego de cómo dar respuesta a una posible guerra nuclear en suelo europeo, juego al que se ha sumado Rusia.

La población mundial y la europea, en concreto, vivimos sobre una mesa, en la que nos tienen presos y adormecidos, y alrededor de la que algunos locos juegan a la ruleta rusa con ‘balas’ nucleares.

¿Hasta cuándo la desinformación? ¿Hasta cuándo el silencio? ¿Cuándo despertaremos para comprender el peligro en el que vivimos? ¿Qué respuesta daremos?

En los párrafos anteriores, no estamos negando el derecho a la autodeterminación ni el sentimiento profundo de una buena parte de la población catalana o británica. Ni mucho menos.

Ahora bien, creemos que un porcentaje de los votantes británicos que dijeron sí al Brexit y de los catalanes que quieren la independencia han manifestado esta posición como rechazo a temas que son de otro tipo y que afectan más allá del estado en el que uno viva. Hablamos de formas de gobierno (monarquía vs república) que están en cuestión, de falta de democracia real, de la urgente necesidad de procesos constituyentes que pongan como prioridad a las personas, de la acumulación de riqueza que va pasando de todos a unos pocos de manera desenfrenada -al convertirse los gobernantes en tesoreros de lo público al servicio de lo privado-, de la amenaza permanente desde Bruselas si sube el déficit público porque ello pone en peligro los pingües beneficios de las corporaciones para las que legislan, de los precios disparados de la vivienda, de la corrupción que vertebra gobiernos, partidos, instituciones, etc., de una justicia hecha para proteger únicamente a los ricos y sus corporaciones… Éstas y muchas otras son las razones que, a nuestro parecer, están alimentando en parte a los independentismos.

Por cierto, son las mismas causas que están detrás de las movilizaciones que se están produciendo en todos los continentes de manera concomitante por otras supuestas razones.

Pero volvamos al peligro nuclear en el que vivimos y que desconocemos.

Como hemos informado, se están llevando adelante maniobras para dar respuesta a una posible guerra nuclear y se está haciendo en el centro de Europa mientras en el sur se han hecho maniobras para probar que España puede ser la punta de lanza de la OTAN ante posibles ‘riesgos marítimos’ de la Alianza. Ante esto, nos preguntamos ¿Por qué se nos oculta si somos las posibles víctimas? ¿Por qué se ha silenciado que España ni siquiera se presentara en la sesión, en la cual la ONU aprobó el Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN)? ¿Por qué finalmente Pedro Sánchez no cumplió con la promesa hecha a Pablo Iglesias –en el acuerdo de investidura- de que España firmaría dicho Tratado si no hay acuerdos que lo impidan? Son preguntas sin respuesta oficial.

Pero, seguiremos insistiendo. No nos contentaremos con ser meros observadores del peligro, la barbarie y la sinrazón.

Ante la amenaza en la que vivimos, como ciudadanos, podemos llevar a cabo diferentes acciones para visibilizarlo: desde mover nuestros ahorros o planes de pensiones a bancos o entidades que no inviertan en armas nucleares/armamento en general (banca ética), a exigir a nuestros políticos que firmen el TPAN y trabajen por el desarme nuclear activamente, entre muchas otras medidas.

En el caso concreto de España, podemos aprovechar que estamos ante una nueva campaña electoral, previa a las elecciones del próximo 10 de noviembre (elecciones de carácter estatal). Para ello, proponemos a nuestros lectores que hagan las siguientes preguntas a todas las fuerzas políticas que se presentan:

  • ¿Cuál es su posición respecto al Tratado de Prohibición de Armas Nucleares?
  • ¿Defienden su firma y ratificación?
  • Si es así, ¿Están dispuestos a defenderlo públicamente en la campaña electoral para que la población conozca el peligro en el que vive y que pueda exigir al gobierno, que salga elegido, la firma del TPAN su trabajo activo por la eliminación de las armas nucleares?

…Y que les exijan el compromiso con el TPAN y el desarme nuclear.

La respuesta -al menos en España- la conoceremos públicamente en unos días cuando empiecen a pedirnos los votos. Entonces, comprobaremos si a los políticos que dicen representarnos les preocupa la vida humana y del planeta –como expresan- o están movidos únicamente por cálculos electorales.

Por nuestro lado como humanistas, desde Pressenza e ICAN, seguiremos insistiendo. Nos alienta la necesidad de trabajar por la supervivencia de la conciencia humana y de su medio –el planeta-, del que es parte y con el que conforma un solo cuerpo… como siempre lo hicimos.