¿Quién lo hubiera pensado?

El 11 de septiembre de 1973, el ejército chileno realizó un golpe de estado al gobierno electo, progresista y socialista de Salvador Allende, el cual mantenía buenas relaciones con la entonces DDR y también contaba con el apoyo de las fuerzas progresistas del entonces Berlín Occidental. Después del brutal golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet, a ambos lados de la Puerta de Brandeburgo, separada por un muro, la gente se puso de pie y mostró su solidaridad con el sufriente pueblo chileno. Allí todas las protestas fueron detenidas, silenciadas y reprimidas por la fuerza militar de forma bárbara y, hasta el día de hoy son miles los detenidos desaparecidos.

Casi 40 años más tarde, los jóvenes se encuentran una vez más frente a la Puerta de Brandeburgo, declarando su solidaridad con el pueblo chileno que ha sufrido durante tanto tiempo a causa de la pretensión de omnipotencia de los Estados Unidos sobre América Latina, los dictadores y algunos gobiernos de turno. Hasta ahora, el gobierno chileno de Sebastián Piñera no había mostrado su verdadero rostro. Pero ahora los soldados están de vuelta en las calles y la gente está luchando pacíficamente por sus derechos. Mientras provocadores y criminales usan la situación para crear desorden y disturbios, los cuales sirven de pretexto al gobierno para enviar  a los soldados armados a las calles e imponer toque de queda. Recibimos información de 11 muertos, de miles de heridos por las bombas lacrimógenas, perdigones, y que hay cerca de 1.900 chilenos detenidos.

Pero ahora ha crecido una nueva generación de jóvenes que expresa su voluntad de libertad y democracia unidos a través de los medios sociales. Una vez más, volvimos a escuchar bajo la Puerta de Brandenburgo las canciones de Victor Jara, Intillimani, Sol Lluvia y tantos otros cantautores chilenos que lucharon en contra de la dictadura.

¿Quién iba a pensar, después de la caída de Pinochet, que tendríamos que revivir algo así?

Desafortunadamente, los motores de la guerra en los Estados Unidos, Turquía y China/Hong Kong, así como en Alemania los neonazis, se están extendiendo de nuevo. El racismo y la homofobia campean en muchos países del mundo y la naturaleza ya peligra hasta en el Amazonas.

Sin embargo, la generación joven está apostando fuertemente por el futuro, por la democracia, el medio ambiente y la libertad. Esta lucha es noviolenta y sólo aquellos que tienen algo que perder utilizan la violencia.

Pero la globalización está sacando la máscara de los rostros de opresores en todo el mundo y el número de aquellos que ya no toleran los continuos males sociales se incrementa. La libertad de opinión, la no-discriminación y el reclamo por actuar a favor del medio ambiente antes de que sea muy tarde, está creciendo en todas partes.

La gente quiere un futuro que esté marcado por una vida con naturaleza, libertad y respeto por los demás.

Este objetivo se expresó claramente en la manifestación de Berlín, en la que tomaron parte más de 700 chilenos, que han encontrado su hogar en esta ciudad cosmopolita y colorida, y también berlineses solidarios que salieron a las calles

Los participantes de la manifestación, en su mayoría jóvenes, hicieron hincapié en su enfoque noviolento.  En sus pancartas exigían un cambio del sistema social, una redistribución de la riqueza, así como la creación de estructuras democráticas, el respeto de los derechos de los pueblos indígenas y, por supuesto, la retirada inmediata de los militares y el fin del toque de queda.

Esperemos que también en otras partes del mundo, como ha ocurrido aquí en la Puerta de Brandeburgo, prevalezca la voz del pueblo y pueda surgir un mundo más libre y más justo.

Berlin Reiner Helmuth & Magaly Navarrete