Hoy, 9 de octubre, día del Paro Nacional, la tarde ha terminado con un twitt del presidente Moreno alegrándose por el inicio de los diálogos con «los hermanos indígenas»; una rueda de prensa de funcionarios del ejecutivo enunciando 6 puntos de su propuesta para sentarse a dialogar con el Movimiento Indígena y afirmando que los han conversado con dirigentes y con la mediación de la ONU; y el comunicado firme de la CONAIE, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, diciendo que «no existe ningún tipo de negociación con el gobierno, estamos más firmes que nunca porque el pueblo está decidido y pide la derogatoria de las medidas económicas». Mientras la rueda de prensa se desarrollaba y el Secretario General de la Administración confirmaba la entrada pacífica de la marcha al Centro Histórico de Quito, las bombas de gases lacrimógenos no se hicieron esperar en todos los espacios donde estaban los manifestantes. Así que, a la marcha pacífica la esperaban los gases.

Este es el séptimo día de las movilizaciones que comenzaron el día 2 de octubre a la medianoche, 24 horas después del anuncio de la medidas económicas del gobierno de Moreno. Días antes, el vicepresidente, Otto Sonnenholzner, había pedido «comprensión» al pueblo ecuatoriano por las medidas que se anunciarían. Comprensión…así que, ya las alarmas se encendieron. ¿En serio se pensó que con pedir comprensión bastaba?

Error. Los transportistas iniciaron el paro: el retiro del subsidio al diésel y la gasolina extra, pero particularmente al diésel, combustible del transporte público local, interprovincial, nacional y pesado en el país, y su consecuente subida de precio, fue el detonante. Pero el gremio negoció a los dos días con un aumento de 10 centavos al costo del pasaje local y otras compensaciones. ¿En serio se pensó que con negociar con los transportistas bastaba?

Error. Al gobierno y las élites de este país se les olvidó que existen los indígenas.¿Cómo se les puede olvidar que existen los indígenas, si son ellos y ellos la memoria de este suelo? Pues se les olvidó porque están en el olvido de la discriminación, del racismo, de la pobreza, siendo los dueños de este territorio magnífico. Pero a los pueblos indígenas no se les olvida quiénes son y qué significan. Bajaron de las montañas, salieron de su selva, fuertes y dignos como siempre han sido, como lo han demostrado una y otra vez a lo largo de la historia de este país y caminaron y se fueron sumando y recibiendo la solidaridad y el apoyo de la gente ecuatoriana que sabe que sin ellos y ellas no seríamos. Llegaron a la capital y a ellos y ellas se sumaron muchos. ¿En serio pensaron que los pueblos y nacionalidades indígenas no iban a reaccionar?

Error. La historia del país nos muestra que son los indígenas y sus organizaciones los que levantan la cabeza y la bandera de la justicia para todos y todas. Son ellos y ellas, una y otra vez postergados, los que comprenden mejor que nadie que no se trata solamente de un subsidio o no subsidio, sino de una nueva arremetida neoliberal que favorece, por supuesto, a las élites económicas de este país. ¿En serio pensaron que el paquete iba a pasar así, tranquilamente, porque gracias a él tendremos un futuro mejor?

Nuevamente error… pero ya uno comienza a pensar que tal vez no son errores sino puro cinismo. Y lo piensa más cuando observa algunos detalles y se pregunta cosas que no son de experto. Por ejemplo:

El presidente Moreno dice que los subsidios tenían que eliminarse hace décadas y algunos estudiosos del asunto dicen que es así…Pero entonces, ¿por qué no lo hizo desde el inicio de su gobierno y además, con un plan serio, paulatino, progresivo, cuidando a los pequeños campesinos, a los pescadores, a la ruralidad indígena? ¿Por qué lo incluye como la primera medida de todas las que vienen en el paquete de la negociación con el FMI? ¿Será para que todos nos fijemos solo en esa y no en todas las demás, que implican flexibilización laboral, entre otras cosas?

El presidente, el vicepresidente y todo su gabinete insisten en que toda la movilización ha sido organizada por el correísmo, con los dineros que le han robado al país en la última década y además, en coordinación con Nicolás Maduro. Entonces uno piensa, si Correa y su equipo pueden organizar esta movilización, entonces su poder es enorme, tanto, que hay que declarar Estado de Excepción para controlarlo.¿Será cierto? Y después también piensa, ¿cómo será posible que las más grandes organizaciones indígenas del país, enfrentadas con el gobierno de Rafael Correa prácticamente todo su período, le obedezcan y bajen de sus comunidades a desestabilizar el gobierno de Moreno? ¿Tanto desconocen quienes están en el poder la fuerza y la claridad de la organización indígena? ¿En serio piensan que les podemos creer ese discurso?

Y para terminar, aunque podríamos hacer una lista interminable, los indígenas explicitan sus demandas públicamente: suspensión de las medidas económicas, renuncia de los ministros de defensa y gobierno, fin a la minería y el extractivismo en sus territorios, entre otros muchos puntos de una agenda seria y consistente y hoy, el gobierno responde con sistemas de riego parcelados, condonación de las multas por no pago del agua, centros de acopio, para mencionar algunas. Claro que todo eso es importante para la ruralidad indígena pero… no se compadece con la agenda estratégica que han planteado la CONAIE y la CONFENIAE. ¿Cómo será posible comenzar a dialogar desde dos miradas tan diferentes de lo que el país y no solamente los pueblos indígenas necesitan?

Pero bueno. Si por un lado hay cinismo, por el otro hay oportunismo y hasta provocación, en un país aún polarizado. Los movimientos han sido claros: ni Moreno, ni Correa, ni Lasso, ni Nebot. Esta movilización es del pueblo ecuatoriano, es pacífica, es noviolenta y la encabeza el movimiento indígena. Y sí, ha habido figuras políticas que nos quieren hacer creer que es el clamor del pueblo ecuatoriano para que el ex presidente Correa se candidatice de nuevo. Pero no. Bueno, seguramente hay un porcentaje de la población que así lo quiere, pero no son quienes están al frente de las movilizaciones, poniendo el pecho frente a una fuerza pública que ha actuado sin freno. Y sí, ha habido infiltrados, han cometido actos vandálicos, intentando deslegitimar la movilización, pero esos no son los que están con niños y niñas en los parques y las universidades.

Que ni el cinismo ni el oportunismo le roben la dignidad a este pueblo que se ha levantado valientemente y gritando «no más violencia».

Fotografía portada e interior: Juan Pablo Verdesoto

Notas al margen:

– En este momento, a las 20 horas de Quito, la fuerza pública está lanzando bombas lacrimógenas en las universidades que han recibido a los manifestantes con comida, cobijas y medicinas donadas por la población quiteña. En esos lugares hay mujeres, niños y niñas. ¿Por qué? Porque cuando los indígenas se mueven, se mueven como territorio, se mueven con todo.

– Hoy, el socialcristianismo guayaquileño convocó la Marcha por la Paz. El ex alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, dijo en una entrevista que le dijeran a los indios que se quedaran en sus páramos. Pero bueno, Guayaquil, es otra historia y ya no dan las líneas para contarla.