Intervención del Partido Humanista en la Conmemoración de Hiroshima Nagasaki, 10 de agosto de 2019 en el Parque Hibakusha en Mons, Bélgica. Un momento peligroso… ¡pero emocionante!

Tres peligros amenazan a la humanidad:

A corto plazo, quizás de un momento a otro o tal vez mañana: guerra nuclear. Y en avalancha, porque nada impedirá que nuestras plantas de energía nuclear exploten, se prevé que las reservas de agua y combustible para enfriarlas solo duren una semana.

A mediano plazo: el clima. Ya está «sacudiendo» nuestro medio ambiente y matando.

A largo plazo: la injusticia social. A través de la concentración de riquezas, la precariedad, el desmantelamiento del sistema de seguridad social y, en particular, la atención médica. La injusticia social, matar gente y destrozar futuros.

Si de algo sirve: la vida y el planeta no están arriesgando demasiado. Ellos ya han pasado por eventos así. Será solo otro fracaso de una tentativa de proporciones microscópicas en su historia: una tentativa llamada Humanidad.

El modelo económico no tiene sentido. La libre competencia ha dado lugar a grandes monopolios y la fuente de riqueza que riega a las clases populares hace tiempo que se ha secado. ¿Alguna vez funcionó de otra forma?

La democracia está moribunda. No hace falta recordar les secuestros, travesuras, fraudes y otros intereses personales. No hace mucho tiempo tomaba tan solo unos días el formar gobiernos. Hoy en día es normal que se necesiten seis, nueve meses o más para formar gobiernos, lo que representa un 10%, 15%, 20% del tiempo de la legislatura donde las necesidades y emergencias en salud, educación, justicia, precariedad, clima son abandonadas cual barco a la deriva. Por otro lado, si tuviéramos que enviar nuestros aviones de combate F16 a algún lugar, la decisión se tomaría rápidamente.

La justicia es ineficiente, por falta de medios. Existe la justicia de las multinacionales que pueden llevarse bien con la ley, y aquella donde los ladrones de manzanas, los denunciantes y los activistas van a la cárcel.

Este sistema está lesionado. Y una bestia herida es peligrosa. Podría verse tentado a recuperarse como en 1914 y 1939. Una «pequeña guerra buena» para destruir todo y revivir la economía. Para lograrlo: algunos peones en el poder con la ayuda de multinacionales y medios de comunicación, algunos oportunistas, nacionalistas, separatistas, racistas, un belicista, como Trump, Johnson, Macron, Orban, Erdogan, De Wever, Conte, Bolsonaro e incluso el apoyo para los «no electos» como Guaidó o Tshisekedi, y muchos otros. Las tensiones internacionales son más numerosas, estando siempre en el centro del juego: los Estados Unidos. ¡El final del tratado de fuerzas nucleares de rango intermedio formalizado hace unos días es algo muy grave y debería alertar!

En el apogeo de la violencia de este sistema están las armas nucleares. La abolición total de las armas nucleares sigue siendo nuestra prioridad porque es a partir de aquí que el mundo puede cambiar.

Sin embargo, en medio de toda esta gangrena, sigue soplando una brisa, suave y benévola, la del desarrollo del ser humano. Esta revuelta, que en los peores momentos de la historia nos ha permitido superar los miedos, superar el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la injusticia y la muerte. Esa revuelta que empuja a nuestra juventud en la calle. Ese joven que viaja, creando vínculos. La competencia, la explotación irrazonable de los recursos y el crecimiento ya no son el sueño de las generaciones más jóvenes. Aspiran al respeto, la diversidad y la colaboración. Todas estas iniciativas alternativas de democracia, intercambio, solidaridad en nuestros vecindarios, son quizás pequeñas, pero llenas de sentido e intención. Pero no serán suficientes, requerirá cambios políticos, políticos en el sentido noble del término.

Y nosotros, partido humanista, en este contexto, más que nunca reafirmamos nuestra fe inquebrantable en el ser humano. ¡Los dueños del sistema económico-político-injusto actual no detendrán a la humanidad!

Ser humanos es nuestro máximo valor sobre el dinero, el estado, la religión, los modelos y los sistemas sociales; reafirmamos nuestra fe en la libertad de pensamiento, la igualdad de derechos y oportunidades para todos los seres humanos. Reiteramos nuestro compromiso con la resistencia justa a todas las formas de violencia física, económica, racial, religiosa, sexual, psicológica y moral.

En este momento histórico, este punto de inflexión que no debe perderse para la Humanidad, el parque Hibakusha cobra todo su significado, transmitir historia y trabajar por un futuro mejor. La revitalización del parque Hibakusha no es solo una cuestión de ladrillos y presupuesto, es una cuestión de corazón, una cuestión de afecto profundo, de dar dirección a nuestros proyectos de vida y de ofrecer la oportunidad de conciliar la historia y las injusticias cometidas contra la humanidad. ¡El mundo lo necesita con urgencia hoy!

Partido Humanista – Calle des Foulons, 47 – 1000 Bruselas – 0497 54 27 41 – info@partihumaniste.be  – www.partihumaniste.be


Traducción del francés por Melina Miketta