Por Florencia Varas

Por primera vez se presenta un proyecto de ley que permitiría la eutanasia para enfermos terminales que sufran de una enfermedad incurable y que tengan muy poco tiempo de vida, sufriendo fuertes dolores.

El proyecto, que debe ser aprobado por el Senado, fue presentado por los parlamentarios del Frente Amplio, Vlado Mirosevic del Partido Liberal que, junto con el Partido Humanista, forma esta coalición de la nueva ola progresista de la política chilena.

El diputado Tomás Hirsch se refiere a este tema en esta entrevista realizada por la periodista y escritora Florencia Varas.

FV: Tomás, Chile es un país muy conservador y bastante hipócrita, tomó más de 40 años promulgar una ley de divorcio, pero sí se recurría a las nulidades matrimoniales. Sucedió lo mismo con la ley de aborto aprobada solamente en tres causales, aunque el aborto se ha practicado ampliamente en clínicas privadas; ahora está este tímido Proyecto de Eutanasia solamente para enfermos terminales y además tiene que haber una constancia en notaria con dos testigos.

TH: Efectivamente, es un proyecto ley muy tímido porque los avances acá en Chile son muy difíciles en materias que uno podría llamar valóricas; creo que hay muchos temas valóricos que no se los considera como tal, como los de salud, vivienda, educación, trabajo etc. Pero en estos temas en particular como: divorcio, aborto, adopción, diversidad sexual, eutanasia entre otros, es muy difícil avanzar, hay mucha resistencia, conservadurismo, incluso malentendidos, muchos prejuicios, presión de determinados grupos y por consiguiente es muy difícil avanzar. Se tiene que ir proponiendo leyes que aspiren a ser aprobadas.

Uno podría proponer un paquete legislativo mucho más pesado o completo, pero claro, tienes certeza de que en este Congreso tal como es hoy en día (incluso un poco más abierto que los anteriores) se va a quedar trancado. Ese es el motivo que hace que se presenten proyectos de ley un poco más suaves y a partir de ahí buscar ir avanzando. Si lo piensas un poco, lo mismo pasó con el tema del aborto. Se comenzó por aborto en tres causales y eso logra generar la presión social suficiente y finalmente, con muchas dificultades con el Tribunal Constitucional, se logró convertirlo ley, lo mismo se busca en este caso.

FV: En el caso de Eutanasia ¿Usted cree que van a lograr el apoyo?

TH: Creo que se va a lograr. Hemos tenido mucho diálogo, mucha conversación para incorporar elementos. La ley inicialmente planteaba el derecho a la Eutanasia. Al principio estaba planteada en términos generales, luego buscando avanzar en la Comisión de Salud, se decidió presentar el proyecto mucho más acotado. Posteriormente el gobierno presenta otro, el de los cuidados paliativos que de algún modo buscaba adelantarse ante este proyecto.Se le incorporan algunos elementos de cuidados paliativos, es decir buscando que siempre avance la legislación.

Creo que tal como está ahora, con varios artículos que han ido incorporando indicaciones de distintos sectores, lo más probable es que finalmente se logre aprobar en la Cámara de Diputados. Luego tenemos la siguiente dificultad, que es llevar esto al Senado, más conservador todavía, y lograr que avance ahí. Una vez que uno está en la Cámara de Diputados se da cuenta hasta qué punto es tremendamente engorroso y difícil lograr que leyes como ésta pasen todas las barreras y que luego finalmente no sea llevado al Tribunal Constitucional, que siempre es la última amenaza de los opositores.

FV: Qué frustrante debe ser, porque ustedes parten como una especie de una patrulla juvenil reformista con aire revolucionario ¿Qué pueden hacer con el Congreso tal como lo tenemos en Chile?

TH: Sí, es muy frustrante. Llevo un año y medio en el Congreso y es muy frustrante ver en primer lugar lo burocrático, que es el proceso para obtener una ley. Si te lo contara completo me demoraría toda la entrevista, es surrealista todos los pasos que tiene que cumplir un proyecto para convertirse efectivamente en ley. Son impresionantes los lobby que todavía están presente y eso que hoy en día están regulados en la Ley de Lobby; el tema de financiamiento político está mucho más controlado, hay una lupa gigantesca del Servicio Electoral, así y todo uno ve como está el lobby de la farmacéutica, de muchas instituciones, de iglesia católica, de instituciones religiosas. Es muy fácil frustrar cualquier espíritu revolucionario cuando uno está ahí en el Congreso y te diría que se necesita mucha fuerza de conjunto para poder mantener en alto los proyectos que uno ha puesto en marcha.

FV: ¿Por qué no llaman a un plebiscito por Eutanasia por ejemplo?

TH: Muy simple, porque no existe la posibilidad en Chile de plebiscitar. Está muy limitada. Soy autor de un proyecto que sí está avanzando, afortunadamente en otra comisión, para facilitar los plebiscitos.

Hoy día existe una ley de plebiscito pero exige un quorum tan alto de firmas para poder convocarlo, y mucho más alto para hacerlo efectivo, además está circunscrito única y exclusivamente a materias comunales y la eutanasia, como entenderás, no es una cuestión comunal, no es un plano regulador, no es para hacer una plaza o para ver si es que van a hacer más áreas verdes, entonces no está contemplado; el único que puede llamar para asuntos de esta materia a un plebiscito, es el Presidente de la República, que por cierto, nunca lo ha hecho desde que se recuperó la democracia. No hay interés en la participación ciudadana. Si bien, esto es materia de otro proyecto de ley que yo estoy impulsando, ha sido un parto increíble que los parlamentarios comprendan la importancia que tiene la participación ciudadana.

No me cabe duda que el proyecto de Eutanasia, si hubiera un plebiscito y se permitiera realmente explicar a la ciudadanía cuales son las opciones en juego, contaría con un apoyo mayoritario por el buen morir, por permitirle a las personas que puedan tomar una decisión de forma autónoma y consiente con todos los elementos al alcance de la mano para definir si está o no a favor de la eutanasia.

FV: Yo creo que es un derecho poder morir, como el derecho a tener hijos o no tenerlos.

TH: Lo que pasa es que eutanasia es buen morir. En este país la verdad es que no está ni el derecho al buen vivir, para ser honesto; ello significaría tener un buen derecho a la salud, educación, vivienda, a un medio ambiente no contaminado, una pensión justa, entre otros. Son derechos que son letra muerta. Creo que vamos a avanzar hacia el derecho al buen morir. Desde nuestro punto de vista es una cuestión fundamental que cada persona pueda tomar la decisión. Este proyecto de ley está vinculado a un caso bastante restringido y acotado y es que quien esté en situación terminal o sufriendo dolores inimaginables, donde esa enfermedad no tiene ninguna posibilidad de retroceso y estando además consiente, lúcido, etc… pueda tomar esa decisión.

FV: Exigen además un testamento vital con dos testigos ¿qué persona va a una notaría a decir eso?

TH: Insisto es muy restringida, de ninguna manera es como quisiéramos que fuera una Ley de Eutanasia. Parecen mucho más interesantes las leyes que existen en países europeos  como Suiza y Holanda, que permiten efectivamente que se tome una decisión; en el caso de Suiza incluso una persona en vida puede ir pagándole a una empresa tipo Help, una cuota mensual para que, cuando llegue el momento en que toma la decisión de la eutanasia, ni siquiera tenga que asumir un costo financiero, es decir que ya está resuelto ese tema. Son varios miles de personas que toman la decisión porque consideran que han tenido una gran vida y ya es momento de ponerle final por diversas circunstancias.

Acá las mayores preocupaciones me sorprenden, tienen que ver con ¿qué va a pasar con la herencia?, si es que va a estar a favor de alguien o no, si alguien va a tratar de engañarlo aprovechándose de la situación; está todo envuelto en una desconfianza profunda que impiden que las personas puedan tomar una decisión libre en el momento en que consideren tener el derecho a morir. Entonces viene muy torcido, además de cuestiones de derecho canónico; nos meten la presión de objeción de conciencia por cuestiones más bien de tipo religioso.

Pero el Estado chileno es un Estado de tipo laico que tiene separación con la iglesia, tiene todo el derecho a legislar una materia que hace al libre albedrío de las personas y no de las imposiciones de una determinada religión. Las sesiones de la Comisión de Salud han sido durísimas, dificilísimas, con mucho debate, con presencia de mucha otra gente, de todas maneras se ha podido avanzar en las votaciones, se han tenido que incorporar algunas indicaciones, pero creo que por primera vez vamos a avanzar bien en este proyecto.

FV: ¿Tomás, y aunque no sea viable, no podrían ustedes hacer algún pacto para llamar a un plebiscito sin obligación en que la gente se pronuncie si quiere eutanasia o no?

TH: Puedes hacerlo, pero la verdad es que sería un plebiscito que no cuente con la regulación del servicio electoral, que no cuente con todo lo apropiado para ser bien hecho. Mira, desde el “NO+AFP” se hizo un plebiscito el año ante pasado, en 2017, para saber si se estaba de acuerdo con el sistema de pensiones o se lo quería cambiar. Es un movimiento que ya había movilizado a un millón de personas en todo Chile, por lo tanto, estaban las condiciones dadas como para poder plebiscitar; sobre este tema votaron más de un millón de personas de forma presencial y digital, aún así, no tiene ninguna capacidad de mover las cosas desde el punto de vista de ser considerado validante para la decisión final.

Diría que primero hay que generar una gran conciencia, el tema de la eutanasia si bien en las encuestas demuestra un apoyo mayoritario en la ciudadanía no es del todo un tema de gran debate. En Chile se debería hacer un plebiscito si se quiere que el cobre se lo sigan llevando las multinacionales o queremos que sea de todo los chilenos, si queremos que el litio sea nacional o no, si queremos que el agua siga estando privatizada (que es el único caso del mundo), si queremos que el mar se lo regalen a las siete familias que se lo entregaron en el primer gobierno de Piñera, son muchas las materias que si existiera una buena ley, podrían plebiscitarse porque sería vinculante y esa es la fuerza que tiene el plebiscito que es regulado por ley.

FV: Hay una cosa extraña, Chile es una sociedad muy hipócrita. ¿Cuánto tiempo se demoró la ley de divorcio cincuenta años, cuarenta años? Pero existió el régimen de nulidades matrimoniales, existe el aborto de hecho, digamos cualquier persona podría hacerse un aborto si es que tiene los medios económicos, pero aquí existe una ley que se demoró muchísimo solamente en tres causales, hay toda una sociedad muy hipócrita y ahora con la eutanasia ¿tú crees que pueden cambiarla con este nuevo frente político, pueden hacer un país más transparente?

TH: Estas tocando un tema que es muy interesante, muy relevante y de fondo. Este es un país hipócrita, es el país del doble discurso y en el que aparentemente no hay corrupción pero que sigue unos canales institucionales, se le llama colusión, por el cual corrompen miles de millones de dólares, en el sentido de que es el país de las apariencias y eso es en todo tipo de cosas.

Por mucho tiempo mujeres que sufrían violencia intrafamiliar se justificaban diciendo “no, choqué contra un árbol”. Niños abusados por la iglesia, se quedan mirando para otro lado porque son de buena familia. Esto cubre a toda la sociedad chilena. El tema del divorcio nos costó a nosotros en el año 1991, hace 28 años. Presentamos una ley de divorcio junto a nuestra Diputada en aquella época Laura Rodríguez, fue un escándalo nacional y quedó durmiendo el sueño de los justos, sin embargo todos sabemos que en Chile quien se ha querido divorciar y tiene los recursos, lo ha hecho a través de la figura de la nulidad y listo. Lo mismo respecto al aborto y la familia de nivel socioeconómico alto que tenía un hijo gay, lo enviaban a estudiar en Francia o a cualquier otro lugar para que no se sepa, que no se vea. Esta sociedad hipócrita está muy arraigada. El que tiene ingresos más altos por supuesto siempre tiene la posibilidad de ir a Holanda o a algún otro país.

Entonces es una situación cultural muy de fondo. Tiene que ver con la profunda influencia de los sectores más conservadores de la iglesia católica, aún cuando hay que decir que Chile fue uno de los primeros países en el mundo de tener aborto terapéutico, lo tuvo desde el año 1938 y se suprimió, fue el último decreto de la dictadura. Es una cuestión cultural y eso nos lleva a nosotros como humanistas, a que es necesario hacer una transformación mucho más profunda, una transformación más interna. Como cuando hablas de la violencia, no basta con sacar la violencia que está afuera, hay que sacar la violencia interna, la incoherencia que está en cada uno de nosotros. Esta sociedad vive los efectos de una violencia cultural que ha sido ganada hasta ahora por los sectores más conservadores, por eso es que cada uno de los pasos que hemos dado es tremendo.

Queríamos matrimonio igualitario y finamente se logra esta unión civil, queríamos una ley de divorcio mucho antes y nos tomó 20 años, para terminar con los hijos naturales y la diferenciación entre hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio fue una pelea brutal y si uno lee hoy las actas de esas sesiones, lo que decían los parlamentarios, era una cuestión violenta, monstruosa. Hablaban de que se iba a destruir la familia por el sólo hecho de que se iban a reconocer a todos los niños por igual. Desde siempre nos hemos topado con estos sectores diciendo monstruosidades que dificultan y ponen freno a cualquier intento de avance.

FV: Qué fe tienen ustedes, como puñado más liberal dentro del Parlamento ¿puedan mover esta rueda?

TH: Te diría, como decimos los humanistas, este es un intento que vale la pena vivir! Muchas veces sentimos que hemos fracasado, pero también sentimos, como decía Silo, que “volamos sobre las alas de un pájaro llamado intento”. Decir una y otra vez, volverlo a intentar, porque sientes que es coherente hacerlo. Qué vas a lograr y qué no, yo creo que uno hace su parte, uno hace su aporte y luego vienen otros que lo continuarán y lamentablemente eso va a durar mucho. Esto sucede en todos los cambios de la sociedad, piensa que somos el único país que luego de 29 años de terminada la dictadura mantiene su Constitución, no hay otro, no hay ninguno, ni en África ni nada. Entonces piensa lo difícil que es ir avanzando, no queda otra que ser alguien testarudamente optimista y perseverante, teniendo la certeza de que hay dificultades en un corto plazo pero sabiendo que al final el ser humano logra abrirse nuevos espacios de libertad. Ese es un sentimiento que a mí me acompaña, en el corto plazo podrán haber trabas pero al final el ser humano siempre logra abrirse ciertos horizontes y eso es así si lo miras en la historia.

FV: ¿Cuál es su aliado natural en el Parlamento?

TH: Este proyecto lo presenta el Diputado Vlado Mirosevic, pero evidentemente con los que más coincidimos es con los Diputados del Frente Amplio; hay una visión de mucha apertura, de buscar avanzar en estos temas, por cierto en estos temas valóricos también tenemos cercanías con el Partido Comunista, así que yo diría que hay un conjunto de al menos treinta y cinco a cuarenta diputados con los que se cuenta para avanzar, además hay otros treinta que a veces si o a veces no.

FV: ¿La derecha progresista también?

TH: En el caso de la eutanasia hay unos pocos que sí, entre Renovación Nacional y Evopoli, pero a su vez hay una bancada – sobre todo la bancada evangélica dentro de Renovación Nacional – que son siete u ocho, durísimos contra este tipo de proyectos, además del sector conservador de la UDI vinculada al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo, que también es muy dura. En estos temas valóricos también la Democracia Cristiana está dividida.

FV: ¿Y el escándalo de la iglesia no ha frenado un poco la defensa en estos temas valóricos?

TH: Sí, por eso es que hemos estado avanzando. Hemos podido avanzar en el aborto en tres causales, la adopción en la que se incorporó la adopción homoparental en el proyecto que viene ahora, en la imprescriptibilidad en los delitos de abuso sexual contra menores. Estamos pudiendo avanzar en el de eutanasia. En todos esos temas avanzamos porque efectivamente esa iglesia católica que sigue presionando para mantener y conservar, pero que está profundamente debilitada en su “autoridad moral”. Evidentemente es por algo que se ha podido avanzar, si estuviéramos a comienzos de los años 90 donde esa iglesia, sobre todo el Opus Dei vinculado al gran poder económico, impedían cualquier avance de este tipo. Su debilidad, fruto de todos los escándalos que han salido a la luz, han permitido poder avanzar un poco más, no todo lo que quisiéramos, pero un poco más. Se va a seguir deteriorando, porque está carcomida por dentro, por lo tanto podremos seguir avanzando.

FV: En cuanto a las críticas a la dieta parlamentaria de este círculo cerrado que son los parlamentarios ¿Han logrado ustedes algún proyecto para poder bajar la dieta parlamentaria de tal manera de acercar al parlamentario a la ciudadanía?

TH: Nosotros tenemos un proyecto presentado por los tres diputados del Frente Amplio de la primera etapa: Vlado Mirosevic, Giorgio Jackson, Gabriel Boric. Presentado en el año 2015, lo hemos suscrito el resto de los diputados y a su vez hemos tomado el compromiso de esa dirección, sin embargo, sigue durmiendo. Ni el gobierno lo ha querido patrocinar y darle alguna urgencia, cosa que le hemos pedido reiteradamente. Ni el Presidente ni el Parlamento lo han querido poner en tabla para discutirlo y el Senado simplemente se ha negado a recibirlo, es decir, no les interesa en lo más mínimo. Muchos declaran que están de acuerdo, pero no hay ningún interés en hacerlo. Lo que más hemos logrado es que en los últimos dos aumentos del salario mínimo que van asociados a un reajuste para todo Sector Público, no se reajustara la dieta de los parlamentarios, si no que se mantuviera congelada. Por esa vía hemos logrado reducirla proporcionalmente en alrededor de un 6 o 7 %, es una vía indirecta, pero nosotros creemos que debería reducirse mucho más, nuestra propuesta es que debería estar en alrededor de la mitad de lo que está hoy. Es una dieta totalmente obscena para los niveles de ingreso chilenos. Nosotros sí hemos asumido el compromiso y tratamos de llevarlo a la práctica, de usar buena parte de la dieta para suplementar los sueldos de los equipos de trabajo o los apoyos en del Distrito. Otros los ocupan para otros tipos de actividades, pero buscando que efectivamente la parte de la dieta quede un poquito más razonable. Francamente nos parece que está excedida, para el nivel de ingresos que hay en nuestro país, pero no veo mucho interés en los otros partidos en discutirla.

FV: ¿Evopoli había hablado de ello?

TH: Todos hablan y dicen: “sí muy buena idea”, pero después más de uno dice: “eso es populismo”. El otro día un diputado de la Renovación Nacional, joven, dice: “si bajan la dieta parlamentaria está bien, pero entonces que nos permitan trabajar en paralelo ¿cómo pago el colegio de mis cuatro hijos?”. Uno les pregunta ¿cómo financian el colegio de esos cuatro niños los otros millones de chilenos? Yo no digo que un diputado o diputada tenga que ser un indigente, que tenga que vivir al tres o al cuatro, que no le alcance para vivir porque efectivamente eso te abriría las puertas para situaciones bastante irregulares, pero no me vengan a decir que un sueldo alto anula la posibilidad de corrupción, porque hasta aquí hemos visto los escándalos de corrupción groseros, que aún con grandes dietas de todas maneras se tenía corrupción, así es que no es garantía de nada.

FV: Tal como está el Parlamento, si sale esto vamos a ser afortunados, es decir que la persona que esté a punto de morirse, pueda morirse más rápido.

TH: Es que el Parlamento no es representativo realmente de las sensibilidades generales que hay en la población. Actualmente un 74% se manifiesta a favor de reducir a 40 horas la jornada laboral y es posible que en el Parlamento el proyecto no pase porque está mal repartido, en definitiva hay senadores o diputados que son electos y se supone que son representantes de una población de cierta sensibilidad y luego resultan representado otros intereses. Nos ha pasado con la Ley de Fármacos que está bien vinculada con estos temas. Se supone que deberían estar a favor de facilitar una rebaja sustancial en el valor de los fármacos y terminan representando los intereses de los grandes laboratorios o, en este caso,  a los intereses de ciertas visiones valóricas. No se representa necesariamente la voluntad de quién los eligió. Eso genera una distorsión, al final del día son mucho más conservadoras las visiones, opiniones y decisiones que surgen del Congreso que las que tiene la ciudadanía, pues ésta ha avanzado más rápido y la mayoría está de acuerdo con el matrimonio igualitario,  ya hay consenso mayoritario en términos de aborto libre, cosa que no lo era hace un tiempo, hay más conciencia en estos y otros temas y no me cabe duda que respecto de la eutanasia  nadie lo está mirando como: “salió la ley, así es que ahora tiene que tomar la decisión de morir”, de ninguna manera, la gente lo entiende bien, sabe que es una decisión voluntaria, libre y soberana y que afecta no sólo al momento de morir sino a una tranquilidad por el resto de tu vida, porque si no lo quieres, pues no lo vas a hacer y punto. Pero si estás enfrentado a una situación en que quieres poder dar ese paso, esto tiene que ver – por lo menos para los humanistas – con cómo comprendemos la muerte. Nosotros no la entendemos como el trágico final que cierra todo después de la vida sino como un tránsito, un paso, un momento que produce una conversión de una situación a otra, y por lo tanto ¿cuál es el problema de que cada persona tome la decisión de ese tránsito? Al revés, nos parece muy bien que se lo tome de buena manera, de un modo positivo, sin temor.  La muerte es un tema tabú porque no se la discute. Si fuera un tema más conversado, más hablado libremente, si la gente pudiera estudiarlo y tener guías, como los del mundo tibetano, del antiguo Egipto, también la gente la sentiría más cercana y no tan trágica, como actualmente en Occidente.

FV: En India se llama “La Celebración de la Muerte”, se celebra la muerte y no el nacimiento.

TH: Exactamente y está muy bien, me parece que como mínimo uno puede tener un poco de curiosidad de cómo será la cosa.

FV:  Para que seguir y seguir, cuando hay deterioro de la máquina física

TH: Miro mi situación personal, el dolor es desagradable, entonces estar enfermo en una situación de dolores insoportables, eso sí es complicado. Pero el morir, que tiene que ver con transitar, con dar un paso, una nueva etapa es muy interesante. Si otro cree lo contrario, está bien que se aferre todo lo que pueda, pero hay que decir que hay algo seguro y es que vamos a partir. Entonces más vale que lo hagamos bien.