El 6 y 9 de agosto son dos fechas inmortales para la humanidad. Son las fechas en las que, por orden del presidente norteamericano Harry Truman, las fuerzas armadas de los Estados Unidos de América lanzaron las famosas bombas nucleares: primero sobre Hiroshima y luego sobre Nagasaki.

Era el año de 1945 y la Segunda Guerra Mundial tenía sus días contados, pero los estadounidenses tenían prisa por terminarla. Los libros de historia dicen que, además de la destrucción material, las dos bombas fueron la causa inmediata de un número muy elevado de muertes, personas literalmente incineradas, estimado entre 129.000 y 226.000 personas. No se especifican los heridos y los mutilados.

El día del holocausto nuclear no fue recordado en ningún comunicado de prensa ni por el presidente de la república, Sergio Mattarella, ni por el primer ministro, Giuseppe Conte. Una muy mala señal.

Sin embargo, en el país hubo 20 eventos que recordaron la «tragedia». Recuerdo, entre otros, la de Roma, donde tuvo lugar el ensayo de danza «La muerte del cisne»; la de Taranto, donde se proyectó la película «El día después»; y la de Padua, donde a las 8:15 de la mañana, hora de la explosión nuclear, se repitieron 43 campanadas para recordar los segundos desde el lanzamiento hasta la explosión.

14.000 bombas nucleares en el mundo

Han pasado 74 años desde entonces, por supuesto. Pero la carrera para producir y almacenar armas nucleares, que son naturalmente aún más poderosas que los artefactos históricos, está lejos de terminar. Casi 14.000 armas nucleares están listas para ser utilizadas. Aparte de los Estados Unidos y Rusia, disponen de armas nucleares Inglaterra, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte. Sin embargo, las armas estadounidenses también se almacenan en Bélgica, los Países Bajos, Alemania, Turquía e Italia.

25 países prohíben las armas nucleares; entre ellos no consta Italia

El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, expresó el martes, en su discurso conmemorativo, su preocupación por que «hoy, en todo el mundo, vemos un creciente nacionalismo egocéntrico, tensiones acentuadas por la exclusividad y la rivalidad internacional, con el desarme nuclear paralizado». Por el contrario, invitó al gobierno japonés, es decir, al país que ya ha experimentado, en su propio perjuicio, el uso de armas nucleares, a firmar el tratado de la ONU para la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW).

Hasta la fecha, 25 países han ratificado el tratado antinuclear. En el día de la conmemoración de Hiroshima, le tocó el turno a Bolivia. Pero el número debe llegar a 50 para que tenga validez legal. Desde 2017, por lo tanto, se está llevando a cabo una campaña de la ICAN para estimular a los Estados a su confirmación.

El tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW) establece que «cualquier uso de armas nucleares sería inaceptable incluso a la luz de los principios de humanidad y de las exigencias de la conciencia pública». Además, eso mismo «es esencial para promover la paz y la seguridad internacional».

La posición de Italia, que no ha firmado ni ratificado el acuerdo, por el contrario -recuerda ICAN- es argumentar que «las armas nucleares estadounidenses son esenciales para su seguridad».

En Italia hay al menos 70 bombas nucleares

Un estudio estadounidense afirma que 20 bombas nucleares fueron almacenadas en Ghedi (Brescia). La revista Panorama, por otro lado, informó de la presencia de otros 50 explosivos en Aviano (Pordenone). El 10 de julio del 2019, el diario La Sicilia planteaba la hipótesis de que en las cuevas de Lentini/Augusta estaban «depositados» más misiles nucleares estadounidenses.

Según el observatorio de Milex, Italia gasta 20 millones de euros al año solo en el almacenamiento y la seguridad de las centrales nucleares.


Traducción: Ana Gabriela Velásquez Proaño