Segunda parte de la entrevista con Bernard Norlain, Vicepresidente de Iniciativas para el Desarme Nuclear, durante la proyección de la película «La bombe et nous» en Pessac.

Pressenza: A nivel internacional, se habla mucho del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (1). ¿Cree que este tratado, que se está ratificando actualmente, podría tener un impacto en las potencias nucleares?

Bernard Norlain:

Este tratado es muy importante. El proceso de ratificación está en curso. Inicialmente fue firmado, pero aún no ha sido ratificado, por lo que fue firmado por 122 países.

Esto es muy importante porque, como saben, en las Naciones Unidas hay unos 194 países miembros, por lo que sigue siendo 122 de los 194 países, que es, por supuesto, la gran mayoría.

En un momento en que se predica el multilateralismo y en que nuestro presidente de la República dio hace un año un magnífico discurso en la ONU sobre el tema del multilateralismo, diciendo que debemos saber escuchar la voz de los «países pequeños», creo que es muy importante subrayar que este tratado ha sido firmado por 122 países y que es una piedra muy importante en la medida en que proporciona un fundamento jurídico para este proceso.

A partir del momento en que se ratifique este tratado, será oficial y, por lo tanto, prohibirá totalmente la posesión, construcción, delegación y todo lo que se quiera… de armas nucleares.

Desde allí, todos los países que posean, almacenen o alberguen armas nucleares pueden ser acusados de ser criminales de guerra.

Usted entenderá que este tratado obviamente despierta una oposición bastante violenta por parte de los países nucleares, los nueve países nucleares.

Así que les recuerdo que, de los nueve países nucleares, cinco son declarados países oficiales: ya que son ellos los que, junto con el Tratado de No Proliferación, los Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, China y Francia, son países que tienen la autorización para poseer armas nucleares con el compromiso de llevar a cabo el desarme nuclear. No hay límite de tiempo, pero estos países se han comprometido formalmente.

Como se ve, hay una oposición violenta de los países nucleares.

De los nueve, cuatro son países no oficiales, ya que no han firmado el Tratado de No Proliferación y son, como saben, Israel, Corea del Norte, la India y Pakistán.

Así que hay una oposición muy violenta, y uno de sus principales argumentos es decir que este tratado de prohibición estaría en contradicción con el Tratado de No Proliferación.

Esto es absurdo porque el Tratado de No Proliferación, como su nombre indica, tiene por objetivo impedir la proliferación. Su propósito, y esto se establece claramente en el artículo 6, es promover el desarme nuclear y adoptar medidas en pro del desarme nuclear. (2)

Por lo tanto, un tratado que refuerce este proceso no es en absoluto contradictorio, sino todo lo contrario.

Es un complemento esencial, ya que proporciona una base jurídica real para este proceso de desarme nuclear. Por lo tanto, se trata de un argumento que no es admisible, un argumento que puede calificarse de totalmente hipócrita.

El segundo aspecto es que este desarme nuclear sigue siendo un argumento utilizado por la mayoría de los países del mundo. Por supuesto que estos países no tienen armas nucleares, por supuesto que no están, si se me permite decirlo, directamente afectados como poseedores de armas abiertas, pero sí están directamente afectados porque si hubiera un conflicto nuclear estarían directa o indirectamente implicados en ese conflicto.

Lo menos que podemos hacer es escuchar las voces de estos países. Y no entiendo por qué Francia adopta una oposición tan rígida, quizás la más rígida de todos los países nucleares en este tema, diciendo que lo que estos pequeños países están diciendo es absurdo. Francia considera las voces de estos países de una manera extremadamente despectiva y esto está perfectamente claro en los comunicados de prensa del Quai d’Orsay (3).

Por lo tanto, creo que este tratado de prohibición debe, por fin, espero, ser ratificado y creo que debe entrar en vigor para establecer estos fundamentos jurídicos.

Por supuesto, los países que tienen armas nucleares o que las han adquirido no se detendrán de la noche a la mañana. ¡Por supuesto, por supuesto!

Pero ya es una base sobre la que construir algo más eficaz a medio y largo plazo.

Sin duda, es algo que se hará durante un largo período de tiempo.

Agradecemos a Bernard Norlain y la asociación IDN por esta entrevista.

(1) Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, Pressenza, 18 de julio de 2017
(2) Tratado de No Proliferación
(3) Ministerio de Relaciones Exteriores

Los tres artículos de la entrevista:

primera parte
segunda parte
tercera parte: se publicará pronto


Traducción del francés por Soledad Imbago