Por Jhon Sánchez

Hace poco leí la novela de Maureen Brady, Getaway. En la historia, Cookie escapó de su violento esposo y trata de vivir con una nueva identidad en Canadá. Dada la importancia del Movimiento #Metoo hoy, decidí tener una conversación con Maureen sobre su novela, la violencia doméstica y los derechos de la mujer. Maureen, gracias por aceptar mi invitación.

JS: ¿Por qué escribiste esta novela, Getaway? ¿Fuiste impactada por el movimiento ME TOO?

MB: Empecé a escribir Getaway varios años antes de que estallara el movimiento Me Too, he sido una defensora del movimiento desde diferentes frentes y he estado muy involucrada desde el Segundo Ciclo del Feminismo. Algunas de las discusiones que he tenido con los lectores de Getaway, al asistir a los clubes de lectura que han leído el libro, han sido provocadas por la novela para discutir sus propias experiencias personales con el abuso doméstico y el acoso en el lugar de trabajo. Me siento satisfecha por ver el trabajo desde esta nueva perspectiva. y me agrada estar lanzando Getaway en la atmósfera del recién energizado Movimiento ME TOO.

JS: Usted eligió utilizar personajes heterosexuales en el contexto de la violencia doméstica. ¿Cree usted que la violencia doméstica difiere dentro de la comunidad LGBT?

MB: Espero y sospecho que sea menos frecuente, aunque sé que existe en todas las comunidades. La mayoría de las personas que conozco de las que he adquirido experiencia de vida, al menos las que eran lesbianas, habían sido abusadas en un matrimonio o relación heterosexual anterior. Pero los abusadores vienen en todas las formas y tamaños, y también lo son aquellos vulnerables que eligen su pareja, así que ningún grupo está exento.

JS: Gran parte de la historia se desarrolla en Canadá; ¿cómo se preparó para escribir sobre Canadá y los canadienses?

MB: Hice dos viajes de investigación a Cabo Bretón, un sitio que había visitado muchos años antes, y en ese primer viaje me provocó a elegirlo como lugar de escape de Cookie, porque me sorprendió cómo era a la vez austero e impresionante, y sentí que ella necesitaba un lugar como ese para empezar a curarse, y por supuesto, un lugar que tenía que estar lo más lejos posible. Disfruté visitando una maravillosa pero pequeña biblioteca en el área a la que Cookie se escapa, dando paseos que podría ella haber hecho, y entrevistando a un pescador de langostas al que le encantaba contar sus historias sobre el mar.

JS: La experiencia de Cookie es similar a la de muchas mujeres de todo el mundo que intentan huir de la violencia de su marido y pedir asilo en los Estados Unidos. El año pasado, la Administración Trump trató de limitar las causas para solitar asilo en casos de violencia doméstica en contra de las mujeres. ¿Podría comentar al respecto?

MB: A mí me parece criminal. Estas mujeres se encuentran en situaciones terribles y que ponen en peligro su vida, tanto en los Estados Unidos como en el extranjero. Nos muestra lo lejos que estamos de la igualdad de derechos que a menudo no se les escucha, ni se les cree. Somos inhumanos por no abrirles las puertas. Si me pongo en su lugar, siendo abusada no sólo por un cónyuge sino muy posiblemente por un tirano en su pueblo natal, tal vez con la vida de sus hijos y sus propias vidas amenazadas, puedo entender qué es lo que los mantiene caminando por muchos kilómetros, esperando llegar a la frontera y encontrar algo de seguridad, a pesar de saber que nuestro sistema no funciona y que no pueden tener grandes esperanzas de ser aprobados para el asilo.

JS: Su novela también trata sobre el abuso del alcohol. Tú profundizas en el personaje del marido de Cookie, que es alcohólico. ¿Cuál fue el proceso de escribir esta parte de la novela?

MB: Me interesaba explorar qué tipo de efecto tiene el alcohol en alguien que actúe bien cuando no está embriagado. Y quería que el abusador (Warren) fuera alguien que pudiera ser considerado un buen tipo en su comunidad. La pérdidas de conciencia son un efecto muy real del consumo excesivo de alcohol y muchos alcohólicos se despiertan sin saber lo que hicieron la noche anterior. También quería mencionar la posibilidad de que Warren encontrara la sobriedad y tener la oportunidad de reformarse.

JS: La lectura de su novela me hizo pensar que los perpetradores de violencia doméstica sufren de una especie de enfermedad. Legalmente hablando, ¿deberíamos tratarlos de manera similar a los drogadictos?

MB: Esa es una pregunta muy amplia, porque la mayoría de las veces tratamos a los drogadictos como criminales porque incurren en una conducta delictiva. Y ciertamente creo que deberíamos tratar a los perpetradores de violencia doméstica como criminales. Pero también creo que necesitamos usar el marco de la enfermedad para desarrollar modelos de tratamiento eficaz, ofreciendole a las personas que quizás estén transmitiendo la violencia, que se perpetró contra ellas a una edad temprana o contra a alguien que se encontraba en una condición de inferioridad. De lo contrario, el ciclo seguirá repitiéndose.

JS: Te tomas tu tiempo para describir los primeros signos de violencia en la relación de tu personaje. ¿Crees que tu novela ayudaría a las víctimas potenciales de la violencia doméstica a romper los lazos con sus maridos o novios que muestran signos de comportamiento abusivo?

MB: ¿Es liberador reconocer a alguien similar a tí representado en literatura? Aunque Cookie explotó y ciertamente fue más allá de una reacción ideal, finalmente actuó en su propia defensa, y comenzó a descubrirse a sí misma una vez que estuvo algo segura en Cabo Bretón. Además, puede ser útil ver la progresión que describo, comenzando con el control del comportamiento y luego avanzando hacia actos más violentos de abuso físico y sexual. Por otro lado, las mujeres maltratadas son famosas por volver muchas veces con el abusador antes de que finalmente rompieran el lazo, por un sinnúmero de razones: La dependencia financiera, la dependencia social y la esperanza de que puedan solucionar el problema, entre ellas.

JS: Me encanta tu personaje, Edith. Era casi como una detective. ¿Cómo construiste ese personaje?

MB: Yo también quiero a Edith. Ella era un compuesto de muchas mujeres que he conocido. Alguien que observa y mantiene unida a la comunidad. Alguien que parece convencional pero que fue capaz de tolerar un matrimonio no convencional y que estaba satisfecha con lo que se le presentaba en la vida y que tenía mucha empatía por los demás que ella percibía como luchadores. Y quería dejar claro que, como ella, en algún momento de la vida, cuando uno se encuentra mal, a menudo hay una encrucijada y alguien le extiende la mano, consciente o inconscientemente, y que eso hace toda la diferencia para sacarte adelante, hasta que se pueden poner de nuevo los pies en la tierra. Así que ella hace esto por Cookie, y Cookie, a su vez, lo hace por Chrissie.

JS: Los personajes del libro tienen una segunda oportunidad? ¿Fue eso deliberado de tu parte, como autor?

MB: En realidad, no lo fue. Cuando la edición anticipada se envió a las oscuras calles de la crítica, Aaron Hamburger escribió, «una historia llena de tensión y, a la vez, humana sobre las segundas oportunidades ganadas con tanto esfuerzo». Y pensé, con razón, y me alegró mucho darme cuenta de que eso había sucedido, pero no por ningún plan o artilugio de mi parte. Por supuesto, quería que Cookie sobreviviera, y al principio, no tenía la intención de que Warren sobreviviera. Pero él, como personaje, tenía una idea diferente sobre eso. Así que le dí la opción de una segunda oportunidad.

JS: ¿Ha encontrado alguna estrategia exitosa para promover el libro?

MB: Sí, inicialmente, hice varias lecturas en la ciudad de Nueva York y el norte del estado. Pero los eventos que me han gustado más han sido los clubes de lectores, algunos en persona y otros en el ciberespacio. Cada una ha sido una experiencia única, pero todas me han ofrecido la oportunidad de aprender cosas interesantes sobre cómo se ha recibido el libro, y de participar en un debate estimulante. Estoy disponible para hacer más de estas visitas a petición y espero con interés escuchar de los clubes de lectura que deseen una visita de un autor en vivo. Gracias de nuevo.


Maureen Brady es autora de ocho libros, incluyendo las novelas Getaway, Folly and Ginger’s Fire y la colección de cuentos cortos The Question She Put to Herself. Getaway, la historia de una mujer que apuñala a su abusivo esposo y huye a los confines de Nueva Escocia in Canadá, fue publicada por Bacon Press Books en 2018. Sus historias y ensayos han aparecido en Sinister Wisdom; Bellevue Literary Review; Just Like A Girl; Southern Exposure; Cabbage and Bones: An Anthology of Irish American Women’s Fiction; y Banff Writers, entre otros. Su cuento, «Fiebre del baloncesto», ganó el concurso de ficción corta de Saints & Sinners en el 2015 y su cuento, «Fixer Uppers», fue finalista para el concurso de ficción de Saints & Sinners en el 2019.

Enseña escritura creativa en la Universidad de Nueva York, en el Taller de Escritores de Nueva York y en el Taller de Escritores Peripatéticos, y ha recibido becas de Ludwig Vogelstein, del Centro Tyrone Guthrie en Irlanda, de Money for Women, de la Asociación de Escritores de Nueva York (NYSCA) y de NYFA. Cofundó la editorial, Spinsters Ink, en 1979, fue cofundadora del Taller de Escritores de Nueva York en 2001, y ha servido durante mucho tiempo como Presidenta de la Junta Directiva del Fondo de Dinero para la Mujer.

Jhon Sánchez: Originario de Colombia, el Sr. Sánchez llegó a los Estados Unidos buscando asilo político. Actualmente, un abogado de Nueva York, con grados de JD/MFA. Sus cuentos más recientes son Pleasurable Death, disponible en The Meadow, The I-V Therapy Coffee Shop of the 21st Century, disponible en Bewildering Stories y «‘My Love, Ana,’-Tommy», disponible en https://www.fictionontheweb.co.uk/ . El 1 de julio, The Write Launch lanzó su novela corta The DeDramafi, que también será reimpresa por Storylandia en 2021. Fue galardonado con el Horned Dorset Colony en 2018 y con el Programa de Residencia Artística de Byrdcliffe en 2019.

Traducción por Jhon Sánchez.