El 6 de junio, estrenamos nuestro último documental en Pressenza, «El principio del fin de las armas nucleares».  Para esta película, entrevistamos a 14 personas, expertas en sus áreas, que pudieron darnos una idea de la historia del tema, el proceso que condujo al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, y los esfuerzos actuales para estigmatizarlos y convertir a la prohibición en eliminación.  Como parte de nuestro compromiso de poner esta información a disposición de todo el mundo, publicamos las versiones completas de estas entrevistas, junto con sus transcripciones, con la esperanza de que esta información sea útil para los futuros realizadores de documentales, activistas e historiadores a quienes les gustaría escuchar los poderosos testimonios grabados en nuestras entrevistas.

Esta entrevista es con Elayne Whyte Gómez, embajadora de Costa Rica ante la ONU en Ginebra, quien presidió la conferencia de negociación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares de marzo a julio de 2017. La entrevista se llevó a cabo en la Misión de Costa Rica en Ginebra el 12 de diciembre de 2018.

Le preguntamos a Elayne acerca de su trabajo como Embajadora de Costa Rica en la Misión en Ginebra, la experiencia de presidir la conferencia de negociación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, el papel de las mujeres y la sociedad civil en ese proceso, y las lecciones aprendidas de la puesta en marcha del Tratado de prohibición.

Preguntas: Tony Robinson; Camarógrafo: Álvaro Orús.

Transcripción

Hola. Yo soy Elayne White Gómez.  Soy costarricense, primero que todo y eso tiene un significado muy importante porque he recibido de mi país una formación, una manera de ver el mundo y las relaciones que buscamos siempre la convivencia pacífica.

En este momento soy la embajadora de Costa Rica, representante permanente ante la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, donde tiene la sede un conjunto de organizaciones muy importantes que tienen que ver con los derechos humanos, con el desarme y también con muchas otras áreas sectoriales como salud, trabajo, medio ambiente, etc.

El trabajo que haces como Embajadora en las Naciones Unidas en Ginebra.

Bueno, en primer lugar el trabajo que hacemos, qué hago yo representando a mi país, primero es buscar contribuir desde la perspectiva de mi país, de Costa Rica que es un país que decidió desde hace 70 años, tener un enfoque distinto hacia la paz y la seguridad aboliendo sus fuerzas armadas.

Entonces eso implica para un país como nosotros, que nosotros pusimos toda nuestra confianza en un sistema internacional, que a través de las reglas y de las instituciones podemos resolver los conflictos y los problemas de la humanidad.

Entonces cuando nosotros estamos inmersos en un ambiente multilateral, tratamos de contribuir evidentemente con nuestra voz, con nuestra visión sobre los diferentes temas que se trabajan, pero también en el fondo nosotros siempre tratamos de construir estructura para esa gobernanza global.

Es decir, siempre estamos muy interesados en que se construyan normas y acuerdos y tratados.  Tenemos un apego y una convicción muy importante en el impacto del derecho.

Entonces siempre estamos muy involucrados en crear derecho, derecho internacional, en crear estructuras para la cooperación y sí, nos interesa también mucho lo que llamamos el estado de derecho internacional también.

Lo que quiere decir que en todos los procesos de toma de decisiones haya un respeto del estado de derecho, de las reglas que hemos acordado, que los procesos sean abiertos, que sean transparentes, sean participativos, sean inclusivos, que permitan escuchar todas las voces de todos los seres humanos y de todos los puntos geográficos del mundo.

¿Cómo fuiste elegida como presidenta de las negociaciones? ¿Cómo te sentiste?

Bueno, vamos a ver.  Creo que mi país presentó la postulación que debía recibir un endoso de parte del grupo regional, en este caso del grupo de américa latina y el caribe.

Esto sucedió por conversaciones que habíamos tenido con distintos actores que estaban muy involucrados en el proceso y que consideraron que Costa Rica podía jugar un papel importante, dada la historia que teníamos de trabajo en desarme en general, en desarme nuclear y concretamente en este proceso.

Y desde la perspectiva personal, pues yo había estado involucrada en los últimos años en que el proceso liderado desde Ginebra haya generado una serie de resoluciones y ciertamente grupos de trabajo, dos grupos de trabajo aquí en Ginebra, uno el primer grupo de trabajo sobre desarme nuclear había sido presidido también por un costarricense, mi antecesor el embajador Manuel Dengo.

Luego vino una de las primeras etapas. Luego cuando ya se decidió que se lleva a trabajar sobre la base de buscar una prohibición jurídica, de llenar ese vacío jurídico y se hizo este grupo de trabajo aquí en el año 2016, pues evidentemente estuve muy involucrada desde la perspectiva personal y bueno, ciertamente somos muy activos acá en Ginebra y entonces podríamos que los colegas y los embajadores conocían un poco del trabajo y también del estilo de negociación y el trabajo que tenemos.

Es una combinación evidentemente de emociones humanas. Creo que evidentemente la más dominante es el temor, sí, por supuesto, y sentir una responsabilidad muy grande sobre los hombros.

Es esa combinación de emociones y varía de acuerdo con el momento. En el momento ha sido y hay mucha esperanza, ilusión.  En algún momento estuvimos muy confrontados con una gran complejidad.  Entonces viene un poco más el sentimiento de buscar la paz y la tranquilidad para poder pensar.

Pero si, evidentemente hay una mezcla de entre un gran temor y un gran interés y una fuerza para contribuir.

En el pasado me ha tocado en mi vida profesional, me ha correspondido estar en procesos de avanzada, generando cambios, promoviendo legislación…

Siempre, prácticamente en todos los lugares donde he estado, me ha correspondido ver hacia adelante y empujar procesos y que mueven la frontera. Entonces, esa experiencia también me generó una fuerza y esa fuerza compensaba también el temor.

Sobre el papel de las mujeres

Es muy claro que hay dos enfoques cuando uno conversa sobre el tema de la participación de las mujeres.

La primera de ellas es que tiene que ver con el derecho y la justicia.  Es decir, somos miembros de la humanidad, tenemos derecho de participar.

Entonces, eso es lo básico, pero además de contribuir con ese requisito básico de ser inclusivo y que reflejemos la composición de la sociedad, hay un aspecto que es central y es que todos los seres humanos somos distintos.

Tenemos una especie de especificidad, y las mujeres también contribuimos desde la perspectiva de nuestra propia vivencia.  Y ciertamente se ha estudiado mucho recientemente cuáles son esas características que las mujeres aportamos cuando estamos en un proceso de negociación.  Y ciertamente hay una contribución desde tener una perspectiva distinta que refuerce los procesos de negociación.

Me parece que es fundamental.  Me parece a mí una cierta, yo diría más que valentía, disposición para tomar  riesgo en favor de algo en lo que se cree profundamente.  Y también una disposición hacia explorar lo nuevo, que fue muy importante en este proceso de la conferencia.

Pero también la búsqueda siempre de un ambiente positivo, constructivo, con un espíritu de cuerpo.

Yo siento que eso fue también muy importante en el proceso. Claro evidentemente todas las mujeres que estaban en estos roles de liderazgo tenían una capacidad y una formación y el conocimiento del tema impresionante.  Eso está demostrado, y eso es lo básico, ¿no?

Pero tenía una fuerza muy grande y creo que también recibí un apoyo muy importante evidentemente de las delegadas mujeres. Yo creo que recibí un apoyo muy importante de todas las delegaciones. Pero me parece que fue un elemento distintivo capacidad de recibir de nuevas ideas, enfoques refrescantes y de buscar un ambiente de trabajo y negociación que tienda a tender puentes y a tener un ambiente de confianza y esperanza.

Sobre el papel de la sociedad civil

Bueno, primero que todo yo creo que es la nueva expresión del multilateralismo y la nueva expresión de lo que tenemos hoy día en la comunidad internacional.

Es decir, los gobiernos somos un actor, tenemos una forma de hacer nuestro trabajo pero nosotros no podemos trabajar sin las personas.

Es que las personas que están tan potenciadas hoy día, interconectadas, son una fuerza impresionante para darle rumbo a la sociedad internacional que estamos construyendo hoy día. Entonces, prácticamente es imposible pensar que los gobiernos podemos estar solos, nosotros buscando solucionar los problemas de la humanidad.

Necesitamos a la sociedad civil en todas sus expresiones y tal vez esto es algo que yo quisiera rescatar. Porque cuando hablamos de sociedad civil, hablamos desde activistas convencidos en el desarme nuclear, hablamos de víctimas.

Estamos hablando de seres humanos en su experiencia humana, en esta vida, han conocido los horrores de lo que estamos tratando de solucionar. Eso le dio a la conferencia un espíritu, un sentido de ética y de justicia, que no habría sido posible si ellos no estuvieran allí.

Es decir, por ejemplo, escuchar en la sala en el arranque de las negociaciones, el testimonio por ejemplo de Setsuko Thurlow y de muchas víctimas que estuvieron allí, no sólo de las explosiones en Japón, sino también de los ensayos nucleares posteriores.

O sea, son personas que aportan la vivencia humana, es decir, el impacto en la vivencia humana. Luego también tenemos, en ese concepto de sociedad civil, a la academia. Y ahí tenemos especialistas, doctores y grandes conocedores que nos aportaron un conocimiento muy importante.

Yo les decía incluso, en una reunión que tuve con la sociedad civil, yo les decía que yo había visto en ese proceso una mezcla muy interesante entre razón y convicción.

Es decir, evidentemente teníamos todo el conocimiento racional y científico, si se quiere, intelectual, pero había una fuerza también de convicción allí. Entonces esa combinación de sociedad civil, estados, llevando incluso la parte racional y conocimiento especializado, a mí personalmente, me parece que es de lo más extraordinario que hay que analizar en este espacio y que puede por supuesto contribuir hacia adelante.

Sobre la ausencia de los países con armas nucleares

Bueno, vamos a ver, yo creo que hay un análisis muy claro que es cuando hay un proceso de negociación en una sala y hay opiniones muy divergentes, es mucho más difícil ir acercando las posiciones. Entonces, el hecho de que no estuvieran participando, evidentemente dio una dinámica en el cual las posiciones extremas no estaban, ausentes, entonces habían diferencias de enfoque, pero no en cuanto al propósito del ejercicio. Entonces, evidentemente eso permitió totalmente que el trabajo se pudiera sacar en este tiempo tan limitado que teníamos.

Cuándo fue el momento en el cual pensaste, sí, ¿lo vamos a lograr?

Bueno, yo diría que hubo dos o tres momentos claves. A la hora de arrancar una conferencia, en este caso, esta conferencia de negociación, tendríamos que decir que ya habíamos recibido, ya se ha ido adelantando lo que podemos llamar la teoría del cambio, que era lo que se estaba buscando lograr.

Porque se había trabajado aquí en Ginebra y evidentemente en las conferencias sobre el impacto humanitario.  Entonces ya había un bagaje de conocimiento, de objetivo y de perspectiva.

Pero todo ese gran bagaje había que pasarlo por el tamiz ya de la negociación y de los intereses distintos de todos los países, y uno de los primeros desafíos es que la conferencia pueda arrancar bien. Y esto quiere decir que arranque todo en positivo, incluyendo que logre resolver un tema en el cual muchos procesos se quedan pegados o detenidos o invierten demasiado tiempo y energía, que es en la definición de las reglas de procedimiento.

Eso, desde el punto de vista de una presidencia tal vez quienes están negociando allí, no lo ven como desde esa perspectiva, pero desde el punto de vista de una presidencia, para poder arrancar bien se necesita que este grupo no se quede enfrascado en discusiones que no son las sustantivas con el objetivo que buscamos.

Y por eso para mí era absolutamente fundamental que lográramos acordar los temas operativos y procedimentales y las reglas de procedimiento de la conferencia.

Era además muy importante porque en esas reglas de procedimientos se contemplaba la posibilidad de tomar decisiones incluyendo por votación si no se podía llegar a un consenso.

Entonces, era fundamental para el proceso como tal, era fundamental para el marco de toma de decisiones y era fundamental para lo que llamamos en estos procesos llamamos “short gains”.

Uno, cuando está en un proceso de largo plazo, necesita ir generando logros inmediatos que aumenten la confianza en el proceso y en la capacidad de lograr el éxito.  Entonces el primer momento en que yo sentí que íbamos en buen camino y que me dio una gran esperanza fue cuando logramos aprobar todos los temas administrativos de la conferencia, el primer día, en una hora, y evitar a toda costa enfrascar o permitir que la conferencia se enfrascara en discusiones no sustantivas.  Entonces, una vez que logramos pasar eso, esa fue la primera luz de esperanza para mí.

Hubo una segunda luz de esperanza que fue al final de la primera semana de negociaciones. Porque, además de que logramos arrancar sin un trauma de discusiones negativas, luego generamos estas discusiones, estos intercambios entre la sociedad civil y los académicos, las delegaciones y se generó un ambiente tan positivo y de tanto entusiasmo que nos permitió cerrar la conferencia con un ambiente de esperanza y de convicción de parte de todas las delegaciones, que incluso me permitió decirles a todas las delegaciones: “Vamos a adoptar este tratado el 7 de julio”.

Y entonces, también definir esa meta y reafirmar esa meta para todos también de parte de la presidencia, este fue el segundo momento.

Y ya en la parte de las negociaciones hubo un momento particular donde, al menos uno de los temas más complejos en la negociación, que era cómo abordar el tema de la posibilidad de que estados nucleares se hagan parte del tratado para emprender su proceso de desarme en el marco de este régimen. Ese era muy complejo porque era novedoso totalmente.

Entonces una vez que yo empecé a ver que estábamos avanzando en esa negociación y recibí los últimos insumos y reportes de uno de los facilitadores, que estaban ayudándome con ciertos puntos centrales, llegó un momento en que yo logré consolidar un texto que yo vi, que yo dije: “esto ya es un tratado y vamos por esto”.

Entonces quedaron dos o tres puntos complejos que negociar para prácticamente el último día, que fue dos días antes de que se adoptara el tratado. Entonces, esa sesión del día miércoles 5 de julio a las 6 de la tarde, cuando suspendí la sesión pues evidentemente ya era claro que teníamos ya el tratado listo, pero esa sesión del día miércoles era una sesión esencial para que ese texto que se había construido, con la participación y la contribución de tantas personas, no se abriera. Si no que fuéramos hacia el final ya con ese bloque de consenso.

¿Qué hemos aprendido que va servir a futuro?

Para responder esta pregunta, yo creo que tenemos que tener claro qué papel juega el derecho internacional y las normas en construir la sociedad internacional que buscamos.

Y no podemos dejar de ver este proceso con una perspectiva de largo plazo histórica, porque los cambios, no hay nada perenne en la historia humana. En la historia humana estamos en permanente evolución y los cambios importantes no se dan de la noche a la mañana.

Entonces, vamos a citar un ejemplo. Hoy día nos parece muy claro que hubo una abolición de la esclavitud. Pero hubo mucho tiempo, en la historia de la humanidad, en que la esclavitud era la norma o el colonialismo u muchas otras calamidades de la interacción humana, que tenemos que ir resolviendo.

Entonces, sin las personas que estaban luchando por el fin de la esclavitud en el momento preciso en que eso estaba sucediendo, hubieran pensado que aprobando una ley o un tratado en un lugar muy específico no se iba a lograr, no tendríamos lo que tenemos.

Entonces, mi primera respuesta es que tenemos que verlo con una perspectiva histórica, en el largo plazo. Entonces, el primer impacto del tratado es cambiar la forma en que la comunidad internacional se refiere a las armas nucleares.

Entonces, de pasar de una narrativa que considera las armas nucleares como un mal necesario, a pasar a un momento en que la comunidad internacional dice que las armas nucleares, todo lo contrario, son un riesgo para la existencia de la humanidad, deben ser eliminadas y están en contra de la conciencia humana, básica y fundamentalmente. Cambiar la narrativa y cambiar la perspectiva también implica cambiar la forma en que negociamos con respecto a las armas nucleares.

Cambia la política de desarme nuclear completamente este tratado, y también se llega a un entendimiento de que evidentemente nosotros nos movemos por etapas históricas y después del advenimiento de la era nuclear, evidentemente un gran llamado por la prohibición de las armas nucleares.

Pero la gran preocupación estuvo en evitar la proliferación y por eso estábamos construyendo un régimen para la no proliferación. Y este régimen para la no proliferación además incluyó una obligación para que fuéramos adelante a destruir las armas en los arsenales y llegáramos entonces a volver a tener un mundo sin armas nucleares.

Entonces, en este proceso histórico, donde nos vemos en etapas, creo que también estamos iniciando una nueva etapa donde le ponemos la fuerza a la parte de abolición, de eliminación y de desarme.

Es evidente que hay un impacto en términos también de la formación y la percepción de la opinión pública, que es fundamental en el mundo de seres humanos hiperconectados y potenciados que tenemos hoy día.

Y también tenemos un impacto en ciertas estructuras, porque al haber una ley internacional, esto también tiene impacto incluso en sistemas financieros, por ejemplo, que hemos estado viendo como en sistemas financieros ya se estaba empezando a retirar la posibilidad de financiar empresas que están vinculadas con la generación de armas nucleares, porque la prohibición, que está contemplada en el artículo 1º, es una provisión muy amplia que tiene que ver con una amplísima gama de actividades vinculadas con las armas nucleares.

De manera que los impactos se van a ir generando, pienso quizás como por bloques y ciertamente, estamos en un momento muy complejo, muy difícil de la política mundial.

Estamos en un proceso de transición y de cambio estructural y la comunidad internacional ya ha atravesado por esas etapas antes, eso es lo que tenemos que recordar.

Pensemos, por ejemplo, si nos vamos a la norma contra el colonialismo, que tardó también mucho tiempo en irse forjando, también es cierto que este proceso de construir esa norma sobre la autodeterminación de los pueblos, se dio en momentos en que el colonialismo estaba en su máxima expresión.

Entonces, eso también pasó un proceso de cambio de forma estructural de la comunidad internacional para la cual existían normas, se fueron construyendo normas, para llegar a un momento en que ya a partir de los años 60 se generó todo ese proceso que hoy estamos viendo como resultado, que las Naciones Unidas, por ejemplo, que empezó teniendo 53 estados, ahora somos 193-4.

Entonces, creo que lo primero que hay que plantearse es el ser humano y la sociedad internacional de todas las sociedades se mueven a partir de las ideas y las concepciones que tenemos sobre los problemas.

Una vez que cambiamos las ideas y la forma en que vemos los problemas empieza a cambiar la forma en que actuamos y de esa forma es que se va generando el cambio.

Sobre tu motivación

Hay una fuerza interna que dice que no podemos fallar. No podemos darnos el lujo de fallar, aunque las cosas se pongan difíciles, tenemos que seguir adelante intentando.

Y eso es cierto, no solo a nivel internacional, también es a nivel nacional. Y en cada momento de mi vida personal, pero también de mi vida de trabajo, me he visto confrontado con muchas ideas, sueños o aspiraciones que, para lograrlas, hay que atravesar un proceso muy complejo.

Y en esos momentos difíciles lo que uno tiene que hacer es como diría un entrenador de béisbol: “mantén la mirada en la bola”, hay que mantener la mirada en el objetivo que tratamos de lograr y, es una convicción de que no podemos fracasar.