En defensa de la educación y en contra de la reforma de la seguridad social, los movimientos sociales que representaban a diversos sectores de la sociedad brasileña, como estudiantes, sindicalistas, maestros, por ejemplo, salieron a las calles de todo Brasil. Todos los estados, incluyendo el distrito federal, tuvieron protestas. En total, 200 ciudades. Los brasileños en las calles dijeron que no a los cortes bruscos. Sí! porque el término contingencia es sólo una maniobra de comunicación del gobierno para crear la ilusión de que no hubo una disminución en los recursos para la educación.

Las entidades que representan al sector estudiantil pidieron una nueva manifestación:

«En este sentido, la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), la Unión Brasileña de Estudiantes de Secundaria (UBES) y la Asociación Nacional de Estudiantes de Posgrado (ANPG) hacen un nuevo llamado a todos los estudiantes para que se movilicen en los próximos días, saliendo a las calles con su producción académica y materiales de estudio; convocar asambleas en todas las universidades, cursos, institutos federales y escuelas; así como convocar paros y presencia en los actos del 30 de mayo, acumulando fuerzas también para la lucha contra la Reforma de la Seguridad Social que tendrá su apogeo en la Huelga General de todos los trabajadores el 14 de junio.»

Los actuales concesionarios del poder en Brasil afirman que no hay investigación en las universidades públicas, y tratan la educación como un gasto. Difamando a estudiantes y profesores con mentiras, como si hubiera masas de gente desnuda en las universidades brasileñas. No conocer la «planta de producción» de estos lugares: estudiantes de estratos sociales desfavorecidos, muchos de ellos los primeros de sus familias, pero a pie en una universidad. Las personas que hacen un sacrificio financiero y personal renuncian a los fines de semana para estudiar.

La educación está intrínsecamente vinculada a la calidad de vida. A la esperanza de vida y a los ingresos. Se cristaliza en debates de política pública, y hay muchos ejemplos de países que han hecho inversiones masivas en el área y han obtenido un retorno estratosférico (ver Corea del Sur, desde la devastación de la posguerra hasta la potencia regional y mundial).

Parece haber una fuerza para transformar a Brasil en un gran feudo. Una colonia en manos del imperialismo americano. Pero la fuerza de las calles emerge al unísono, creando un contrapunto al cacofónico arreglo que capturó el poder en las elecciones de 2018. Aquellos que no pueden con la hormiga no revuelven el hormiguero.