Las elecciones locales del pasado 31 de marzo fueron una derrota histórica para el Partido de Desarrollo y Justicia (AKP) y su coalición. Después de unos treinta años en la capital del país, Ankara, y en la ciudad más grande, Estambul, la oposición triunfó.

Las primeras reacciones de la coalición gubernamental fueron de gran agresión y paranoia. Obviamente, una vez más, la calumnia ha sido puesta en marcha por los principales medios de comunicación, que ahora funcionan como prensa del gobierno.

Manipulación política

La noche antes de las elecciones, el candidato a alcalde del gobierno de coalición para la ciudad de Estambul, Binali Yildirim, se presentó ante las cámaras declarando su victoria. Esta maniobra provocó una respuesta por parte de su competidor, Ekrem Imamoglu, quien invitó al oponente a esperar los resultados oficiales. En las horas siguientes el sitio web de la agencia nacional de noticias, Anadolu Ajansi, dejó de transmitir los resultados. En la madrugada del 1 de abril, el Ayuntamiento de Estambul comenzó a cubrir la ciudad con carteles que mostraban la foto del candidato del gobierno junto con la del Presidente de la República. Acompañando a estos dos rostros sonrientes había una frase que declaraba la «victoria» de Yildirim. En ese momento era esencial escuchar una declaración oficial de la Comisión Electoral, YSK. De hecho, a primeras horas de la mañana, Sadi Guven apareció ante las cámaras y declaró que la victoria estaba más cerca de Imamoglu que de Yildirim. Además, Guven señaló que la agencia nacional no es su cliente.

En ese momento el país se enfrentaba a un organismo que anunciaba los resultados a su modo y a un candidato que ya se había declarado vencedor, a pesar de que los resultados fuesen diferentes. Durante las horas siguientes, el gobierno de coalición comenzó a tomar su camino habitual de ignorar el pasado y arrancar el fuego de la calumnia.

Varios miembros del partido gobernante comenzaron a hablar de fraude. En pocos minutos, la prensa gubernamental los apoyó y se fue creando lentamente la imagen de una ronda electoral llena de irregularidades.

El 2 de abril, Ali Ihsan Yavuz, vicepresidente del AKP, dijo lo siguiente: «Estamos ante el proceso electoral de mayor irregularidad en la historia de la República». Según Yavuz, hubo más de 300 mil votos considerados nulos, por lo que hubo que volver a contarlos. En pocas horas la Comisión Electoral decidió aceptar la petición del AKP y se inició el recuento.

Sin embargo, según Canan Kaftancıoğlu, presidente de la sede del Partido Popular de la República, (CHP) esta decisión de la Comisión Electoral no respetó el reglamento interno. Kaftancıoğlu dijo en una conferencia de prensa ese mismo día: » Los votos nulos siempre han estado ahí. Después de la votación, si los miembros del comité local lo consideran apropiado, redactan un informe para que se puedan volver a comprobar votos. Pero este no es el caso de los votos nulos. Así que el partido gobernante obtuvo algo que va en contra de las reglas de procedimiento de la Comisión Electoral.”

A pesar de ello, el recuento de votos nulos se está llevando a cabo en 18 instancias. Hasta ahora, no parece haber cambios en los resultados.

Manipulación de medios

El 3 de abril, el diario nacional Star apareció en primera plana con el siguiente título: «Quién organizó el golpe de estado en las butacas». Con este artículo, el periódico progubernamental argumenta que el éxito electoral de la oposición es el resultado de un trabajo piloto que pretende empañar la ronda electoral, «tal y como intentaron hacer con Gezi».

La misma trayectoria fue también imitada por Ibrahim Karagul, redactor jefe del periódico nacional conservador Yeni Safak. En su artículo, Karagul argumenta que este resultado electoral es el resultado de un proyecto concebido por el ayuntamiento de Gulen, la realidad económica y política acusada de estar detrás del fallido golpe de estado del 15 de julio de 2016. En conclusión, el redactor en jefe pide que las elecciones se celebren exclusivamente en Estambul.

Además, según Sabah (uno de los periódicos más importantes del país), se trata de una operación estudiada, y el título de la portada es «El futuro de Estambul está en los votos robados». Otros periódicos nacionales progubernamentales, Aksam, Gunes y Akit, siguieron la misma línea que Sabah, acusando a la oposición de planear un enorme fraude que los llevó a este éxito electoral.

Recuento denegado

Mientras el centro de atención se encuentra en Estambul, de alguna forma legítima, en otras ciudades la solicitud de recuento de la oposición ha sido rechazada.

El Partido Popular Democrático ha presentado su solicitud de recuento a la Comisión Electoral, YSK. Según los candidatos a alcalde y algunos dirigentes locales y nacionales del Partido, se registraron varias irregularidades en algunos lugares. Esta petición tiene sentido especialmente en aquellas zonas donde los opositores del partido solicitante ganaron con una diferencia muy pequeña: en la ciudad de Muş con 538 votos, en el municipio de Malazgirt con 3, en el municipio de Tatvan con 295, en Taşlıçay con 144, en Gercüş con 43, en Dargeçit con 634, en Viranşehir con 757, en Şemdinli con 154 y en el municipio de Esendere con 115, el Partido Popular Democrático perdió las elecciones. Por lo tanto, con la aparición de un eventual cambio numérico, la situación política podría ser diferente. Sin embargo, en estas áreas, todas las solicitudes de recuento de HDP fueron rechazadas.

Un pasado olvidado

Las irregularidades siempre han formado parte de la experiencia electoral de Turquía. En cada ronda de elecciones, los supervisores de los partidos de la oposición e internacionales siempre han documentado numerosas irregularidades de distintas formas. A pesar de ello, el partido gobernante siempre ha mantenido que las elecciones en Turquía se celebran sin fraude y ha pedido a la oposición que acepte el resultado que sale de los censos electorales sin «quejarse».

Tal como Bekir Bozdağ, ex viceprimer ministro, dijo en 2018 durante las elecciones legislativas: «En Turquía, cualquiera que hable de fraude electoral significa que ha sido derrotado en los recintos electorales.”

Ibrahim Kalin, portavoz del Presidente de la República, también dijo durante las elecciones parlamentarias del 2018: «El sistema electoral en Turquía es muy seguro y transparente. Es imposible cometer fraude.»

El candidato a alcalde del partido gobernante de la ciudad de Ankara Mehmet Özhaseki, durante esta última campaña electoral, dijo: «El día de las elecciones, la oposición verá que han perdido las elecciones y empezará a quejarse de que ha habido fraude.

El último ejemplo viene de Ali Ihsan Yavuz, el vicepresidente del AKP, quién a pocos días de esta ronda de elecciones dijo lo siguiente: «Tal vez seamos los más capaces del mundo en garantizar la seguridad de los votos».

Pero, ¿por qué?

Sin duda nos enfrentamos a una nueva campaña de fuerte manipulación debido a la derrota electoral sufrida por el diseño económico y político que ha gobernado Turquía durante unos 20 años. En el caso de Estambul y Ankara, se trata de un cambio de poder tras 25 años de monopolio. Ciertamente no es un cambio que se pueda aceptar fácilmente, sobre todo para un gobierno con gran voluntad política como el del AKP.

Por otro lado, en estos días también se habla de otros temas que pueden ser la base de esta campaña. Según algunos periodistas, el gobierno está tratando de ganar tiempo. La periodista Çiğdem Toker, del diario Sozcu, sostiene que el gobierno está trabajando en un cambio legislativo que vincularía a los municipios (en casi todos los casos) directamente con el Presidente de la República cuando se trata de contratos importantes. Así que, con este cambio, el gobierno central incrementaría su control sobre las autoridades locales.

El candidato para Alcalde de la oposición por la ciudad de Estambul, Ekrem Imamoglu, en los últimos días parece haber recibido varias llamadas de queja que hablan de operaciones dentro del municipio. Quienes llamaron a Imamoglu dicen que con dichas operaciones, se destruyen carpetas, discos duros y computadoras que contienen información importante.

Además de las teorías, también hay hechos. En el municipio de Bismil, provincia de Diyarbakir, el candidato ganador, Orhan Ayaz, se encontró sin un edificio donde poder celebrar reuniones de la junta directiva. El alcalde saliente, nombrado por el gobierno central bajo el estado de emergencia hace unos dos años, donó el edificio del Ayuntamiento a la comisaría de policía de la ciudad.

En los últimos años se ha hablado mucho de grandes obras inútiles, de proyectos de reordenación urbana que destruyen ciudades, de subsidios otorgados por municipios con objetivos electorales y de corrupción que vacía los bolsillos de muchos municipios. Según el portal de noticias EuroNews, las cinco primeras ciudades más endeudadas de Turquía en los últimos 15 años siempre han sido administradas por el partido gobernante.


Traducción del italiano de Nicole Salas