Entrevistamos a Roberto Guerra, gestor cultural, fundador de la Escuela de Gestores y Animadores Culturales, Egac, y parte de la Mesa de Organizaciones Culturales Comunitarias de la Región Metropolitana. Autor de los libros «Elaborando un proyecto cultural. Guía para la formulación de proyectos culturales y comunitarios», «Gestión y autogestión en la cultura» y «Del yo al nosotros. Aportes para pensar la gestión cultural comunitaria», de reciente aparición. Pero por sobretodo nos interesó tomar contacto con él como parte de la Red de Organizaciones Culturales Comunitarias para que nos comentara lo que vienen haciendo desde hace un tiempo.

Roberto Guerra: Desde hace ya 13 años, desde Egac colaboramos en diversos espacios de articulación en el campo de la cultura. En especial y en lo que respecta al Foro, en la Mesa de Organizaciones Culturales Comunitarias de la Región Metropolitana y la Red Latinoamericana de Gestión Cultural, RedLGC, de la que formo parte de su Junta Directiva. En el caso de Egac, hace ya 13 años nació como una iniciativa de formación de agentes culturales comunitarios y con el tiempo, ha devenido en un espacio de articulación. Pese a que seguimos trabajando en ello, nuestra labor se ha venido centrando en el acompañamiento de procesos, el estímulo de la asociatividad tanto en Chile como en el extranjero y el desarrollo de una línea de publicaciones en el ámbito de la gestión cultural. Hemos promovido diversas instancias como los Congresos nacionales de gestión cultural y los Encuentros regionales de Organizaciones Culturales Comunitarias el año 2017, tras los cuales se logró instalar con el Ministerio de las Culturas, la Mesa de Organizaciones Culturales Comunitarias de la Región Metropolitana. En esta instancia participan diez organizaciones de todas las provincias de la región y tiene como finalidad generar un canal permanente de diálogo entre el Ministerio de las Culturas y las Organizaciones Culturales Comunitarias para el diseño e implementación de políticas para el sector. Hay un recorrido largo, pero queda mucho por hacer todavía.

Pressenza:  ¿Están solamente en Chile o también han establecido vínculos con otras redes del mismo tipo que operan en diferentes lugares de Latinoamérica?

RG: Por su propia naturaleza, las redes tienden a vincularse con otras con las que se reconocen semejanzas en sus propósitos y rutas. En ese sentido, existen vínculos con diversas articulaciones tanto en la región, como en el país y el espacio latinoamericano, que se expresan en intercambios de opiniones, idas y venidas de personas para conocer experiencias, desarrollo de acciones virtuales y presenciales, etc. Es muy diverso. Y esto tiene que ver con que, pese a las dificultades, son muchas las organizaciones que están trabajando en visibilizar el quehacer cultural de base. De hecho, en mayo próximo en Argentina se realizará el IV Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria y en octubre en Ecuador, el 3er Congreso Latinoamericano de Gestión Cultural. El desafío aquí es articular.

Pressenza: ¿Qué significa para ustedes el hito del Foro Humanista Latinoamericano y cuáles son los objetivos que tienen del encuentro presencial?

RG: Apostar por el encuentro siempre es un aporte a construir futuro. En por eso que “construir convergencias” como se plantea el Foro, es una invitación a pensarnos en colectivo, lo que en los tiempos que corren tiene un valor tremendo, más aun con la diversidad temática que dará cita en ese espacio. En el caso del eje “Organizaciones culturales comunitarias”, es una oportunidad más para encontrarse y compartir en qué se está, pero ante todo de mirar hacia adelante. De dar un salto de la constatación y la queja, a la propuesta. En ese es sentido, queremos abrir un espacio de diálogo con organizaciones, proyectos y experiencias culturales que trabajan en los territorios en la idea de compartir experiencias, pero ante todo enfocar la conversación hacia el desarrollo de política pública en este terreno. Es importante señalar que –a diferencia de la tendencia internacional- Chile aun no cuenta con una política específica, ni legislación que aborde el quehacer cultural comunitario. Y ello es en sí una paradoja, si se considera no solo el aporte, sino el volumen de experiencias que a lo largo de todo el país, y de lunes a domingo, trabajan por el desarrollo cultural desde sus territorios. ¿Resultado? lo comunitario sigue siendo el pariente pobre de las políticas culturales. De allí que toda instancia que favorezca el dialogo y el disponerse a pensar desde lo colectivo, es un aporte para avanzar en este camino.

Pressenza: A futuro, ¿hacia dónde apuntan y por qué?

RG: Como han concluido los diversos espacios de encuentro realizados en la región, existe consenso en la necesidad de fortalecer la asociatividad. Sin ir más lejos, hace un par de semanas, en el pueblo de Maipo, comuna de Buin, se realizó una Feria Carnaval comunitaria que movilizó muchas energías y voluntades. Llegaron organizaciones de diversas comunas de Santiago y más de 200 artistas a encontrarse con sus pares y hermosear la plaza, pintar murales, conversar, bailar, cantar y compartir la comida. En síntesis, a encontrarse en torno de lo cotidiano, desde lo colectivo. Traigo esa experiencia porque recordó lo que muchas veces olvidamos: somos mejores con otros y en la asociatividad está la posibilidad de incidir.

En ese sentido, la apuesta es fortalecer la incidencia de las organizaciones y del sector en su conjunto para mover los márgenes de lo posible. En esa dirección, desde la Mesa de Organizaciones Culturales Comunitarias, acaba de concluir una capacitación que se realizó en dos provincias de la región, convocando a más de 50 personas de diversas comunas, y próximamente se publicará un cuadernillo de trabajo que busca apoyar estos procesos. Y en todo esto, lo principal tiene que ver con la necesidad de poner al centro lo común y crecer en lo asociativo, pues donde se ha podido avanzar en estos temas, ha sido precisamente con unidad y convergencia. Y desde allí, tratar de concretar uno de los anhelos principales: lograr el reconocimiento pleno del Estado y contar con una política pública que atienda en su especificidad al sector cultural comunitario.

Pressenza: ¿Quieres decirle algo más a quienes pudieran participar de este Foro?

RG: Todos quienes tengan ganas de encontrarse con otros y compartir sus experiencias, aprendizajes e ideas, tienen un lugar en el Foro. Invitaría a participar, en cualquiera de las formas que se proponen y en las que se puedan inventa y preparar esa participación para aprovechar al máximo esos día, fortaleciendo las redes de encuentro y colaboración.