Por Mike Head

El reportero especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la privacidad, Joe Cannataci, finalmente pudo reunirse ayer con Julian Assange en la prisión de Belmarsh en Londres.

El periodista y editor de WikiLeaks ha permanecido virtualmente incomunicado, en negación de sus derechos legales y democráticos fundamentales, desde que la policía británica lo sacó de la embajada de Ecuador hace más de dos semanas.

Esto se ha convertido en una batalla mundial por la libertad de expresión y el derecho del público a conocer la verdad sobre los crímenes que cometen los gobiernos y sus organismos estatales en todo el mundo.

Assange está siendo perseguido y sometido a un ataque legal sin precedentes por publicar millones de documentos secretos que exponen conspiraciones políticas y crímenes corporativos. Sin este extraordinario historial de periodismo de investigación auténtica desde 2006, esta información habría quedado suprimida.

Enfrentado las protestas y peticiones mundiales contra la terminación ilegal del asilo político de Assange y el lanzamiento inmediato de procedimientos para extraditarlo a los Estados Unidos, el gobierno británico se sintió obligado a conceder el acceso a la ONU. Cannataci se convirtió en la primera persona a la que se permitió entrar en la prisión de Belmarsh para visitar a Assange, a quien incluso se le ha negado el derecho a hablar con su familia.

Durante semanas, la ONU ha estado investigando la vigilancia general llevada a cabo por el gobierno de Ecuador contra Assange dentro de su embajada.

El 10 de abril, WikiLeaks reveló que cientos de miles de documentos, grabaciones de audio, videos y fotos fueron tomados en la embajada. Assange fue arrestado al día siguiente, impidiendo una visita programada de Cannataci el 25 de abril.

Funcionarios ecuatorianos espiaron todos los aspectos de la vida de Assange durante más de un año, incluyendo sus consultas médicas y reuniones confidenciales con sus abogados. El propósito obvio de esta operación ilegal era reunir o inventar pruebas que la administración de Trump pudiera utilizar para acusar y extraditar a Assange por cargos de conspiración premeditada y espionaje.

Fuera de la prisión el día de ayer, Cannataci dijo a la Australian Broadcasting Corporation: «Hay fuertes indicios de que algunos elementos de su privacidad pueden haber sido violados.» Añadió: «Este caso es importante porque se refiere a un conjunto muy especial de circunstancias en las que una persona que no está formalmente detenida ha sido objeto de vigilancia».

Después de reunirse con Assange durante dos horas, el enviado especial de la ONU informó que Assange estaba «en buena forma y sin duda muy coherente al responder a nuestras preguntas». Esta es otra indicación de la determinación desafiante de Assange de luchar contra su expulsión a los EE.UU., a pesar del daño causado a su salud por su confinamiento de siete años dentro de la embajada ecuatoriana.

En una entrevista concedida al periódico italiano Repubblica, Cannataci señaló el gran alcance de los actos de espionaje. Señaló que estaba buscando acceso al material que actualmente está en manos de la policía española, la cual se encuentra investigando un intento de extorsión de WikiLeaks para obtener copias de los documentos y videos.

«Cuando y si se me llega a conceder el acceso, esa evidencia podría consistir en miles de horas de cintas de vigilancia, que tardarán algún tiempo en ser vistas.»

El reportero de la ONU coincidió con la periodista de la Repubblica, Stefania Maurizi, en que la operación de espionaje contra Assange amenazó toda una serie de derechos humanos, entre los que se incluye la confidencialidad abogado-cliente. «Hay muchas dimensiones en el caso, incluyendo la libertad de expresión, la denuncia y la protección de las fuentes periodísticas», dijo.

La ONU está investigando si Ecuador violó la privacidad de Assange al someterlo a una estricta vigilancia bajo dos pilares del derecho internacional: la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Jennifer Robinson, una abogada que representa a Assange, ciudadana australiana, dijo en una declaración que su equipo legal acogió con agrado el compromiso continuo de la ONU en el caso. «Es motivo de gran preocupación que Ecuador haya expulsado al Sr. Assange de la embajada antes de que pudiera tener lugar la visita programada de la ONU», dijo.

Robinson dijo que el equipo legal también había solicitado una visita a Assange del reportero especial de la ONU sobre la tortura. Ella recordó que el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria había dictaminado a finales de 2015 que Assange había sido «detenido arbitrariamente», como resultado de tener que permanecer en la embajada para protegerse de la extradición estadounidense, para poder pedir su liberación.

Chelsea Manning, la valiente informante que filtró el infame vídeo «Asesinato Colateral» y muchos miles de cables diplomáticos estadounidenses incriminatorios a WikiLeaks, ha estado recluida en régimen de aislamiento durante más de seis semanas porque se ha negado a dar un testimonio falso contra Assange ante un Gran Jurado. Su detención continuada es un intento transparente de obligarla a cooperar en la venganza dirigida por Estados Unidos contra Assange.

Si Assange es enviado a los EE.UU. por cargos falsos de piratería informática, pronto enfrentará cargos adicionales, con una sentencia máxima de cadena perpetua o la pena de muerte. Esto sentaría un precedente internacional para el encarcelamiento de periodistas de todo el mundo que denuncian los crímenes e irregularidades de un gobierno.

Desde el arresto de Assange, numerosas publicaciones corporativas se han alineado directamente detrás de esta acción ofensiva. Han utilizado descaradamente las grabaciones de vídeo de Ecuador y otro material de vigilancia ilegal para repetir las calumnias personales contra Assange fabricadas por el corrupto régimen ecuatoriano, con el fin de justificar la terminación de su asilo político.

Estas mentiras y calumnias contra Assange contrastan con el inmenso apoyo con el que goza entre los millones de trabajadores, estudiantes y jóvenes de todo el mundo que lo consideran a él y a Manning como héroes. La oposición masiva a la persecución de Assange debe transformarse en un movimiento político que impida su extradición y garantice su libertad. El WSWS y los Partidos Socialistas por la Igualdad (SEP) de todo el mundo están desempeñando un papel central en esta lucha decisiva.

Durante los últimos 18 meses, el SEP (Australia) ha realizado una serie de encuentros, exigiendo que el gobierno australiano cumpla inmediatamente con sus obligaciones para con Assange, como ciudadano australiano, asegurando su regreso a Australia, con una garantía contra la deportación a los Estados Unidos.

Este sábado se celebrará en Sydney otro encuentro, con el objetivo de colocar esta exigencia en el centro de las elecciones federales australianas del 18 de mayo, a la que seguirán reuniones en varias ciudades.

El SEP en el Reino Unido ha participado en protestas y vigilias pidiendo una movilización total contra los movimientos de extradición de Assange. Hoy participará en una reunión pública en Londres, convocada por el Comité de Defensa  de Julian Assange.

Esta lucha crucial está totalmente ligada a la lucha por el socialismo verdadero. Como demuestra el ataque total a Assange y Manning por parte de los gobiernos y los conglomerados de medios de comunicación corporativos, asegurar los derechos democráticos fundamentales requiere nada menos que la transformación mundial de la sociedad por parte de la clase obrera para satisfacer las necesidades sociales, y no los intereses lucrativos de la aristocracia financiera.

Esta perspectiva internacionalista y socialista anima el Encuentro Internacional en Línea en Mayo de 2019, organizado por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y el Sitio Web Mundial Socialista. Animamos a nuestros lectores a que se registren hoy mismo.

Publicado originalmente en WSWS.org


Traducción del inglés por Rosalía Briones

El artículo original se puede leer aquí