Leonardo Cancino, psicólogo, Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Chile, miembro del Grupo de Apoyo Programático del Medio Ambiente del Frente Amplio de Chile.

 

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El agua es un tema, es un problema, es un derecho. Leonardo ¿qué mirada general nos das al respecto? ¿Dónde están las principales dificultades y desafíos respecto al agua?

Sí, contextualicemos primero alguna información básica; por lo general uno tiene conciencia de que el planeta está lleno de agua, ahora bien, un 97% es agua salada de los océanos y del 3% restante, el 2% corresponde al de los casquetes polares y menos del 1% a agua dulce accesible, relativamente, a las poblaciones del planeta.

Alrededor de un 40% de la gente del mundo tiene problemas de acceso a agua. Y mueren cientos de miles, más de dos millones al año, por problemas relacionados con acceso al agua. El problema es de distribución. El 90%, o más en algunos países, se dedica a la agroindustria, y un pequeño porcentaje es para consumo humano residencial. Entonces, es un problema global de escasez de agua y un problema de distribución que tiene que ver con cómo se administran los recursos.

Dijiste dos millones de personas al año mueren por problemas asociados al acceso al agua, ¿qué problemas son esos?

Acceso a agua potable, falta de recursos, problemas de higienización, sequía; hoy sabemos que hay aumento de temperatura y que ha sido ocasionado por la producción industrial, no es un tema natural, sino relacionado con la distribución de recursos, y en el tema del agua el aumento de temperatura lleva a desastres medioambientales, huracanes, tornados, sequías intensas, desertificación. En la India por ejemplo se han comenzado a secar los glaciares del Himalaya, que abastecen de agua al país, y las cuencas se han comenzado a secar y eso provoca que haya zonas de irrigación que antes proveían de alimentos que ya no dan para cientos de millones de personas. Eso genera tremendas migraciones entre países y al interior de los países, y algunos no están preparados para recibir o no están a la altura moral ni ética para afrontar estos problemas, y se generan asentamientos insalubres, desplazamientos y muertes.

Leonardo, ¿esto tiene especificidades en América Latina y Caribe?

Por supuesto. Hay países menos afectados otros más. Pero, sobre todo, tomando el caso paradigmático de Chile, durante las dictaduras militares hubo un proceso de privatización de los bienes comunes. El agua, se podría considerar un bien común, si es que considera que todos los seres tienen derecho al agua, pero con el impacto al neoliberalismo, a través de las dictaduras militares y los regímenes posteriores, el agua se pasó a considerar un derecho económico, un bien económico y, por lo tanto, se privatizó. En este sentido, Chile es paradigmático porque durante los años 80 el mercado de agua que se ha ido consolidando. Y eso ocasiona que el agua se destine a monocultivos o plantaciones de palta (aguacate) o bosques de eucalipto, que genera que haya zonas que se comiencen a secar y que las personas ya no tengan agua potable y que el Estado debe volver a comprar derechos que entregó gratuitamente a grandes empresas privadas. Entonces, esto indica que el agua no es solo un problema medioambiental desacoplado, si no intereses creados que favorecen a unos pocos y no a las mayorías.

Con esta conciencia de que el agua es un derecho, a lo largo del continente hay iniciativas de las comunidades y organizaciones campesinas, indígenas para defender su derecho al agua, ligadas en algunos países a las luchas anti mineras y extractivistas. ¿Cuál es tu mirada sobre esas iniciativas y sus posibilidades?

Yo las valoro muy positivamente y creo que no hay otro camino. Aquí hay un dato interesante, durante el proceso de neoliberalización intensivo de los años 80 y 90, y principios del 2000, hubo paralelamente un proceso de desmovilización y fragmentación del tejido social, que llevó a los Estados nacionales a que fueran cooptados por las políticas neoliberales y, de alguna manera, las poblaciones se desacoplaron de los intereses políticos de gran escala y dejaron el terreno libre para que los intereses económicos de unos pocos cooptaran el Estado y este hiciera políticas favorables a ellos. Esto va cambiando en Latinoamérica radicalmente con los procesos ecuatorianos, bolivianos, argentino posterior al corralito, y uno de los elementos clave fue la guerra por el agua en Cochabamba, Bolivia, ahí la población se levantó y dijo “no vamos a aceptar la privatización del agua”, y entonces comenzó la movilización que hizo cambiar las condiciones políticas de Bolivia. Me resulta interesante, este proceso de la guerra del agua en Bolivia, creo que da pautas para las poblaciones locales, para revertir procesos de privatización, enajenación y expropiación de esos bienes de uso común. Es un antecedente importante. Y otras iniciativas como la mejor gestión del agua, de comunidades indígenas, donde los bienes naturales son ocupados de manera que no daña su uso posterior, se puede ir retroalimentando y no expolian como lo hace el gran capital.

Estabas hablando de movilizaciones, precisamente esta semana en Chile se debate la ratificación del TTP11, Tratado Transpacífico de Cooperación Económica. Este acuerdo va a impactar sobre el derecho al agua porque asegura a las grandes empresas la posibilidad de hacer cultivos transgénicos y que además contaminarán el agua. ¿Crees que la lucha por el derecho al agua pasa también por luchar contra estos tratados?

Así es, estos tratados van a asegurar la privatización de los bienes comunes, y vienen a asegurar la propiedad privada, esos tratados van a eso. Uno dice, sí uno tiene derecho a cierta propiedad privada razonable, como tener una computadora, etc. Pero, aquellos bienes que tienen que ver con las necesidades básicas, es muy cuestionable que puedan ser privatizados. Esos bienes lo que requieren es de una administración común, lo usual hasta ahora es que lo hacía el Estado, un ente común que obra por el poder de todos, y este ente común debería administrar los recursos comunes y posibilitar que lleguen a todos. Pero, lo que sucede con ese tipo de tratados es que esos bienes están en menos manos. Estos tratados hacen imposible el ejercicio soberano de los pueblos sobre esos bienes comunes y, para recuperarlos, es necesario luchar contra esos tratados, sino, el uso de la fuerza de los Estados, como los ejércitos, lo que va a salvaguardar son esos derechos privados de unos pocos en vez de los bienes comunes de las grandes mayorías.

¿El agua es un bien escaso o es el mal uso que se hace de él lo que genera problemas?

Relativo a la existencia de agua dulce en el mundo, el agua que existe lograría abastecer las necesidades humanas sin ningún problema, si estuviera bien distribuido, quiero ser categórico en esto. Si el agua se distribuye de una forma correcta, apropiada, poniendo en el centro el valor de la vida en general, de la vida humana en particular, no tendríamos problemas de abastecimiento de agua. El agua se distribuye irregularmente entre quienes tienen más o menos recursos. Los grandes problemas climáticos hoy van a afectar con mucha mayor fuerza a las poblaciones más pobres. Pongo un ejemplo bien concreto: el consumo de agua diario de un estadounidense promedio es de 400 litros; el de un africano promedio, es de 20 litros. No es solo beber, sino el agua que se usa para fabricar la ropa que cada uno lleva. El africano promedio consume el 5% del agua de un norteamericano promedio, y eso es desigual distribución de los bienes. Y eso viene a estimular a la gran industria para que genere enormes utilidades en detrimento de las necesidades básicas de las grandes mayorías.

Cada vez se visibiliza más la importancia del rol de las mujeres campesinas que viven en el páramo, en el caso de Ecuador, en la defensa del agua. ¿Qué piensas del rol de las mujeres en el cuidado del agua?

Creo que es fundamental, la tríada mujeres-campesinado-población indígena, creo que es la clave del mantenimiento de los recursos de manera sustentable. Y la sustentabilidad se ha usado para salvar a la nación con desarrollo ilimitado, con lo que se ha perjudicado fuertemente al planeta. Cuando hablo de desarrollo ilimitado, quiero decir, hay una idea de industrialización de que el planeta tiene recursos ilimitados y que podemos sacarlo sin preocuparnos, pero estos informes desde el 60-80 muestran que el planeta tiene recursos limitados y estamos rompiendo sus ciclos y con ello los bienes. Esta toma de razón ha sido fuerte sin la necesidad de informes científicos o académicos, entre los grupos de mujeres, de indígenas y de campesinos, ellos saben, desde hace tiempo por su experiencia directa en su relación con la naturaleza, esto ha sido defendido por los sectores como mujeres campesinas, por ejemplo, en Chile las mujeres muestran el uso de huertos, medicinales, alimentación, el uso racional del agua y de la semilla. ¿Cómo no va a ser distinto el impacto de eso a los monocultivos? Los grupos mencionados y sobre todo las mujeres han tenido un rol protagónico en el cuidado del agua.