Hoy Quito amaneció tan frío como de costumbre, pero eso no fue lo primero que alertó a los ecuatorianos al despertar. A las 5 de la mañana, hora ecuatoriana, el presidente Lenín Moreno anunciaba a todos que el país dejaría de dar asilo a Julian Assange, por supuesto, haciendo valer su soberanía. Decisión que más tarde sería reafirmada por el canciller José Valencia que además reveló 9 razones para que se dé por terminado el asilo diplomático a Assange.  Entre las nueve razones, destacan: interferencia en asuntos externos de otros estados,  mal comportamiento,  la salud de Assange preocupa al gobierno ecuatoriano e incluso inconsistencias en su naturalización.

Ante esta primera noticia las reacciones no se hicieron esperar, y por supuesto, sonaban al ritmo de los medios masivos de comunicación donde incluso destacaban que las movilizaciones eran organizadas por “el correísmo”, una etiqueta que inconscientemente hizo que la razón se nublará por el revanchismo en la opinión de la sociedad ecuatoriana. Ya no era de una persona de quien se hablaba y de la cual se le habían despojado sus derechos, ahora era “ese” error del “correísmo” de la denominada “década perdida” que tanto se esfuerza el presidente actual por demostrar.

Pero la memoria es frágil, y Julian no es la excepción a este principio. En 2010 era casi una estrella, el sujeto del momento, el activista del momento,  un héroe mundial, el rostro de la rebeldía o un anti-imperialista. Todo esto por el revuelo que causaba el sitio WikiLeaks que filtraba noticias de las cuales el público en general no debería tener conocimiento, como el ataque de Bagdad orquestado por el gobierno de Estados Unidos. Julian Assange es y fue la cara más visible del sitio y por ello se empezaría a mover la gran maquinaria. Meses después de sus filtraciones, se le acusó de haber violado a dos mujeres por lo que se pedía su arresto en Suecia. El tiempo pasó y pidió asilo en la embajada de Ecuador en Londres, que se le concedió inmediatamente. Más adelante, Julian Assange incluso constaría como naturalizado ecuatoriano. Pero ya hace mucho de esos días.

El día de hoy, y en forma de respuesta, se realizó un plantón al frente de la Cancillería del Ecuador ubicada en el centro de la capital. La tarde se agotaba y la gente llegaba poco a poco, en un momento existían más prensa que protestantes, todos eran expectantes de evidenciar el descontento de la gente por la decisión respecto al asilo diplomático. TeleSur estaba listo, HispanTV también, varios periodistas y fotógrafos. Pero había alguien que también se alistaba minuto a minuto, la policía nacional. No se ve tal fuerza policial a menos que el presidente esté presente. Los gritos comenzaban, recriminando a Lenín de traidor y a Valencia de asesino, pero hasta que la lluvia comenzara media hora más tarde, no se sintió un solo grito al frente de la cancillería.

Ciclistas, pañuelos verdes, extranjeros, madres, padres, académicos, estudiantes y demás se podían ver en los gritos, pero escasos lamentablemente. No se llegó a los 50 manifestantes, lo que nos hace formular el verdadero estado de la conciencia social. Si, en 2010 era un héroe, hoy parecía que la gente lo veía como un error olvidable. Ignorando el hecho del trabajo de Assange en WikiLeaks, que es de suma importancia histórica, social, política y tecnológica; era de un ser humano de quien se trataba, y se lo acababa de enviar al matadero. Es por eso que 50 personas nunca serán suficientes para temas como estos donde la vida está en juego. Mientras rodeaba la marcha y los oficiales seguían nerviosos, escuchaba comentarios como: “estos chapas (policías) creen que somos giles” “nos vienen a pegar y creen que no sabemos” palabras que venían de los manifestantes. Pero en un punto todos tomaban fotos, videos, o querían su selfie; parecía que solo la “vieja guardia” entendía lo importante de una marcha y de gritar por una injusticia sucedida. Y como si de tomar el pulso a la sociedad se tratara, cada grito empezaba y se callaba, con pausas cada vez más largas donde cada silencio se hacía más eterno ¿Perdimos nuestra conciencia o nuestra memoria?

Y como un último dato, después del cese al asilo diplomático, el canciller informó a las autoridades para que ingresaran por Julian. Y casi como un reloj suizo, Estados Unidos pidió la extradición de Julian Assange a Reino Unido denunciándolo por piratería informática. Una sincronía casi profética y aun así, sin nada de sorpresa.