Un extenso artículo del medio norteamericano New York Times admite que el convoy de ayuda humanitaria fue incendiado en el puente Tienditas por opositores al gobierno de Nicolás Maduro y no por el Ejecutivo venezolano, como publicaron los medios de masas en el mundo.

El relato propuesto por el vicepresidente estadounidense Mike Pence de un Maduro bailando mientras ordenaba quemar comida y medicinas se desarmó ante la evidencia y el análisis de los hechos realizado por los periodistas del NYT.

La reconstrucción realizada por los periodistas del medio estadounidense comparando fotos, filmaciones y relatos, no deja margen de dudas de que un coctel molotov lanzado por el grupo de opositores de Maduro causó el incendio.

Que los opositores al gobierno de Maduro lanzaran cócteles molotov sobre la Guardia Nacional Bolivariana no entró en la consideración de los analistas de los hechos, que siempre invierten la carga de las pruebas para narrar las escaramuzas entre opositores y fuerzas de seguridad.

Ríos de tinta se utilizaron para denostar al mandatario venezolano, sobre el que se usaron todos los epítetos posibles, culpándolo de hechos que en todo momento negó.

Incluso el NYT pone en tela de juicio que los camiones de presunta ayuda humanitaria tuvieran medicinas en su interior, algo que no se demuestra ni en los videos, ni en las entrevistas.

“La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), principal proveedor de la ayuda que estaba en el puente para ser cruzada desde Cúcuta, no tenía medicamentos listados entre los objetos que anunció como donación”, describe el artículo.

Maduro desde el primer minuto denunció que los “delincuentes contratados por Iván Duque”, el presidente colombiano, fueron quienes incendiaron el camión, en el que habían mascarillas, guantes, jabón y pasta dentífrica.

Relatos de testigos presenciales dan cuenta de que venezolanos intentaban convencer a los agentes apostados en la frontera de que dejaran entrar la “ayuda humanitaria”, cuando irrumpieron los grupos violentos que atacaron a todos indiscriminadamente.

La retórica de los políticos estadounidenses para justificar una intervención ilegal contra Venezuela se choca de lleno contra la realidad.

El artículo original se puede leer aquí