Por Javier Cabero

En el debate sobre Venezuela y su situación política hay personas que borran la Historia, asumiendo posturas que son de historieta.

Colocan entre los salvadores, como figura heroica, a las tropas de Estados Unidos. Se frotan las manos esperando el día de la invasión para ver los bombardeos desde sus televisores, tomando cerveza y comiendo bocadillos. Expectantes ansían ver un espectáculo similar al de la invasión de Irak, transmitida al mundo entero por miles de canales de televisión, los cuales, para mantener el rating y la calificación “todo público”, obviamente no transmitieron ni una sola imagen de los miles de civiles iraquíes destripados, hechos pedazos por los bombardeos.

Guerra basada en una espantosa mentira, que decía que Irak poseía armas químicas y bacteriológicas, lo que luego fue aclarado por el mismo Estados Unidos, diciendo “disculpen, nos equivocamos”, frase que no resucitó a ninguno del medio millón de civiles muertos en Irak por efecto de la invasión. Se ha calculado que por cada militar muerto en la Guerra de Irak (2003-2011) cayeron 24 civiles no combatientes. Hoy tenemos un Irak destruido y dividido.

Si seguimos repasando la Historia comprobaremos que Estados Unidos invadió, por ejemplo, a Panamá en 1989, intentando cortar el reclamo de ese país sobre la propiedad del Canal, usurpada en ese entonces por Estados Unidos. La invasión fue condenada por la Asamblea General de la ONU y por la OEA. También intervinieron en Chile en 1973 para poner fin al gobierno de la Unidad Popular y asesinar a Salvador Allende. Y si seguimos el recuento, pues llegamos a 70 países invadidos desde que EE.UU. declaró su independencia. Recuento realizado por Zoltan Grossman en su investigacion titulada “From Wounded Knee to Libya: a century of U.S. military interventions” basada en los archivos del Congreso norteamericano. Son algunos ejemplos de una larga lista de invasiones e intervenciones alrededor del mundo por parte de EEUU para para imponer por la fuerza de las armas sus intereses.

Hace pocos días Trump, refiriéndose de modo directo a Venezuela y en tono de amenaza, dijo que «todas las opciones estaban sobre la mesa». Empero, estos juegos de poder no se juegan de modo solitario. Otras potencias como Rusia y China también participan y juegan fuerte, enfrentándose a Estados Unidos, lo que coloca nuevamente en grave peligro al mundo de sufrir una catástrofe por efecto de una guerra nuclear. Hace 7 días, el 1 de febrero EE UU anunció que deja en suspenso el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF). Rusia respondió pronta y enérgicamente retirándose del Tratado. La respuesta rusa fue inmediata y el mismo día 2 de febrero anunció que también lo abandonaba. La suspensión del tratado durará seis meses y se convertirá en permanente si no llegan a un acuerdo

Y en este ajedrez no es al azar que se eligen los peones y los alfiles. En enero de este año, Elliot Abrams fue nombrado por el Secretario de estado Mike Pompeo como un «emisario especial» para tratar la situación venezolana. Tras ser designado, Abrams dijo que Estados Unidos estaba buscando obtener los recursos financieros para que Juan Guaidó, se desempeñe como mandatario interino

Según la BBC, Abrams, ahora encargado de EE.UU. para «restaurar plenamente la democracia en Venezuela es «el mismo personaje que dirigió el golpe de estado del 2002 contra el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez». Participó asimismo en la venta de armas de forma secreta a Irán con el fin de usar los dineros recibidos para financiar a la guerrilla de la Contra, que luchaba contra el gobierno sandinista en Nicaragua, siendo condenado y luego indultado.

Según el Wall Street Journal, Abrams fue uno de los impulsores de la invasión a Irak durante el gobierno de Bush. Abrams también fue clave en la política intervencionista de apoyo a los regímenes de El Salvador y Guatemala y sus escuadrones de muerte, justificando o negando las graves violaciones de derechos humanos. De acuerdo a Human Rights Watch, Abrams «intentó encubrir la masacre de El Mozote, en El Salvador, donde más mil hombres, mujeres y niños fueron asesinados a mansalva por fuerzas especiales del Ejército”. Las mujeres, en particular, las adolescentes fueron violadas Después de violarlas, los soldados las mataban a tiros o las decapitaban. Los hombres fueron asesinados con el mismo método, se les transportaba en grupos de cinco y se les fusilaba; posteriormente se decapitaban los cadáveres. El crimen se repitió en otras localidades vecinas de El Mozote durante al menos tres noches. Se trata de la matanza más sanguinaria en la historia de América Latina y un hecho sin precedentes en el que un ejército masacró sin piedad a la sociedad civil desarmada, sin enfrentamiento alguno.

Lo comentado muestra que Abrams no es ningún samaritano y nos conduce a afirmar que su intervención está directamente vinculada a una agresión militar contra Venezuela, que si llega a producirse dejará miles de civiles muertos y un gobierno títere como el de Irak. Es hora de dejar las historietas de héroes y villanos. De salvajes pieles rojas puestos en su lugar por combativos soldados. Estamos ante una guerra declarada