«Los Estados Unidos tienen un historial muy malo de intervenir en países latinoamericanos y eso no debe volver a ocurrir», dijo Sanders. «El futuro de Venezuela debe estar en manos del pueblo venezolano».

por Jon Queally, personal de Common Dreams

Voces progresistas que se oponen a la guerra, entrometiéndose en complejos conflictos políticos de naciones extranjeras, y preocupados por los resultados negativos de otra intervención extranjera de los Estados Unidos, están del lado del senador Bernie Sanders después de haberse manifestado ante los ataques de las fuerzas intervencionistas dentro del Partido Demócrata por su postura frente al cambio de régimen en Venezuela.

En una entrevista con Univision el jueves, Sanders dijo que si bien no cree que sea su deber decir si el líder de la oposición, Juan Guaido, quien el mes pasado, en coordinación con la administración de Trump, se declaró a sí mismo «presidente interino», debe ser considerado como el líder legítimo de Venezuela; respalda los esfuerzos a favor de la democracia en el país, incluso mientras se opone a cualquier hecho vinculado con el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro respaldado por Estados Unidos.

«Creo que Estados Unidos tiene que trabajar con la comunidad internacional para asegurarse de que haya una elección libre y justa en Venezuela», declara Sanders. Sin embargo, agregó, los EE. UU. “No deben usar la fuerza militar e intervenir nuevamente, como lo ha hecho en otras ocasiones en América Latina … ya sea en Chile, Brasil, República Dominicana o Guatemala. «Los Estados Unidos tienen un historial muy malo de intervenir en países latinoamericanos y eso no debe volver a ocurrir. El futuro de Venezuela debe estar en manos del pueblo venezolano».

Mire la entrevista completa:

Los comentarios de Sanders surgen a medida que la presión política continúa creciendo en Venezuela, con las fuerzas de oposición lideradas por Guaido uniendo fuerzas con la administración Trump para estructurar un conflicto en la frontera con Colombia el fin de semana pasado con un enfrentamiento por los suministros y la ayuda extranjera.

Si bien las páginas editoriales de periódicos como el Washington Post continúan informando lo que está sucediendo cerca de la frontera como un esfuerzo legítimo para brindar ayuda humanitaria al pueblo necesitado de Venezuela, los críticos dicen que no hay razón alguna para tratar a los miembros del equipo de política exterior de Trump, incluido el Secretario de Estado Mike Pompeo , el asesor de seguridad nacional John Bolton, y el representante especial del Departamento de Estado en Venezuela, Elliott Abrams, por tener cualquier motivo que no sea subsecuente y nefasto. Como el periodista y crítico de medios Adam Johnson escribió para TruthDig el viernes:

En realidad, nadie piensa que el mismo Donald Trump que inició su carrera hacia la Casa Blanca llamando violadores a los mexicanos y, posteriormente, como presidente, dando por extinto a Puerto Rico después del huracán María, se preocupa por los pobres de Venezuela. Realmente nadie cree que la fila de asesinos de los propulsores de la guerra fría, liderada por dos de los más extremistas de la derecha en la política estadounidense, el enviado de Venezuela Elliott Abrams y el asesor de seguridad nacional John Bolton, se preocupe por la gente hambrienta en Venezuela o su difícil situación. Nadie que lea esto, ya sea derecha, izquierda, centro, libertario o comunista, en verdad compra la narrativa prevaleciente de que Estados Unidos está enviando «ayuda» a Venezuela como un gesto humanitario.

Entonces, ¿por qué todos están fingiendo lo contrario?

En un video reciente en The Intercept producido para su podcast «Interceptado», el periodista Jeremy Scahill y sus invitados expusieron algunos de los antecedentes clave de la situación actual en Venezuela junto con el contexto histórico:

Según Scahill, la administración de Trump ha estado “conspirando abiertamente para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro en Caracas. Se está promoviendo abiertamente como una campaña para robar el petróleo venezolano en beneficio de las corporaciones estadounidenses, y algunos demócratas poderosos están alentando a Trump y uniéndose a la conspiración «.

Pero mientras la crisis continúa creciendo, el abogado de derechos humanos Alfred de Zayas, ex especialista independiente de la ONU para la promoción de un orden internacional democrático y equitativo, ha estado entre los que critican a la gestión de Trump, legisladores de ambos partidos y miembros de los medios corporativos de los Estados Unidos por su continuo ímpetu por un cambio de régimen en Venezuela:

Mientras tanto, en respuesta a Sanders quien se opone firmemente a un nuevo esfuerzo de cambio de régimen a manos del gobierno de los Estados Unidos, esta vez en Venezuela, la diputada Donna Shalala le dijo a Politico que, debido a tal posición, «Él no va a ser el candidato del Partido Demócrata». Aunque Shalala representa un distrito donde muchos norteamericanos de origen venezolano y ex patriotas venezolanos se oponen a Maduro, ella recalca que Sanders «ha demostrado una vez más que no entiende esta situación» y añade: «Estoy totalmente en desacuerdo con su imprecisión al no decir que Maduro debe irse».

Como Sophie Weiner lo puso en su titular de la mañana del viernes para Splinter News: «Bernie Sanders no es golpista suficiente para los demócratas de la Florida«. Según Weiner:

¡El presidente venezolano Nicolás Maduro es un dictador peligroso que necesita ser expulsado del poder inmediatamente! ¡Todos los políticos buenos y honestos en América, de izquierda o de derecha, deben apoyar completamente cualquier intervención en este asunto, y deben reconocer al líder del partido de la oposición, Juan Guaidó, como el gobernante legítimo del país!

Esta es la línea de la burbuja de la política exterior de Estados Unidos. Y que Dios los ayude si se alejan de él aunque sea un poquito, como lo ha hecho el candidato demócrata para el 2020, el senador Bernie Sanders.

En su respuesta a los comentarios de Shalala y otros, el subjefe de personal de Sanders, Ari Rabin-Havt, dijo que tales argumentos para intervenir, sin tener en cuenta las consecuencias, representan «la larga y horrible historia de los políticos estadounidenses que imponen su voluntad al pueblo de América Latina». Su jefe, Robin-Havt reiteró,» está con el pueblo venezolano para exigir elecciones libres y justas y para la libre determinación de todas las personas alrededor mundo «.

Ben Rhodes, por su parte, que se desempeñó como asesor adjunto de seguridad nacional durante el gobierno del ex presidente Barack Obama y no se lanzó sobre la política exterior de Estados Unidos, pareció estar de acuerdo con los que calificaron las declaraciones de Shalala como «una reacción exagerada» y advirtieron que sigue siendo muy posible ser crítico con el gobierno de Maduro, como lo ha hecho Sanders, mientras sigue advirtiendo contra otro derrocamiento de un gobierno extranjero respaldado por Estados Unidos.

«Es posible pensar que a) los venezolanos estarían mucho mejor sin Maduro al mando, y b) la política de Trump (y la estafa) está creando la impresión de un cambio de régimen impuesto por los Estados Unidos el cual plantea muchos riesgos, incluida la intervención militar», dijo Rhodes, en un hilo de cuatro partes en Twitter el viernes por la mañana.

«No ayuda que Trump sea obviamente falso», continuó Rhodes. “Él simboliza a los dictadores de todo el mundo al hablar de democracia en Venezuela y Cuba. Y, sin duda, en su discurso del Estado de la Unión y en Miami, ve a Venezuela como un problema político interno vinculado a su campaña de reelección de 2020 «.

Concluyó diciendo que «el consenso político-mediático de que los demócratas no deberían tener relación con Trump en Venezuela se suma a una tradición: se ha considerado que es políticamente perjudicial oponerse al cambio de régimen impuesto o apoyado por Estados Unidos, a pesar de los resultados de esos esfuerzos (que a menudo empeoran después del cambio de régimen). Esta mentalidad conduce a errores continuos y la eliminación de cualquier matiz de los debates políticos de gran impacto».

Mientras que otros dejaron en claro su escepticismo con respecto a Rhodes como una voz confiable de sabiduría no-intervencionista, el periodista Glenn Greenwald dio crédito a los comentarios incluso cuando notó su «fuente (gratamente) sorprendente»:

Según Greenwald, las objeciones de Shalala a la posición de no intervención de Sanders, especialmente dadas las personas con las que se está aliando, crean una acusación preocupante de su pensamiento de política exterior, no de él:


Traducido del inglés por Sofía Yunga