Semanas después del berrinche del muro fronterizo de Trump, «las conversaciones estaban previstas, pero a medida que la nación digería los comentarios incoherentes, contradictorios y combativos del presidente en una conferencia de prensa en la Casa Blanca el viernes, los efectos potencialmente devastadores de la paralización estaban entrando en juego. El Programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria, que proporciona asistencia alimenticia a 38 millones de estadounidenses de bajos ingresos y es conocido coloquialmente como cupones de alimentos, pronto enfrentará recortes y se agotarán los fondos en marzo. Las devoluciones de impuestos, que ascienden a miles de millones de dólares y que se deben pagar en abril a millones de personas, pueden retrasarse. Y, reportó CNN, los agentes de seguridad en el transporte, vitales para la operación de los principales aeropuertos, están empezando a decir que están enfermos, después de haber sido forzados a trabajar sin paga». The Guardian

¿Suena familiar?

Aparte de los riesgos obvios para la alimentación, la salud, el transporte, etc. de un Brexit sin acuerdo o mal acuerdo, lo que ambas situaciones tienen en común es la total indiferencia de algunos políticos por el sustento y el bienestar de la población. Trump chantajeará a los demócratas para que le den su Muro incluso si eso significa que 800.000 trabajadores no tienen su paga, y el efecto del golpe se extiende a la sociedad en general. No hay límite de tiempo. La inmigración es la excusa. El verdadero objetivo es el poder absoluto, ya que esto significa continuar sin ningún tipo de control, dando dinero a los ricos y destruyendo las vidas de los pobres «indignos».

El Brexit sigue líneas similares. La inmigración es el fantasma, las políticas neoliberales extremas son el objetivo real: privatización, desregulación, reducción del Estado, concentración de la riqueza y destrucción de los servicios, dejando a los menos favorecidos a merced de la falta de misericordia del sector privado.

Trump está mostrando a Gran Bretaña el sabor de lo que vendrá si las partes en conflicto no consiguen abrir el diálogo y se dan cuenta de que es imposible «salir» de Europa en esta fase sin crear una agitación indecible, en particular en los ámbitos de la salud, el suministro de alimentos y algunos otros servicios, que afectarán más duramente a los más vulnerables.