Un sacerdote, un rabino y un imán predicarán lado a lado, en un edificio que es tanto una joya como un símbolo. Tres salas separadas serán los lugares de culto y un cuarto lugar de reunión común. Este es el diseño detrás del nombre «La Casa de Uno». La verdad es que Berlín es la única ciudad que podría hacer de Europa el espacio en el que se trata efectivamente la discriminación en el contexto de la fe religiosa y la tolerancia. La ciudad que ha transformado su oscuro pasado en una atracción turística, la ciudad en la que conviven hombres y mujeres jóvenes de todos los rincones del mundo.

Según DW, el proyecto costará 43 millones de euros y los primeros millones ya han sido reunidos por las tres comunidades religiosas más amplias y otras donaciones. El sitio web invita a los ciudadanos comunes a poner un ladrillo mediante la donación de 10 euros como contribución mínima. El debate en Alemania no está pavimentado con pétalos de rosa. Hay voces fuertes que perciben la necesidad de un enfoque interreligioso para eliminar los estereotipos, hacer frente a la discriminación y la violencia, y cultivar las condiciones para la coexistencia pacífica. El comentario del Papa en el periódico del Vaticano describió el proyecto como «innovador». También hay voces que dicen que esto es una utopía y que son cautelosos. Ya en la plaza, que será el lugar en el que se construirá la Casa, se ha convertido en lugar de ceremonias interreligiosas con un doble objetivo: el mundo se va conociendo poco a poco, pero también como herramienta de mercadeo para promover las donaciones necesarias para la construcción de la Casa.

Aquí hay 3 pequeños videos promocionales con subtítulos en inglés de las personas que comenzaron la idea, cada uno representando su propia religión:

 

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Fuente: The House of One