En el año 2013 se llevó adelante una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) sobre Renta Básica Universal e Incondicional (RBUI)[1], pero no se logró recoger el millón de firmas que se requerían y, en algunos activistas, la acción quedó como un fracaso. La verdad es que, en aquel momento, la RBUI no era ni de lejos tan conocida como en el momento en que vivimos y, por lo tanto, los apoyos que podía conseguir eran mucho menores. Después de esa fecha ocurrieron dos hechos significativos que pusieron la RBUI en primer plano de actualidad: la inclusión por parte del nuevo partido político español Podemos de la RBUI en su programa de las elecciones europeas en 2014, y el referéndum suizo sobre la RBUI en junio de 2016. Tras esos dos hitos, la RBUI aparece en los medios de comunicación con inusitada frecuencia y ya es un tema que empieza a provocar mucho debate.

Sin embargo, hay que dejar muy en claro de qué tipo de RBUI estamos hablando, porque en nuestros días existe una gran confusión al respecto. En muchos lugares, se designa como renta básica a los subsidios condicionados para pobres, es decir, a las rentas mínimas de subsistencia, las cuales suponen una trampa que impide salir de la pobreza, porque cuando se encuentra un empleo, al ser habitualmente provisional y precario, las personas prefieren seguir recibiendo el subsidio a aceptar el nuevo empleo. Por otro lado, los círculos neoliberales, para proteger el sistema socio-económico del caos que sobrevendrá por la pérdida masiva de empleos debido al avance de la automatización, hablan cada vez con más frecuencia de la necesidad de adoptar una RBUI. Así, por ejemplo, lo hizo Klaus Schwab, el fundador del Foro Económico Mundial, o Foro de Davos, en una entrevista sostenida con un periódico alemán a principios de 2017[2]. Y en ese mismo sentido hablan otros altos directivos de empresas tecnológicas, casi todos vinculados al complejo de Silicon Valley: por ejemplo, Mark Zuckerberg, Chris Hughes, Sam Altman, Richard Branson, Ray Kurzweil o Elon Musk[3]. Incluso el FMI se ha despachado al respecto, apoyando la medida[4].

Pero no nos podemos engañar, el propósito del top neoliberal no es altruista en modo alguno. Un conocido economista español, Niño Becerra, en el último simposio de la Red Renta Básica española, señaló en privado que los planes de la gobernanza global para el futuro se van a apoyar en tres factores: una RBUI, marihuana legal y grandes dosis de entretenimiento. Su objetivo, acallar el descontento y las protestas gracias a la limosna de la RBUI y adormecer a la gente merced a la marihuana y el entretenimiento. Los ecos del “Brave new world” de Huxley son evidentes.

Frente a la creciente desigualdad, tanto entre personas de un mismo país como entre diferentes países; frente a la marea del irracionalismo, expresada en el aumento del racismo, la xenofobia y el surgimiento de movimientos populistas de ultraderecha, los cuales aparecen como reacción desatinada a la exclusión creciente que sufren millones de personas; y para paliar el desempleo masivo que todos los estudios auguran en un plazo corto, se hace cada vez más necesaria una renta básica universal, concebida como la satisfacción del derecho humano fundamental a la subsistencia material y que, por lo tanto, se otorgue a todo ser humano por el mero hecho de haber nacido. Esta RBUI debería presentar cuatro características, faltando una de las cuales no sería propiamente tal:

  • Universal, se da a todo el mundo, independientemente de su edad, raza, lugar de residencia o ingresos;
  • Incondicional, no hay que cumplir ninguna condición, ni siquiera el hecho de no disponer de un empleo o la obligación de buscarlo;
  • Individual, se da a cada persona, aunque conviva con otras en la misma unidad familiar;
  • Suficiente, debe de ser igual, como mínimo, al umbral de la pobreza de cada región o país, para garantizar unas condiciones de vida decentes.

La oposición a esta medida tan necesaria hace pie, sobre todo, en la suposición de la imposibilidad de financiarla. Pero hoy se cuenta con minuciosos estudios sobre cómo hacerlo, tales como el de los catalanes Daniel Raventós, Lluís Torrens, Jordi Arcarons y Antoni Domènech para España[5]. Si bien este estudio se basa en el aumento de la imposición fiscal para todos, a través de la cual los ricos serían quienes pagaran en realidad la RBUI, hay muchas otras formas de hacerla posible económicamente, tales como gravar las acciones en las ofertas públicas de venta, o aumentar los impuestos indirectos a quienes más consumen, o exigir impuestos a las transacciones financieras (tasa Tobin) y a las emisiones contaminantes, o luchar contra el fraude fiscal y los paraísos fiscales, o a través de una mezcla de todas ellas. El concepto que subyace en todo esto es que hoy día la generación de riqueza se ha multiplicado exponencialmente y que esa riqueza se ha producido gracias al esfuerzo de todas las generaciones pasadas y de toda la sociedad actual, siendo, por lo tanto, patrimonio de todos, sin exclusión, no sólo de aquellos a quienes se considera “propietarios legales”. Guy Standing, en su libro “El precariado, una nueva clase social”, lo expresa con mucho acierto: “Filosóficamente, una renta básica se podría pensar como un ‘dividendo social’, una renta sobre una inversión anterior. Quienes la atacan por dar supuestamente algo a cambio de nada suelen ser gente a la que se ha dado mucho a cambio de nada, que a menudo tienen riquezas heredadas, grandes o pequeñas. Esto conduce a la cuestión elegantemente planteada por Thomas Paine en su Justicia agraria de 1795. Toda persona rica, en cualquier sociedad, debe en buena medida su fortuna a los esfuerzos de sus antepasados y los de gente más menesterosa. Si a todo el mundo se le garantizara una renta básica con la que desarrollar sus capacidades, eso equivaldría a un dividendo de los esfuerzos y fortuna de generaciones anteriores. El precariado tiene tanto derecho a tal dividendo como cualquier otro»[6].

Pero, aunque no lo parezca, la mayor oposición a la RBUI proviene de los prejuicios instalados en la mayoría de nuestras cabezas. La RBUI cuestiona frontalmente varias creencias fuertemente arraigadas: la primera es la de que el trabajo (más bien, empleo) dignifica a los seres humanos; la segunda, que proviene de la Biblia, y nos condena a ganar el pan con el sudor de nuestra frente; la tercera, que afirma que el sentido de la vida de las personas es el trabajo; la cuarta es la equiparación de empleo a supervivencia; y la quinta, la de que la riqueza actual pertenece sólo a sus propietarios “legales”, las grandes compañías multinacionales y los lobbies financieros mundiales. Es por ello que, para instaurarla, se va a hacer necesario un cambio en nuestras mentes. Tal vez ello se produzca por imperativo de las propias circunstancias, por ejemplo, como antes hemos mencionado, por la urgencia de dar respuesta al paro generalizado que se nos viene, debido al progreso de la inteligencia artificial. Ojalá ese cambio mental se diera por una extensión mundial del sentimiento de solidaridad hacia otros seres humanos, pero para ello sería necesaria una caída en cuenta de toda nuestra especie de que uno mismo y los demás somos, en realidad, la misma cosa.

Por todas estas razones, ahora me parece un momento muy adecuado para lanzar una ICE sobre RBUI, que incluya a ésta en su correcta expresión, es decir, con aquellas cuatro características que señalamos antes. Hay quienes dicen que una ICE proponiendo tal RBUI será de imposible implantación por la Unión Europea (UE), ya que ésta no tiene competencias para obligar a los estados miembros a adoptarla, limitándose, entonces, la UE a recomendar su instauración a las naciones que son parte de esta región. Sin embargo, la ICE nos da la oportunidad de hablar con mucha gente, tanto por su propia dinámica de recogida de firmas, bien en papel, bien online, como porque va a ser noticia en los medios de comunicación. Creo que hay que desligarse de los resultados y poner el foco en la posibilidad de sensibilización de la base social que nos brinda esta ICE, un poco a imitación del referéndum llevado a cabo en Suiza, donde en el inicio se pensaba que prácticamente nadie iba a apoyar una medida como la RBUI y, al final, se obtuvo un 22% de personas que estuvieron a favor, lo que representó un gran éxito para los organizadores y supuso una popularización significativa del tema en toda Europa.

Por el contrario, utilizar una campaña de tal calibre como una ICE para hablar sobre medidas insuficientes, que no llegan ni a la mitad de la renta mínima de un país tan desigual como España, arguyendo que tendrían más posibilidades de ser adoptadas por la UE e introducirían el concepto de incondicionalidad, me parece un malgasto del esfuerzo de los activistas en un gradualismo que, como ya han indicado varios estudiosos, es dudoso que pueda conducir a la RBUI plena.

Las imágenes con brillo y fuerza, aunque sean calificadas de utópicas, mueven mucho más a las personas que las que carecen de ellos. Necesitamos grandes proyectos y grandes sueños para avanzar hacia el mundo más justo y a la medida del ser humano que ansiamos. Como dijo Konstantinos Kavafis:

“Ítaca te regaló un hermoso viaje.

Sin ella el camino no hubieras emprendido.

Mas ninguna otra cosa puede darte”.

 


[1] “Un millón de firmas contra las desigualdades y por la dignidad”, Público, 18/09/2013: https://www.publico.es/actualidad/millon-firmas-desigualdades-y-dignidad.html

“285,042 European citizens want the EC to consider basic income”, P2P Foundation, March 11, 2014: https://blog.p2pfoundation.net/285042-european-citizens-want-the-ec-to-consider-basic-income-ubi-press-release-after-the-eci-ubi-campaign/2014/03/11

[2] SWITZERLAND: World Economic Forum founder considers basic income “basically plausible”, BIEN Basic Income News, January 12, 2017: https://basicincome.org/news/2017/01/germany-world-economic-forum-founder-assents-basic-income-basically-plausible/

“This is how a universal basic income can end financial exclusion”, World Economic Forum, July 6, 2017: https://www.weforum.org/agenda/2017/07/can-universal-basic-income-boost-financial-inclusion-and-transparency/

[3] “Richard Branson just endorsed basic income — here are 10 other tech moguls who support the radical idea”, Business Insider, August 21, 2017: https://www.businessinsider.com/entrepreneurs-endorsing-universal-basic-income-2017-3

[4] “El FMI propone subidas de impuestos a los ricos y la renta básica universal para atajar la brecha social”, El Economista, 11/10/2017: https://www.eleconomista.es/economia/noticias/8668618/10/17/El-FMI-recomienda-subidas-de-impuestos-a-los-ricos-y-un-salario-basico-universal-para-atajar-la-brecha-social.html

“The IMF Gives A Cautious Welcome To Universal Basic Income”, Forbes, Oct. 15, 2017: https://www.forbes.com/sites/francescoppola/2017/10/15/the-imf-gives-a-cautious-welcome-to-universal-basic-income/

[5] “Un modelo de financiación de la Renta Básica para el conjunto del Reino de España: sí, se puede y es racional”, Red Renta Básica, 23/04/2015: http://www.redrentabasica.org/rb/rrbantigua_1184/

[6] Guy Standing: “El precariado. Una nueva clase social”, editorial Pasado y Presente, Barcelona 2013, págs. 271-272. “The precariat. The new dangerous class”, Bloomsbury, London 2011, page 173