«La isla en el centro del mundo» es un ensayo de Manlio Graziano que analiza la historia internacional de Estados Unidos hasta su actual posición dominante» (il Mulino, 2018, 375 páginas, 19 euros).

Estados Unidos puede ser considerado una gran isla que permite el control total del Océano Atlántico, el Océano Pacífico (el más grande del planeta) y el mundo. Por lo tanto, Estados Unidos se encuentra en una posición de dominio inmutable que le permite seguir siendo líder mundial durante muchas décadas, tanto económica como militarmente. Probablemente sólo un colapso económico y social interno puede poner en peligro a los Estados Unidos, como ocurrió con el Imperio Austro-Húngaro, desgarrado por la anómala oleada de huelgas y el nacionalismo. Las potencias marítimas serán cada vez más flexibles que las terrestres, que tienen muy pocos puertos. De hecho, los costes de transporte por barco siempre han sido muy bajos y quizás lo sigan siendo cada vez más.

Desde el punto de vista económico, cabe señalar que el «siglo americano» (Adam Tooze) comenzó «en 1916, año en el que la producción industrial de Estados Unidos había igualado a la del imperio colonial británico en su conjunto» (p. 200). En 1919, los americanos habían alcanzado los niveles de producción de toda Europa, gracias en parte a su valiosa contribución a la Primera Guerra Mundial. Así, sólo 140 años después de su nacimiento, los Estados Unidos habían comenzado a dominar el mundo, gracias en parte a las enormes inversiones en universidades y a la inmigración controlada (la declaración de independencia se hizo en 1776, mucho antes de la Revolución Francesa de 1789).

También hay que añadir que en geopolítica todo es relativo, como en física y psicología. Por ejemplo, en 1939 Hitler no habría invadido Polonia si no hubiera tenido el combustible sintético suministrado por los estadounidenses de General Motors (Albert Speer, ex ministro alemán de Armamentos, 1977, p. 221). En ese momento el interés de los americanos era debilitar al Imperio Británico. Este movimiento se perfeccionó con la adquisición de muchas bases militares británicas a un precio equilibrado y la conquista del acceso a los mercados de todos los países que formaban parte del Imperio Británico.

Además, una evaluación racional a medio y largo plazo considera a Rusia como una nación que no puede ser considerada un verdadero rival de los Estados Unidos. De hecho, Rusia no tiene puertos navegables en los meses de invierno y no tiene un aparato industrial competitivo. Los únicos países realmente antagónicos en Estados Unidos son Alemania y China. China está aumentando significativamente su consumo de energía y alimentos, y la tierra cultivable está disminuyendo drásticamente debido a la contaminación industrial. China está invirtiendo muchos recursos en la marina y podría convertirse en una verdadera potencia marítima en tres décadas. Tarde o temprano Estados Unidos decidirá intervenir para contener la posición hegemónica de China en Asia y reducir el excesivo poder económico y financiero de Alemania en Europa.

Un declive muy lento será inevitable, pero el espacio vital estadounidense es también el mejor defendible. Quizás el punto débil de Estados Unidos es que ha dispersado demasiados recursos económicos y humanos en todo el mundo (principalmente en personal militar muy caro). Además, podría decirse que el negocio más rentable de Estados Unidos es la exportación de deuda pública, y dado que el mejor comprador es China, la cuestión podría volverse muy problemática.