por Daniel Cholakian, redacción de NODAL

Karina Batthyány es una destacada socióloga uruguaya, una de las más reconocidas especialistas latinoamericanas en la temática del cuidado. Feminista y con una amplia trayectoria en movimientos y organizaciones de mujeres, Batthyány coordina actualmente una amplia investigación sobre “Las bases invisibles del bienestar social: género, trabajo no remunerado y cuidados en los hogares”.

Autora de más de 20 libros y con participación en otros 40, es miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales –CLACSO-, en representación de Uruguay y Argentina.

Durante el 1° Foro Mundial de Pensamiento Crítico, Batthyány dialogó con NODAL acerca de la importancia de este encuentro y del impacto del avance de las políticas conservadoras en la desigualdad de género.

¿Qué significa para una institución como Clacso la organización de un evento de la magnitud del Foro de pensamiento crítico?

En primer lugar, me gustaría resaltar la magnitud de este Foro del Pensamiento Crítico que se realiza en Buenos Aires. Realmente es el primer foro de estas características y creo que se realiza además en un momento muy oportuno en el cual nuestra región, América Latina y el Caribe, vive momentos complejos, momentos de incertidumbre y momentos contradictorios a la vez, porque por un lado encontramos el giro a la derecha y a la ultraderecha en muchos países, el neofacismo de Bolsonaro, la derecha neoconservadora de Macri, de Duque y otros tantos como Paraguay, Chile o Perú, y por otro lado un contraste con resultado esperanzador reciente en México y también con el proceso del país en el cual yo pertenezco -Uruguay-, el proceso del Frente Amplio, que lleva ya quince años de gobierno y enfrenta un proceso electoral el año que viene.

Todo esto sin duda nos pone en alerta sobre los momentos que viviremos y este Foro del Pensamiento Crítico de Clacso será una excelente instancia de encuentro, de reflexión, de intercambio, de búsqueda de alternativas a estos procesos. En este marco el papel de Clacso se vuelve cada vez más importante en tanto Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales que defiende los derechos humanos, la democracia, la justicia, la igualdad y que busca desde el conocimiento, desde la investigación y desde la relación con los movimientos sociales, alternativas para nuestra región. Necesitamos elaborar agendas de temas prioritarios en nuestra región que permitan desde una visión como la que caracteriza Clacso -plural, integradora, tolerante y respetuosa- alternativas a estos procesos que estamos atravesando. Me animo a decir que el desafío principal al que pretende contribuir este foro es entender que ha sucedido en América Latina, hacia donde vamos y que podemos hacer para fortalecer la construcción de alternativas democráticas que superen los modelos de exclusión que amplían las brechas de desigualdad de toda índole.

¿Qué sentido adquiere la realización del mismo en este momento de resurgimiento de regímenes conservadores en nuestra región?

Creo que adquiere justamente un significado muy importante en términos del lugar donde se discuten, donde se analizan y donde se proponen alternativas a estos procesos conservadores o neoconservadores que se están instalando en nuestra región. En este sentido me gustaría resaltar que nuestro principal desafío como CLACSO, y esta instancia de Buenos Aires será clave para esto, es entender lo que ha sucedido en América Latina y proponer alternativas, hacia dónde vamos y qué podemos hacer para construir alternativas democráticas que superen estos procesos conservadores.

¿Adquiere algún valor el hecho de realizarse en Buenos Aires a pocos días de la reunión del G20 en esa ciudad?

Si bien las fechas pueden coincidir casi que por casualidad, desde el punto de vista simbólico es muy importante. Toda esta reunión de intelectuales, de pensadores y pensadoras, de investigadores e investigadoras de nuestra región, reunidos pocos días antes al reunión del G-20, desde el punto de vista simbólico ofrece una alternativa, un espacio de discusión amplio, plural, abierto, integrador de las distintas perspectivas que en nuestras universidades, centros de investigación y centros de trabajo en las ciencias sociales, se están dando en América Latina y el Caribe. Realmente tengo mucha expectativa de lo que allí se discuta, de las alternativas que allí se propongan y de los análisis que se puedan realizar.

Entendiendo que se están produciendo retrocesos en materia laboral y previsional en algunos de nuestros países ¿Qué impacto tiene esta nueva ola neoliberal que se despliega en gran parte de América Latina en la situación de las mujeres?

El contexto político con avances claros de las fuerzas neoliberales y de derecha en nuestras sociedades se ve en un incremento de las injusticias y las desigualdades. Estamos en una encrucijada compleja por un cruce de fenómenos en lo económico, en lo ambiental, en lo político, en lo ideológico, en lo cultural y en lo social. Esta complejidad trasciende problemas que ya son graves en la región como la falta de empleo, la pobreza o la concentración de la riqueza involucrando otras dimensiones como los derechos humanos, las desigualdades, la migración, la corrupción, la violencia, la inseguridad, la postergación de los derechos de los pueblos indígenas, la ausencia de institucionalidad estatal, la movilización social, la calidad de la democracia, las derivas claramente autoritaria de algunos gobiernos y la falta de oportunidad y debilidad institucional del Estado.

Todas estas situaciones además contribuyen a incrementar las desigualdades entre hombres y mujeres y este debe ser un punto particular de atención y de preocupación. De hecho, conociendo los datos de la región, la heterogeneidad de la región latinoamericana y caribeña incluso tiende a atenuarse si observamos las desigualdades entre mujeres y varones ya que es la única que está presente sin que el tamaño de la economía, los niveles de pobreza o los logros educativos logren modificarla sustantivamente. Por lo tanto, el desafío que enfrentamos es reconocer primero que nada la diversidad de géneros como un principio esencial en la construcción de una humanidad diversa y democrática. Solo trastocando las relaciones de poder y transitando hacia relaciones de cooperación entre los géneros, eliminando las jerarquías, las desigualdades y las discriminaciones, podremos efectivamente acercarnos a un mundo más justo, democrático e inclusivo.

Esta agenda asociada a la temática de género es esencial además, como ya se ha demostrado en muchos estudios que se han realizado en la región y fuera de ella, para impulsar el desarrollo social y la democracia. Hay que prestarle particular atención en nuestros territorios porque hay una reacción conservadora que se expresa desde el campo de la política hasta el campo de la religión frente al avance de las mujeres, que se concentra en los antifeminismos beligerantes que observamos en los distintos países.

Para todo esto será clave enfrentar entonces con mayor profundidad el estigma del antifeminismo, la misoginia conservadora o actualizada, y las ideologías que lo promueven como la mal llamada Ideología de Género. Esto requiere además que elaboremos agendas de temas prioritarios que incluyan esta preocupación en el centro de nuestro trabajo. Todo esto tiene además consecuencias directas sobre la vida de las mujeres en términos de las reformas neoliberales que se están desplegando en algunos países de América Latina.

Quienes sufren, quienes ven recortados sus derechos en mayor medida, son las mujeres. Derechos vinculados a la atención de la salud, a la seguridad social, al derecho al trabajo y al derecho a la autonomía económica entre otros.

En los últimos años se han hechos visibles –aunque ha habido menos avances de los esperados- dos ejes de luchas en materia de género: la violencia contra las mujeres y la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito. ¿Cuáles son a tu criterio aquellos temas que son preocupantes en materia de género que aún no son materia de debate?

Sin duda la violencia y la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito, son temas de gran importancia en la agenda. En la mayoría de los países, cuando uno pregunta acerca de las principales preocupaciones en esta materia, la violencia contra las mujeres aparece en primer lugar y sin duda que es un flagelo que nos está golpeando en todos los países de América Latina y el Caribe. Aun en esos países de los que tenemos una percepción quizás de que este fenómeno es menor, como puede ser el caso de Uruguay, el fenómeno de la violencia contra las mujeres adquiere cifras alarmantes como por ejemplo que, de acuerdo al dato de la encuesta de Prevalencia de Violencia de Género en Uruguay, 7 de cada 10 mujeres uruguayas sufren o han sufrido episodios de violencia de género. Entonces sin duda esto tiene que estar en el primer lugar de la agenda al igual que la lucha por los derechos sexuales y reproductivos, que incluye la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito, pero que no se agota exclusivamente en este tema.

Además de estos dos puntos, creo que hay temas que están en la agenda del movimiento feminista, quizás no en los primeros lugares de las agendas públicas de nuestros países, que tienen que ver con la noción de las tres autonomías de las mujeres: la autonomía económica, la autonomía en la toma de decisiones y la autonomía física. Si nos referimos a la primera dimensión, la autonomía económica, allí está todo lo que tiene que ver con el derecho de las mujeres a tener sus propios ingresos y a tomar decisión sobre sus propios ingresos, y eso tiene dos grandes elementos: todo lo que tiene que ver con la participación en el mercado de trabajo remunerado, que sin duda ha aumentado en nuestros países pero que todavía presenta brechas muy importantes con la participación de los varones en el mercado de trabajo. La brecha en la participación en el mercado de trabajo entre varones y mujeres en la región está en promedio en torno a 20 puntos de distancia. Pero también la autonomía económica tiene que ver con otro elemento que si está más invisibilizado que es todo el trabajo no remunerado y de cuidados que realizamos las mujeres para el bienestar tanto individual como colectivo de nuestras sociedades. Esto que nosotros llamamos la cuestión del cuidado, la cuestión del trabajo no remunerado, es sin duda un nudo crítico y me animo a decir, quizás, el nudo crítico más importante de las desigualdades de género porque por allí pasan muchas otras dimensiones asociadas a la desigualdad de género.

Este tema ha ganado espacio en la agenda pública y en los movimientos de mujeres pero quizás requiere aun mayor atención y es materia de debate. En definitiva tiene que ver con lo que a mí me gusta llamarle las “bases invisibles del bienestar social”. En términos de la autonomía de la toma de decisión, hay un segundo tema que me parece muy importante: la participación política y social de las mujeres. Las mujeres participando en los procesos de toma de decisión en todos los ámbitos de la sociedad, desde el que quizás todos pensamos como el primero que se nos pasa por la cabeza, que tiene que ver con la participación en los parlamentos, pero también la participación a nivel de los sindicatos, de las cámaras empresariales, de los espacios de toma de decisión en las organizaciones y en los movimientos sociales. Allí tenemos un déficit democrático muy importante. A pesar de las leyes de cuotas que se aprobaron en algunos países, las mujeres estamos claramente sub-representadas en todos esos espacios. Este es un tema que debe ser materia de debate y materia de transformación. Por último, lo que tiene que ver con la autonomía física, y allí me remito a la agenda vinculada a los derechos sexuales y reproductivos, y el tema de violencia que mencioné antes. Quizá estos temas están hoy o son más visibles en la agenda de debate, pero no por ser más visibles dejan de ser un problema y un elemento central en las relaciones de género en nuestro continente y nuestra región.

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