Pese a la intensa lluvia y el frío, una multitud de más de 300 mil personas se movilizaron en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, en defensa de las universidades públicas y de la educación como un derecho humano.

“Llamen a Mauricio y a Vidal/ para que vea / que este pueblo no cambia de idea / pelea y pelea por la educación”, era uno de los tantos mantras que reflejaban el empecinamiento de los estudiantes, profesores y no docentes de las 57 universidades públicas que  colmaron la plaza del Congreso y luego la de Plaza de Mayo, donde se encuentra la casa de gobierno.

“En la Casa Rosada hay un grupo de empresarios empecinados en destruir la universidad pública. Y acá hay centenares de miles empecinados en defenderla”, dijo uno de los oradores, Luis Tiscornia, de la Conadu Histórica. Acompañados por los organismos de derechos humanos, sindicatos y partidos políticos que también manifestaban su preocupación por los bajos sueldos y el descenso de las partidas presupuestarias para la educación.

El acto comenzó con un recordatorio de los docentes que murieron por una explosión de gas en la localidad de Moreno, a Carlos Fuentealba, docente asesinado hace años durante una huelga y a Santiago Maldonado, además de los 30 mil desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar y eclesiástica que sufrió la Argentina.

En más de cien ciudades del país también se realizaron marchas en defensa de la educación pública y particularmente de las universidades. La huelga de los docentes universitarios ya entra en su cuarta semana y el gobierno sigue intransigente y se justifica por la mala situación económica que vive el país. Una crisis generada intencionalmente para poder arrasar la educación pública, denostada por los actuales funcionarios de gobierno.

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