La Caravana Abriendo Fronteras inicia su recorrido por Italia denunciando la situación de las personas migrantes y las activistas en la frontera francoitaliana

Más de cinco mil personas de Italia, Francia y de la Caravana Abriendo Fronteras se manifestaron el 14 de julio para reclamar un permiso de residencia europeo en el día de la solidaridad internacional en Ventimiglia, bajo el lema “Ventimiglia città aperta”.

La primera etapa elegida por la Caravana en Italia es un pueblo situado en la frontera francoitaliana, una de las fronteras internas «más letales de Europa», según señala Progetto20K, la red italiana convocante de la marcha a la cual se han sumado los 300 activistas de la Caravana. »Si el mar Mediterráneo es una fosa mortal, Ventimiglia es el símbolo del fracaso de Europa, una frontera Schengen de aquellas que ya no tendrían que existir para las personas, pero que, al contrario, se están multiplicando y militarizando en forma de nuevos muros donde las mercancías pueden pasar, pero se recortan la vida y los proyectos de las personas», se denuncia en el manifiesto leído al final de la manifestación de ocho kilómetros alrededor de esta ciudad fronteriza italiana y en la cual han participado más de 5.000 personas procedentes de diferentes localidades de Italia, Francia y el Estado español.

La convocatoria ha servido para denunciar la brutalidad de las políticas nacionales e internacionales de los gobiernos sobre los flujos migratorios, para reivindicar el derecho a la movilidad y a una acogida digna. También ha denunciado la trata, las violencias de género y la explotación de las personas migrantes. Ventimiglia es otro símbolo del fracaso de la acogida institucional. Cómo en otros muchos territorios, centenares de personas migrantes prefieren dormir a la intemperie sin las condiciones higienicosanitàries mínimas, en vez de ir al centro previsto, que se encuentra a cinco kilómetros de la ciudad y en el cual la policía los asedia constantemente.

Cómo en otras muchas ciudades, estos centros, son una herramienta para disciplinar y degradar a las personas migrantes. «Son espacios de segregación y despersonalización que cuestionan la dignidad humana», critica una portavoz de la Caravana.

Al menos 16.500 migrantes -una cuarta parte de los cuales son menores- han pasado la frontera por el pueblo italiano en los nueve meses previos a abril de 2018. Menores de tan sólo 12 años sufren abusos, detenciones y devoluciones ilegales en Italia por parte de la policía francesa, según un reciente informe de Oxfam Intermón. Otro dato destacable es la muerte de al menos 12 personas entre agosto de 2017 y abril de 2018 cuando intentaban cruzar la frontera, según varias organizaciones que trabajan en la zona. Igualmente, desde la entidad feminista Non Una di Meno denunciaron la carencia de acceso a los servicios de salud para las mujeres y de espacios seguros, cosa que las expone en posibles situaciones de violencia y abuso.

La Caravana Abriendo Fronteras ha tomado la palabra al final del acto para hacer hincapié en la necesidad de dar una respuesta conjunta y organizada de la sociedad europea ante el auge del racismo y el fascismo a la UE.