En Casa de Mendoza, Buenos Aires 4 de mayo de 2018
Silo, un mendocino Universal
Extracto de la charla de Ernesto H de Casas. Participante desde los comienzos
Allí estuvimos aquel 4 de mayo del 69, un evento memorable en muchos sentidos. Era un día soleado, buena temperatura, rodeados por la imponente montaña. Aquel acto en realidad era consecuencia de la decisión de Silo, de dar a conocer su pensamiento al público, porque consideraba que había llegado el momento. Fue todo un acontecimiento. Habíamos conseguido ese paraje montañoso y Silo se había instalado desde enero en su retiro que iba a interrumpir para dar esta arenga. Es su disposición inclaudicable de trasmitir su mensaje. Y, esta decisión, como otras que tomó, es algo a resaltar, pues ha constituido su significativo obrar a lo largo del tiempo. Thomas Carlyle, pensador escocés, dice que “la Historia no es más que la biografía de los grandes hombres” y este es nuestro caso, porque nuestra corta historia tiene que ver no sólo con su biografía sino con las decisiones de este gran hombre. Este acto se hizo en parte por la escenografía del paraje montañoso pero más que nada porque las autoridades de entonces negaron su autorización para realizarlo en la ciudad. Pero nada impidió su comunicación: La Arenga de la Curación del Sufrimiento.
Y así se desarrolló el acto, que tuvo tres partes, la primera de llegada donde habían banderines naranja de referencia y un orador previo, la alocución de Silo después de un lapso de silencio impactante y su final con la entrega del caduceo a los asistentes, indicador de su afán de dar a los demás. Después, tuvo lugar a una conferencia de prensa en el hotel Uspallata. Para más tarde reunirnos todos los participantes de entonces en casa de un amigo donde nos presentó un documento en que destacó la importancia de la liberación. A partir de este momento, se da comienzo a una etapa decididamente pública. Habíamos terminado los ensayos y andamiajes, para pasar a este período que nos llevaría, no solo a países vecinos de América, sino a Europa, EEUU, y Asia, es decir al mundo.
Allí nos había dado nuestro enmarque: la no violencia y la superación del sufrimiento, con lo cual ya podíamos exponer muchos otros temas, pero siempre dentro de ese marco de referencia primordial.
Ahora bien, como participante de los primeros tiempos quisiera resaltar que Silo habría comenzado su prédica mucho antes y se habría preparado para ello desde su temprana juventud. Realizando todo tipo de investigaciones en muy diversos campos, además de completar sus estudios convencionales. Esas décadas previas las dedica a sus estudios, trabajos, gimnasia, reflexiones, viajes y experiencias, como el mismo las definiría, importantes e intensas.
También hay que destacar que lo sentíamos como un gran amigo, de la ciudad de Mendoza, siempre afable y dispuesto, se expresaba coloquialmente de modo excelso; en una esquina, un café, un encuentro casual, y siempre nos hablaría de temas sustanciales, con observaciones positivas y alentadoras. Cuando una vez le preguntamos si haríamos alguna crítica nos respondió que no era nuestro estilo, porque lo que criticas se ensancha; en cambio, si te aplicas a lo constructivo, a lo favorable, eso termina predominando y es lo que interesa.
Son innumerables las anécdotas y frases que recordamos de esos encuentros casuales. Un día en que en una cafetería surgió un contratiempo leve y nos comentó “eso es una contradicción, y la contradicción lleva a la inmovilidad, así que sigamos adelante…”. Un amigo redactó hace mucho una hojita de las recomendaciones que le había dado conversando en una esquina. Nos dice: Hay que seguir observando la conducta bajo la luz de Los Principios, y hacer mucho intercambio en las reuniones semanales. Dicho esto, y como dando vuelta la página, comenzó diciendo: “Hay tres cosas fundamentales a tener en cuenta: Primero, la conciencia de sí; segundo, Los Principios como guía de comportamiento; tercero, siempre decide lo trascendental.
O aquel otro compañero que nos cuenta la ocasión en la que le comenta a Silo sobre su permanencia en estas actividades y él le dice: “es porque lo has elegido, cuando uno elige, uno permanece, pero también hay que notar que uno aparte deselige otras cosas….”
Y cuando aquel día, camino a su casa, hablando de alguna actividad comentara:”Claro, claro, hacer cosas, eso es bueno, hacer cosas-con-otros, siempre con otros…” Y cuando nos comenta destacando que “La conversación con nosotros, con cualquiera de nosotros, ha de ser algo extraordinario, no puede ser algo de rutina…”
Una amiga nos relata que al terminar una Reunión Estacional, sentado en una silla y mirando alrededor menciona: “Es imposible no interpretar, es imposible no interpretar…es importante la libre interpretación” También en una situación similar los amigos recuerdan que al finalizar otro encuentro, Silo saludó a cada uno de los asistentes, medio centenar quizás, deseándoles lo mejor, a que hagan eso que quieren hacer que seguro les saldrá bien. Y así procedieron…

Sin duda, se podrían comentar muchas más frases de ese fluido y genuino estilo coloquial, que de algún modo resultan como aforismos que podemos tener presentes.

Quisiera mencionar ahora que a mi parecer este hombre sabio, hacia los comienzos de los 60, adopta su opción fundamental de comenzar a brindar su aporte a los demás, definiendo su propósito; se da a sí mismo una intención de vida y la va a desarrollar a lo largo de varias décadas. Es, creo, un poco lo del planteo de la analítica existencial, en donde afirman que el hombre es arrojado al mundo, allí está como desamparado, y debe completarse a sí mismo, hacerse a sí mismo, entonces lanza su proyecto y al hacerlo, se encuentra con los demás (y como acota Sartre), ahí descubre algunos favorables y otros en oposición, Y esto es lo que me parece que ha hecho Silo: lanzar su proyecto para ayudar a este ser humano sufriente y existente, aportándoles numerosos recursos para su desarrollo. Sorteando adversidades y aprovechando situaciones favorables, siempre con gente y para la gente, amigos que participan y hacen propia la propuesta.

En fin, este es mi testimonio, precisamente en aquellos comienzos, cuando era un joven adolescente que conoció a otro joven a sus 24 años que comenzaba su andadura de darle al mundo su mensaje “de paz, amor y explicar las posibilidades del despertar…”
(1.-De Marcos Pampillón. Hace 43 años
2.-Juan Carlos Gaia. Hace más de 30 años.
3.-Tal como menciona en entrevista televisiva a finales del 1969 al concluir su año de presentaciones públicas.)

Después de aquella celebre alocución publica pudo manifestarse en otros momentos, como en su gira mundial de 1981 y de regreso en el paraje andino en 1999, 2004, 2007 y demás ocasiones .

En total, nos lega una conjunto de valiosas referencias que podemos resumir en: Su doctrina, El Siloísmo y El Nuevo Humanismo, El Mensaje, Las Salas, Salitas, Parques de Estudio y Reflexión, y su Escuela…
Todo esto lo manifiesta sin reservas y nos deja vigente un claro modelo a continuar y comunicar, que responde a la pregunta fundamental: Qué hacer ante un mundo complicado, con violencia, desánimo, falsas soluciones… ¿Qué hacer? Pues, ¡Humanizar la tierra!

Entonces Silo es el guía espiritual que es reconocido y surge en un momento crucial. Los guías espirituales tienden a ser Universales. Surgen cuando hay un cambio de civilización, como es nuestra época. Trabajan para el futuro. Su tema es dar dirección a todo lo que ayuda al ser humano
Pero si nos preguntamos ¿Quién es Silo? Ese hombre que nos muestra lo espiritual con tanta relevancia como la realidad misma… Aquí recurrimos a una exposición de Salvatore Pulleda.
Hablando de su bondad y sabiduría, expone. “que más decir. Sólo esto. Últimamente, y a pesar de nuestra larga familiaridad, me ha ido surgiendo cada vez con mayor fuerza la pregunta: ¿quién es verdaderamente Silo? Entonces, para encontrar una respuesta, he seguido el consejo que él mismo me dio cuando yo buscaba respuestas a preguntas importantes sobre mi vida. He lanzado la pregunta a lo más profundo de mi conciencia y he esperado la respuesta. Que ha sido ésta: Silo es un guía, un iniciado, alguien que posee una llave para abrir la puerta del mundo del espíritu.

(4.-Según consta en el librito A cielo abierto. O intervención de Summit de Premios Nobeles por la Paz, Berlín, noviembre 2009, o Encuentros con mensajeros, en el 2010
5.-Discurso en X aniversario de la Internacional Humanista y formación de la Regional Humanista Latinoamericana Santiago de Chile, 7 de Enero de 1999 Salvatore Pulleda)