por Alejandro Roger

Una noche oscura se pronuncia en el continente.En Sudamérica se expresa con fuerza y no cabe dudas: un nuevo giro en el espiral creciente y cíclico de repetición histórica. El neoliberalismo se impone, no sin antes mutar en camaleónico cambio propio del Siglo XXl. Con las herramientas tecnológicas. Mostrando un rostro –aceptable- , casi con lenguaje mezcla de populismo y predicadores protestantes, con el nuevo ingenio de la neurociencia a su servicio y un verdadero arsenal de artilugios tecnológicos, que apenas 15 años antes no existían…. Pero siempre en su manga el recurso de la violencia institucional para controlar cualquier manifestación que tienda a generar resistencia a sus sofisticados métodos de vampirizar al pueblo, humillarlo, doblegarlo y, por último aniquilarlo o hipotecarle en cuotas su vida y su futuro.

En este contexto de fácil interpretación, la Desobediencia Civil, si sus objetivos van más allá de generar una verdadera arma de autodefensa, yendo en dirección de producir transformaciones sociales de fondo, tal herramienta debe ir acompañada y contenida dentro de un Plan de Acción que engarce como cuencas de un mismo collar a las diferentes acciones que se van poniendo en marcha en un punto específico, o uniendo diversidad de puntos e inclusive, diversidad de conflictos.

Los ejemplos a escala masiva de Desobediencia Civil llevados a cabo en forma eficaz, pone en relieve que para que las acciones logren sus objetivos, el contexto adecuado en cuanto al Plan de Acción es a través de la Lucha No Violenta (M. Gandhi, M. L. King)

La No Violencia Activa contiene la fuerza moral esencial para que el espíritu del Plan en su complejidad, desarrollo y objetivo final, priorice a cada paso lo central por lo que se establece el mismo: el ser humano, su vida, sus derechos adquiridos, su calidad de vida.

Durante el mes de Marzo de 2018 en La Reja, Localidad de Moreno, Buenos Aires, Argentina, numerosos grupos y organizaciones sociales, culturales y políticas (peronistas – kirchneristas, comunistas, socialistas, humanistas) hemos creado un Documento donde se expresa un Plan de Lucha No Violento para Defender la Democracia, tomando en nuestras manos la herramienta de la Desobediencia Civil.

Este Documento, desarrollado a modo de Principios a los que adherimos y comprometimos a implementar, contempla en su esencia las bases de acuerdos para llevar a la práctica la transformación del estado en todos los niveles, hacia el genuino aforismo del Ser Humano como valor y preocupación central, tomando como eje su salud, su educación, su vivienda, su calidad de vida, llevando a la práctica los mecanismos de la Democracia Participativa, para el fortalecimiento del sistema democrático y dando poder de decisión real a cada ciudadano, a través del Plebiscito, el Referendum, la Consulta Popular Vinculante.

Un Plan de Lucha No Violenta, debe contemplar las propuestas hacia el futuro, que abra las puertas a la transformación real, dejando en el pasado las posibilidades (por falta de mecanismos Democráticos) de compulsión social que históricamente se pone en evidencia, generada por el mismo poder económico, siempre servil a los intereses del oponente. Justificando luego la barbarie y la crueldad, por todos conocida. El Neoliberalismo aspira a las respuestas violentas del pueblo, porque en ellas radica la puesta en marcha de nuevos mecanismos violentos de control, porque los controla. Y con esos mecanismos en marcha, se allana todo camino al cumplimiento de sus objetivos.

La sola declamación de la herramienta de la Desobediencia Civil, debería llevar a la inclusión de las diversas organizaciones, grupos e instituciones actuantes en un punto, para llevar intercambios mediante, la acción con el máximo de adhesión y potencia posible. Sin lugar a dudas: -Las cosas van bien cuando marchan en conjunto, no aisladamente-…

Nuestro objetivo de mínima, en la localidad de Moreno, es difundir la Desobediencia Civil en el contexto de un Plan de lucha No Violenta, creando conciencia sobre los conflictos en común de los diferentes barrios y básicamente hoy, sobre el tema de la suba desmesurada de las tarifas eléctricas que están avasallando los derechos más elementales de cada vecino, en los hogares, comercios e industrias. Es producir una acción eficaz que enfrente de manera organizada y no violenta, el avasallamiento de nuestros derechos.

Para esto es necesario unir voluntades, corazones, proyectos, miradas. Y por supuesto esto no quedará en este punto.

Es necesario torcer el rumbo de los acontecimientos. También pueden surgir aspiraciones de máxima. Hoy nuestro mundo, nuestro continente, nuestro país, vive momentos desconcertantes pero también posibilitarios. Infinidad de luchas aparentemente aisladas a lo largo y ancho de nuestro continente y nuestro país.

La estrategia del Neoliberalismo: Divide y reinarás. La nuestra: Unir todas las luchas. 

Queda ya en evidencia que el Neoliberalismo hábilmente crea campos distractivos generando múltiples conflictos simultáneamente, con el claro interés de avanzar sobre los recursos económicos y naturales, endeudando a la población, dividiendo las luchas. Creando no sólo distracción permanente (a organizaciones y población) sino también confusión general y debilitamiento en la posibilidad de una respuesta organizada y contundente.

 Necesitamos una acción que engrandezca a quienes la ponen en marcha, no ya por su figura personal, sino por la Acción Válida implícita en ella. Una acción que genere la Unidad del campo social, político, cultural en su real diversidad. Una acción que dé señal a nuestra población, conectando con cada corazón y que fije una estrategia que vaya más allá de las bambalinas electoralistas y sin embargo que construya poder real. Una estrategia que pueda despertar lo mejor del espíritu humano en toda su dimensión. Con tácticas que enhebren toda lucha y todo conflicto y que nos saque de un repliegue defensivo, para dar golpes certeros al egoísmo económico que hoy vampiriza hacia el aniquilamiento de los sectores mas vulnerables y la clase media de nuestra población.

El Plan de Lucha No Violenta para defender la Democracia es la lucha de todas las luchas, promoviendo y organizando en cada conflicto el camino hacia la Desobediencia Civil, puesto que es la única manera de retener los recursos (el Dios Dinero) con el que hoy se sirve a quienes lo utilizan para atentar contra los intereses y derechos del pueblo, de nosotros mismos.

La Desobediencia Civil debe ir siendo hoy organizada a partir de cada conflicto, en cada acción, en cada grupo de vecinos de cada barrio. Con implementaciones inclusivas, in crescendo y expansivas. Bastará con que en un punto por pequeño que parezca, se ponga en práctica esa herramienta de autodefensa y transformación, para que el efecto se multiplique hasta llegar a todo rincón, ojalá no sólo del país; dando a conocer a los poderes actuales de manera certera, que no tienen de ningún modo asegurado el futuro y que nada lograrán con la violencia institucionalizada.

La Desobediencia Civil está en marcha para poner el poder de decisión en manos de quien es permanente arrebatados sus derechos: el ser humano. Y a través de la Lucha No Violenta.

Y el compromiso de cada vecino deberá ser desencapsularse del egoísmo y el individualismo en el que hemos sido formados, para encarar en conjunto esta respuesta de manera eficaz, organizada y No Violenta. No individualmente, sino ya en conjunto, dando una respuesta contundente.

…¨Cuando una misma idea sople como un huracán por toda América, no habrá imperio en el mundo capaz de mantenerla esclavizada¨… (Silo)

Alejandro Roger es Presidente Consejo por la Paz y la No Violencia e Integrante del Movimiento Vecinal Humanista

9-5-18