Alrededor de unas cien estudiantes mujeres se tomaron la casa central de la Universidad Católica: una toma inédita, una toma feminista. Su petitorio es claro; no a la discriminación, no a la educación sexista, respeto a las diversidades entre otras cosas y en el frontis de ese imponente edificio iluminado con la tenue llama de las velas, manos de mujeres se unen formando un cordón humano de extremo a extremo, como diciendo las apoyamos compañeras, estamos con ustedes, valentía chiquillas, porque no es fácil tomarse la casa central de la UC, solo tres veces en 50 años los estudiantes han cerrado sus puertas, en los años 1967 y 1986 y éste , una toma inédita, el rector se ha comprometido a no desalojar pero los estudiantes de derecho ( y de derechas) ya ingresaron a la toma y están allí , las feministas por un lado y los gremialistas por otro. Las feministas son más, tienen apoyo y su toma es pacífica, simbólica como le escuché decir a una estudiante entre bailes, cantos y los gritos que electrizaban el frontis de la casa central de la UC.