Este domingo en Montevideo, Uruguay, la marcha que se realiza los 20 de mayo, desde hace 23 años, conocida como La Marcha del Silencio, se llenó de gente, frente al monumento a los Desaparecidos de América Latina.

Se volvió a pedir Verdad y Justicia por los desaparecidos de la última dictadura uruguaya.

Bajo la consigna “Impunidad, responsabilidad del Estado ayer y hoy”, familiares y amigos de los desaparecidos encabezaron esta marcha con los rostros de quienes fueron secuestrados por la dictadura, sin conocer su destino, ni donde se encuentran sus restos.

“¿Dónde están? ¿Qué pasó? ¿Cómo y Cuándo? ¿Quiénes lo hicieron?”, retumban las preguntas sin respuesta, en una convocatoria sin banderías políticas. “Cada marcha es la misma y es otra. Como el cauce de un río por el que corre siempre agua nueva”, explicaron los organizadores.

La repetición de la consigna del año pasado, buscaba mostrar que en estos 365 días no se había avanzado absolutamente nada y que el reclamo seguía siendo “basta de impunidad”.

El paso de la marea silencioso iba sumando gente a su paso, entre quienes estuvieron presentes la vicepresidenta Lucía Topolansky y el expresidente José Mujica, quienes pese a sus cargos no han podido avanzar por el entramado de complicidades vigentes hasta la actualidad.

Tras nombrar a cada uno de los desaparecidos, seguido del grito de “presente”, se aplaudió durante minutos, para luego entonar el himno nacional.

El acto tuvo sus réplicas en otras ciudades del Uruguay, algunas lo hicieron por primera vez, y en Buenos Aires, Santiago de Chile, París y Barcelona.

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