Por Margareth Kimberley, Black Agenda Report, 18/04/2018

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“Trump se protege a sí mismo con la guerra mientras los Demócratas y el resto de la élite gobernante apoya su militarismo”.

Es difícil para los estadounidenses determinar lo que está pasando en su país y en todo el mundo. Esto se debe a que los medios corporativos tienen un control casi total sobre lo que los ciudadanos ven y oyen, y porque esos intereses están estrechamente relacionados con el estado. La promesa del Internet, la tan esperada igualdad de condiciones para la comunicación y la recopilación de información también están bajo el control corporativo. Ahora es parte de esfuerzos bien coordinados de censura y un ataque contra sitios de izquierda como Black Agenda Report.

Las mentiras que permitieron que los Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña atacaran Siria se presentan sin contradicción. Las personas con conocimiento y experiencia que pueden contrarrestar estas narrativas no tienen acceso a los periódicos o las estaciones de televisión.

La estrecha relación entre el deep state (un entramado de entidades y personas que gobiernan entre bastidores mientras que los procesos de elección democrática y las autoridades elegidas son meras figuras decorativas), los medios corporativos y la élite del establishment en el país y en el extranjero continúan sin obstáculos.

“La primera ministra británica Theresa May se negó a permitir una votación parlamentaria sobre el ataque con misiles a Siria”.

Donald Trump puede ser etiquetado como fascista, pero atacó a Siria con ayuda de Francia y Gran Bretaña. Al parecer, todos los líderes de un país del “mundo libre” son fascistas. Ciertamente se comportan de esa manera mientras pisotean los derechos de millones de personas. Lejos de ser las naciones “civilizadas” a las que Trump se refirió en su discurso por televisión, estos tres países se encuentran entre los más criminales que jamás hayan existido. Estos países se volvieron ricos por medio del comercio de esclavos, los genocidios indígenas, las economías de plantación en las Américas y el robo de recursos en todo el mundo. Ahora pasan por encima de su propia gente. La primera ministra británica Theresa May se negó a pedir una votación parlamentaria sobre el ataque con misiles a Siria y mostró el vacío de las afirmaciones de que su nación es democrática. Lo mismo puede decirse de sus compañeros de crimen.

Francia empobreció a Haití con casi 100 años de robo, asesinó a argelinos en las calles de París y sus antiguas colonias africanas siguen siendo dependientes de forma financiera. El ex presidente Nicolas Sarkozy recibió millones de dólares de Muamar Gadafi y luego lo mandó a matar, tal como lo haría un jefe de la mafia. Ahora se han confabulado con la ayuda de los propagandistas de la prensa de los tres países para engañar a millones de personas mientras intentan continuar como gánsteres sus agresiones contra Siria.

“Sarkozy recibió millones de dólares de Muamar Gadafi y luego lo mandó a matar, tal como lo haría un jefe de la mafia.”

Si incluso los periodistas mediocres pudieran reportar libremente sobre este tema, el crimen sería obvio. Hay que considerar la línea de tiempo de los eventos. El 4 de marzo, el ex agente doble ruso Sergei Skripal y su hija son envenenados con un agente químico en Gran Bretaña. El gobierno británico culpa inmediatamente a Rusia, que no tenía ningún motivo para atentar contra un ex espía que intercambiaron hace ocho años. El príncipe heredero de la Arabia Saudita Mohammed bin Salman llega a Londres para una visita oficial el 7 de marzo. El 12 de marzo, el presidente francés Emmanuel Macron, declara que Francia atacará a Siria si allí se usan armas químicas. Al día siguiente, el ejército ruso afirma tener pruebas de que se llevará a cabo un ataque químico contra civiles sirios como pretexto para la guerra. El 16 de marzo, Francia advierte a los periodistas franceses para que abandonen Siria. Mohammed bin Salman llega a Washington el 19 de marzo. El 8 de abril va a París para otra visita oficial. Ese mismo día, los grupos yihadistas financiados por Arabia Saudita y los Cascos Blancos, que fueron creados por un oficial de inteligencia británico, afirman que se produjo un ataque con armas químicas en la ciudad de Douma. El 14 de abril, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña se unen al ataque con misiles.

«Se han confabulado con la ayuda de los propagandistas de prensa en los tres países para engañar a millones de personas».

Los agresores son muy transparentes. La trama se llevó a cabo al aire libre. Pero debido a que tienen medios de comunicación obedientes detrás de ellos, no tienen nada de qué preocuparse. Ningún periodista preguntó por qué Sergei Skripal y su hija son en realidad rehenes y se les niega el acceso a funcionarios rusos, como exige un tratado entre las dos naciones. Nadie cuestiona una declaración extrañamente redactada que supuestamente pertenece a Yulia Skripal pero emitida por la Policía Metropolitana de Londres en la que dijo que no quería ayuda de su gobierno ni contacto con sus parientes.

¿Por qué no debería Mohammed bin Salman planificar abiertamente con presidentes y primeros ministros? ¿Quién lo va a cuestionar? El New York Times y MSNBC y el Washington Post y la BBC y AFP ciertamente no lo harán. Probablemente nunca sabremos el nombre de la persona o las personas que envenenaron a los Skripal, pero el sentido común nos dice que los perpetradores obedecieron órdenes de alguien que quería un pretexto para la guerra.

«La trama se llevó a cabo al aire libre».

El ataque aéreo fue limitado debido a las negociaciones secretas entre estos países. El peligro puede parecerse al teatro Kabuki, pero nadie debería asumir que ha terminado. Los criminales en Washington, Londres y París pueden ir demasiado lejos y provocar una gran guerra.

Los tres jefes de estado tienen sus propias preocupaciones. Macron fue puesto en el poder para acabar con el estado de bienestar de su país y cualquier remanente de la izquierda política. May está luchando con las negociaciones del Brexit y con las crueles medidas de austeridad que la han hecho tan impopular que evita a toda costa a los votantes. Trump puede ser acusado pero se protege a sí mismo con la guerra ya que los Demócratas y el resto de la elite gobernante apoyan su militarismo.

Independientemente de las razones individuales, estas tres personas son una amenaza para todo el planeta. Los medios corporativos los ayudan como escribas y presentan la propaganda de guerra como un hecho. Los juicios de Nuremberg después de la Segunda Guerra Mundial determinaron que planear una guerra de agresión es un crimen y que también lo es la propaganda que lo promueve. May, Trump y Macron son culpables, pero también lo son los llamados periodistas. Los criminales no podrían cometer sus sucias acciones sin su ayuda.

Traducido del inglés por Valeria Torres