Texto y fotos: Jember Javier Pico Castañeda

En medio de un ambiente marcado por la sensación de inseguridad creciente, dadas las declaraciones oficiales y la saturación en la cobertura mediática de eventos calificados como “terroristas” tanto en la frontera norte como en la ciudad capital (en este mismo día se anunciaron y descartaron tres amenazas de bomba), el jueves 19 de abril de 2018 se realizó, en las calles céntricas de Quito, una marcha convocada por familiares, amigas y amigos de los tres trabajadores del Diario El Comercio asesinados mientras esperaban el resultado esperado de las negociaciones entre el gobierno de Ecuador y el autodenominado frente Oliver Sinisterra: su liberación.

La cita de esta marcha fue el arco de la Circasiana, en el costado norte del parque El Ejido, para dirigirse hacia la Plaza Grande, en el centro histórico, y visibilizar allí sus demandas y exigencias ante la residencia oficial del presidente de la República, el palacio Carondelet: verdad, justicia y reparación.

Hacia las 16:00 se inició la concentración en el lugar acordado. Entorno al primer grupo de familiares, amigas y amigos fueron llegando diversidad de personas, organizaciones, actores de la sociedad civil y medios de comunicación nacionales e internacionales. Pancartas, camisas, flores, globos y banderas de color blanco permitieron establecer un lenguaje común, que se vio contrastado por la pluralidad de consignas que se comenzaron a gritar y escuchar a las 17:19: Nadie se cansa; ni un secuestro más, queremos la verdad; los olvidamos si nos callamos; Ecuador, unido, rechaza el terrorismo; no al terrorismo, sí al periodismo; vivos los llevaron, vivos los queremos; no a la violencia, sí a la paz en la frontera.

La marcha inició a las 17:55 sobre la Avenida Patria. Al tomar la Avenida 10 de Agosto, el personal de la policía apoyó a las/os organizadoras/es de la marcha a reorganizar el encabezado de la misma, pues el grupo de la Unión Nacional de Periodistas se había adelantado. A las 18:10 el grupo de familiares, amigas y amigos encabezó la marcha.

Mientras el atardecer avanzaba, el recorrido por la Avenida 10 de Agosto y la calle Guayaquil estuvo marcado por la repetición de consignas y el sonido de tambores. Queriendo anticipar la llegada de la marcha a la Plaza Grande, llegamos allí un poco antes: nos encontramos con una notable presencia de personal policial en torno al palacio Carondelet y a la Catedral, y con la amplificación de música sacra desde ésta última, pues una celebración litúrgica católica estaba terminando como acto final de otra marcha simultánea, organizada por el gobierno.

La marcha aún no llegaba a la Plaza Grande. El acto litúrgico terminó; las pocas personas asistentes se retiraron. En la distancia y en la penumbra (eran ya las 19:15) se vio entrar a Carondelet un pequeño grupo de personas que acompañaba al presidente Lenín Moreno. A las 19:21 llegó el grupo de la Unión Nacional de Periodistas a expresar sus consignas, pero no llegó la marcha.

Yendo en su búsqueda nos dimos cuenta que la marcha siguió por la calle Guayaquil, tomó la calle Sucre y se concentró en la plaza San Francisco, donde también había presencia organizada de personal policial. Allí, a las 19:35 se realizó un minuto de silencio por las recientes víctimas en la frontera norte: los tres trabajadores del Diario El Comercio y los cuatro militares, exigiendo explicaciones al gobierno por su proceder en estos casos; finalizó con un aplauso y se realizó un nuevo minuto de silencio por la pareja secuestrada, también en la misma frontera: Kattty Vanesa Velasco Pinargote y Oscar Efrén Villacís Gómez. Este minuto de silencio finalizó con un momento de oración católica por las víctimas.

A las 19:39 se inició el lanzamiento de globos blancos, mientras se expresaban algunas consignas. Se dio lectura de una carta digirida al gobierno nacional exigiendo no impunidad, explicación, aclaración de las circunstancias de negociación, de los comportamientos de negligencia en Ecuador y Colombia, y la correspondiente investigación al personal encargado en este caso.

Después de cantar el himno nacional, Yadira Aguagallo tomó la palabra en nombre de las/os familiares, amigas y amigos de los trabajadores del Diario El Comercio para agradecer el acompañamiento en la marcha y señalar el sentido de la misma: “Lo que las familias reclamamos es verdad, justicia y reparación; demandar y exigir el regreso con vida de Oscar y Katty. El camino hacia la verdad, justicia y reparación apenas comienza. Nadie se cansa.”

Dialogamos con Daniela Yépez, miembro del grupo de familiares, amigas y amigos de las víctimas, quien nos señaló la razón por la cual cambió el lugar de finalización de la marcha: “no pudimos terminar la marcha en la Plaza Grande debido a que el gobierno organizó una contramarcha sin sentido. Es evidente que el gobierno no quiere allí a quienes no están de acuerdo con su proceder en este caso. Lo que queremos es la verdad y los cuerpos de nuestros amigos”.

Hacia las 20:10 terminó la concentración en la plaza San Francisco. El desplazamiento de muchas personas participantes incluyó la Plaza Grande; allí, frente al palacio Carondelet, ya sin presencia organizada de personal policial, una nueva concentración elevó sus voces en torno a las exigencias expresadas minutos antes: “Sí a la verdad, no a la impunidad”.

Así, la marcha “llegó” a su destino original con muchos sinsabores, después de una marcha que sí finalizó oficialmente en la Plaza Grande, que abanderó el discurso de la unión nacional y la paz, que visibilizó la voz oficial de un gobierno que pareciera haberse “activado” cuando mejor le convino ante la permanente situación conflictual fronteriza, en medio de un ambiente de tal complejidad que despierta más preguntas que respuestas.