Leonel Herrera, director de ARPAS, nos ayuda a descifrar los resultados electorales de las legislativas en El Salvador.

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Uno mira con simpatía todo el proceso que se está viviendo en El Salvador desde hace tantos años, sin embargo vemos como también allí se están viviendo algunos retrocesos. Tengo entendido que desde el campo popular y progresista se le había advertido al gobierno de Salvador Sánchez Cerén que de no impulsar una profundización de políticas soberanas, de izquierda, su credibilidad se iría desmoronando. Las elecciones legislativas de este fin de semana muestran claramente como el pueblo salvadoreño le dio la espalda al oficialismo, ¿es así Leonel, se puede interpretar como una pérdida de apoyo popular de Farabundo Martí?

Sí, esa es una interpretación correcta a partir de los resultados que tuvimos el domingo. El FMLN, que es el partido de izquierda en el gobierno, tuvo una caída de la mitad de sus votantes, digamos que su voto duro, como lo llamamos acá, su base electoral más importante, el voto progresista, el voto de izquierda, no fue en su totalidad a votar en un claro reclamo tanto al partido, como al gobierno. Aquí son ambos responsables; por un lado al partido la militancia le achaca métodos antidemocráticos, imposición de candidaturas, hay municipios emblemáticos donde los candidatos no eran aceptados por la base y la dirigencia los impuso y simplemente la gente no fue a votar. Entonces ganó la derecha. Se le achaca al partido una serie de fallas en ese sentido y al gobierno se le achacan varias cosas, el gobierno tiene varios problemas, por ejemplo, un problema estructural del gobierno es la falta de liderazgo. Hay un liderazgo presidencial débil, inexistente, hay un problema de conducción política en el gobierno, una estrategia de comunicación fallida, una estrategia para enfrentar el boicot de la derecha que nunca dieron resultado. Desde los movimientos sociales se le achaca el gobierno el no buscar correlación con el pueblo, sino que solo buscar negociar con la derecha. Efectivamente ha sido así, el gobierno en su estrategia de gobernabilidad le apostó a dialogar con una oposición oligárquica que no está interesada en lo mínimo en llegar a consensos.

Cuando pudo haberse aliado con el movimiento popular, con la gente y con una posición de más fuerza, presionar a la derecha, pero eso nunca se dio. Pongo un ejemplo concreto: en una mesa por la reforma fiscal desde el movimiento social se le planteó al gobierno una mesa final con todos los sectores del país, con la academia, el movimiento social, las micro empresas, con todos los sectores y que el gobierno se arropara, se acuerpara con el apoyo de todos estos sectores y entonces ir a la mesa, negociar con el partido de derecha que representa los intereses de la oligarquía del país, eso nunca sucedió fue solito el gobierno a la discusión y no consiguieron nada, entonces todas estas cosas han hecho que tengamos este resultado, claramente es un mensaje de descontento de la población expresado en las urnas. La derecha no ha sacado ni un voto más, incluso la derecha ha sacado menos votos que en elecciones anteriores. Pongo un ejemplo concreto: en la alcaldía de San Salvador, que es la principal alcaldía del país, el candidato de la derecha que ganó, ha ganado con menos votos de los que sacó el candidato de derecha que la anterior elección perdió. Entonces no hay ningún gane de la derecha, no ha tenido más votos, simplemente la izquierda redujo sus votos a la mitad, pero claro eso ha hecho que la Asamblea Nacional quede en manos de la derecha oligárquica, el partido Arena que es el principal partido de derecha casi solito tiene la mayoría simple y en alianza con otros partidos de derecha supera la mayoría simple y obtiene la mayoría calificada. O sea que el FMLN no tiene ninguna posibilidad en el Parlamento de aprobar algo o evitar que la derecha apruebe algo.

Leonel, estabas hablando del partido Arena como una oligarquía local salvadoreña, sin embargo, me parece que hay algo que pasa también en Centroamérica que es una enorme injerencia extranjera, me parece que esa oligarquía se basa justamente en ese apoyo también con las grandes transnacionales, corporaciones, incluso con el Departamento de Estado de Estados Unidos, ¿eso es tan así en El Salvador, es palpable?

Eso es así, la derecha, las oligarquías centroamericanas, las salvadoreñas entre ellas, son muy dependientes de los Estados Unidos, de la embajada de Estados Unidos, tienes razón. No solo su poder económico, mediático, local sino que también este refuerzo que tienen desde el exterior, sin embargo en estas elecciones no se puede decir que ha habido injerencia de los Estados Unidos; simplemente la izquierda perdió porque su gente no fue a votar y como vos dijiste al inicio, efectivamente este resultado era esperado, era predecible, no con las dimensiones en las que se dio. Honestamente habíamos previsto una derrota para la izquierda pero no con la dimensión que tuvo y con las consecuencias terribles que esto tiene en términos de correlación parlamentaria.

Desde hace más de dos años varias organizaciones sociales de varios medios alternativos también veníamos señalándole en privado y en público cuando ya no había acceso a la conversa privada, en público señalándole las fallas principalmente al gobierno que tenía que poner una estrategia de comunicación efectiva, que tenía que repensar su estrategia de gobernabilidad, buscar la correlación con el pueblo, que tenía que hacer cambios en el gabinete y que había que hacer giros importantes, que había que renunciar a ciertas políticas neoliberales que se venían adoptando porque también hubo eso, no lo mencioné.

Hubo una eliminación de subsidios que golpeó mucho a la gente y también se aprobó una reforma de asociación público-privado que abre la posibilidad de una segunda generación de privatizaciones, complementaria a la privatización histórica que se hizo en los noventa y principios de los 2000. Entonces, se le vino señalando y nunca tomaron cartas en el asunto, tristemente sucedió lo que advertimos. Lamentablemente, creo yo que esta es una lección muy importante, las fuerzas progresistas deberían escuchar las críticas, deberían escuchar a su base, la prepotencia y la arrogancia y el desprecio a lo que dice el movimiento social o los medios alternativos que mostraron algunos de las deficiencias del FMLN, ahora se reflejan en este resultado.

En este momento hay un gran debate interno, no se sabe qué es lo que van a definir si han dicho que aceptan el mensaje que el pueblo les ha mandado, qué van a rectificar, justo antes de entrar en la entrevista con ustedes escuchaba al Secretario de Transparencia y anti-corrupción que es un funcionario importante en el gobierno y estaba diciendo “que tenga la certeza el pueblo, el país, que vamos a hacer cambios”, pero todavía no se sabe qué es lo que van hacer, aquí hay gente que están pidiendo la cabeza completa de toda la diligencia partidaria y del gobierno, hay otros que dicen “bueno hay que calmarse”. No sabemos en qué va a terminar el debate muy fuerte que sí hay en este momento

Estamos conversando con Leonel Herrera desde El Salvador sobre las contingencias, la actualidad del pueblo salvadoreño después de las elecciones, me imagino que es todavía muy pronto para poder imaginar el escenario futuro. Por un lado dicen que van a cambiar, no se sabe muy bien hasta dónde van a poder cumplir con esa promesa, pero, ¿qué te parece que se puede rescatar justamente de todo este proceso que ha vivido El Salvador como para decir: “tenemos a favor todo esto para poder resistir a este nuevo escenario donde la derecha pareciera campar a sus anchas porque va a tener la mayoría en el Parlamento”?

Es importante que este resultado presione al partido y al gobierno a hacer los cambios necesarios y poder recuperar un poco la confianza de la gente para las elecciones presidenciales del próximo año. Es decir, esta derrota la pueden convertir en una oportunidad para recomponerse y tomar nuevos bríos para la elección presidencial del 2019. Felizmente este amortiguamiento del descontento se dio antes de la elección presidencial, es decir, si la elección presidencial hubiese sido la de ahora la cosa hubiera sido peor. Lo segundo es que yo creo que también se levanta la conciencia del movimiento popular, hay una fuerte conciencia de la gente diciendo “bueno, nos fortalecemos en la lucha popular, vamos a la resistencia”. De hecho, ya el lunes hay una convocatoria a la creación de un gran frente y organizaciones populares para estar atentos a cualquier intento de la derecha en la Asamblea de revertir los cambios positivos que ha habido, o de ir en un sentido desde la Asamblea, la derecha por reposicionar la agenda neoliberal y bueno ahora nos viene la canonización de Monseñor Romero que es un hecho positivo que nos acaba de suceder que el Papa Francisco, ya ha autorizado que Monseñor Oscar Romero nuestro arzobispo mártir es declarado santo. Entonces, también eso ha tenido un impacto positivo en la conciencia popular y la gente aparece muy animada para luchar; esos son algunos elementos que se están configurando este momento.

Una preguntita acerca del voto rural y en las ciudades si es que han habido grandes diferencias y también, quizá, el voto de las mujeres.

Sobre lo primero fíjate que no hay mucha diferencia, El Salvador es un país muy pequeñito y esa diferencia tan marcada entre lo urbano y lo rural que existen en países de dimensiones territoriales más grandes, en El Salvador no se da, sin embargo históricamente el voto rural ha sido de derecha, es en los últimos gobiernos de izquierda que con la implementación de programas sociales que han beneficiado estos sectores, la izquierda ha logrado conquistar mucho el voto rural, la izquierda siempre fue más su base electoral, fue como más la clase media, los sectores urbanos, críticos, son esos que ahora no han ido a votar, entonces no hay una mayor diferencia.

En relación al voto de las mujeres yo no te sabría decir, no tengo a la mano datos para ver el porcentaje de votantes mujeres que han votado y el porcentaje de hombres, lo que sí te digo es que el sector de las mujeres organizadas en el Salvador es bastante  importante, lo de ayer, las actividades de ayer han sido una demostración de fuerza muy importante de las organizaciones de mujeres que han logrado posicionar en el debate público y posicionar en la agenda de muchas instituciones públicas temas que en una sociedad tan conservadora como la nuestra, era difícil hace muy poco tiempo plantear como el tema de la despenalización del aborto, como el tema de las identidades, de la diversidad sexual.

Hay un trabajo muy fuerte de las mujeres, yo creo que en esta etapa que se viene de mucha resistencia, de mucha movilización va a ser importante todo el empuje organizativo que tienen las mujeres en el país.

Leonel, para concluir con esto porque ya se nos acaba el tiempo, pero está muy bueno esto que estás contando de estos nuevos temas que las mujeres van imponiendo en la agenda y, por otro lado, el Vaticano que propone la canonización de Monseñor Romero, ¿cómo se vive esto? ¿No será justamente una confrontación de la Iglesia para no perder poder en estos territorios y que las mujeres no terminen imponiendo esta agenda?

Yo creo que no tiene que ver una cosa con la otra, la canonización de Romero para quienes nos escuchan y no tienen del todo la información: Romero es el arzobispo salvadoreño que fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por escuadrones de la muerte de la extrema derecha salvadoreña financiado por la oligarquía salvadoreña, Monseñor Romero había abrazado la causa de los pobres, de los oprimidos. Su discurso de la denuncia de las desigualdades, de la opresión fue la que provocó el odio de sus asesinos y el proceso de beatificación de él había sido boicoteado sistemáticamente por los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, es hasta con la llegada del Papa Francisco se desentrampa el proceso, la beatificación se dio en mayo del 2015 y ahora el Papa Francisco ha anunciado ya el acto de canonización de Romero, que será junto con Pablo VI en octubre de este año en el Vaticano. Entonces, esto más bien refuerza el espíritu de la gente, el sentido de lucha por lo que Romero significa. Romero significa la iglesia de los pobres, significa la iglesia en función y la liberación del pueblo, entonces es en todo sentido positivo lo de Romero.