Con Dana Feminová, activista de la organización Mundo sin Guerras y sin Violencia en Praga, vamos a hablar de la situación política actual de la República Checa, que es muy particular, porque desde las últimas elecciones parlamentarias, que tuvieron lugar el 20 y 21 de octubre del año pasado, todavía no logra tener un gobierno. Andrej Babiš, el líder del partido más votado, ANO (Alianza de Ciudadanos Descontentos), fue encargado por el presidente de la República de formar un ejecutivo, pero su primer tentativo fracasó por la falta de confianza en la Cámara de los Diputados. Ahora Babiš sigue con los contactos para formar gobierno, pero aún no le resultó de convencer a una mayoría de parlamentarios y fuerzas políticas.

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Dana, ¿quién es este personaje, Andrej Babiš, que muchos llaman el Trump checo o “Babisconi”, el Berlusconi checo?

Babiš es un personaje de la política checa que de hecho nació en Eslovaquia, así que en realidad es eslovaco. Él está en el Parlamento de la Republica Checa desde octubre 2013 y luego de 2014 a 2017 fue Viceprimer ministro y ministro de Finanzas en un gobierno de coalición entre los socialdemócratas y su mismo partido. Él es un businessman, propietario de una empresa muy grande, que se llama Agrofert, que centra sus actividades en la agricultura y agroquímica. Estamos hablando de un millonario, el segundo hombre más rico de la Republica Checa. Lo llaman «el Berlusconi checo» porque también compró varios medios de comunicación y por ende tiene muchas similitudes con Silvio Berlusconi.

 

Entonces este personaje, líder del partido más votado en las elecciones, recibió el encargo de formar el gobierno pero todavía no logra encontrar aliados. ¿Qué está pasando en República Checa en este momento?

Bueno, en este momento en Chequia estamos viviendo esta situación política absurda, por así decirlo, porque las elecciones tuvieron lugar en el mes de octubre de 2017 y el partido de Babiš, que es un partido de derecha y muy populista, con este discurso muy empresarial, «nosotros trabajamos, vamos a gestionar el Estado como una empresa, somos eficaces», ganó con un 29,5%, siendo el primer partido. Lo que pasa es que 9 partidos ingresaron al Parlamento checo, cruzando el umbral electoral del 5% de sufragios, y se trata de 9 partidos muy distintos entre ellos, que no llegan fácilmente a un acuerdo. Estamos hablando de un bloque de derecha dura, fascista, de otro partido nuevo y joven que habla de transparencia y de los derechos digitales, que entra por primera vez en el Parlamento, el Partido Pirata… en fin, hay mucha diversidad y entonces para Babis es muy difícil formar una coalición. Además, Babiš está bajo investigación judicial por fraude fiscal, el Parlamento ya le quitó la impunidad hace tiempo, y está confirmado que él fue confidente del STB, la Policía de Seguridad del Estado, durante el régimen comunista en Checoslovaquia. Y ningún partido quiere gobernar directamente con este personaje controvertido. De hecho, muchos partidos quisieran ser gobierno, pero han puesto como condición que este Babiš no sea primer ministro. ¡Pero él quiere ser primer ministro! Entonces, la situación es complicada. Esta también el partido de Tomio Okamura, muy extraño, de derecha extrema, y Babiš ya dijo que no quería gobernar con este partido, ni con los comunistas, que también entraron en el parlamento. Cada uno pone sus condiciones y en esta situación no se alcanza llegar a un acuerdo. En este momento el presidente de la Republica, que apoya con fuerza Babiš, le dio una segunda chance para formar un gobierno. Recordamos que en diciembre el ya formó un gobierno, pero en enero el Parlamento no le dio su confianza. Entonces ahora tenemos un gobierno dimisionario, pero con un primer ministro al que le se dio un segundo encargo. Es más, el presidente de la Republica no dio un plazo a Babiš, le dio un tiempo indefinido, sin límites, para este segundo intento de formar un gobierno que tenga mayoría. Y hay varias posibilidades en la mesa.

¿Cuáles serían estas posibilidades? ¿También podría ser que las checas y los checos vayan a volver a votar?

Esta posibilidad de nuevas elecciones está totalmente descartada por el presidente de la Republica, Zeman, y Babiš también dice que no es la variante que prefiere, obviamente. La variante más probable hasta ahora sería la de un gobierno con los socialdemócratas, que ya fueron aliados de Andrej Babiš. Pero lo que pasa es que aunque logren este acuerdo, no va a ser suficiente para tener la mayoría: tendrían 93 diputados de los 101 que se necesitan. Y en este caso el Partido Comunista podría apoyar el ejecutivo. Otra posibilidad sería un nuevo gobierno de minoría de Babiš, como el que formo’ en diciembre, pero con el apoyo externo de este partido fascista que mencionaba antes y de los comunistas. Estos serían los posibles acuerdos, que de todas maneras no son muy positivos y van a ser frágiles. Y seguramente el presidente de la República no va a apurar a Babiš antes de junio o julio, así que le va a quedar todavía mucho tiempo a este gobierno dimisionario, que ya está aprobando medidas muy importantes, mas allá de lo que normalmente se esperaría de un gobierno de este tipo.

Mientras tanto las checas y los checos votaron también para elegir al presidente de la República, en enero, y Zeman fue reelegido para un segundo mandato. Como dijiste, el presidente sigue apoyando Babiš en los tentativos de formación de un gobierno y comparte con él una postura anti-inmigración y en contra de la acogida de los refugiados procedentes de Oriente Medio. También otros países de Europa del Este tienen gobiernos anti-inmigración. Tú, Dana, ¿crees que de verdad eso es un sentimiento compartido por la población en esta parte del mundo?

Es muy difícil responder a esta pregunta… Sí, Zeman fue reelegido y el islam fue el tema principal de la elección presidencial. Todos los afiches de Zeman hablaban de “no más islam”, “no más inmigración”, “no más terrorismo”, creando miedo. Y se trata de una campaña muy fuerte en República Checa, que ya lleva mucho tiempo. Eso a pesar de que no exista en este país una situación de inmigración parecida a la que se encuentra en Italia, Alemania u otros países de Europa. No hay inmigrantes que solicitan asilo en República Checa, prácticamente casi no llegan inmigrantes aquí. Entonces estas campanas anti-inmigrantes son absurdas, no es un tema de verdad, es un tema que existe solamente en los medios de comunicación, hay partidos que utilizan el miedo para asustar a la gente y lograr consenso político. Lamentablemente, en Babiš, Zeman, o más aún en Tomio Okamura, que representa la derecha extrema, este tema es muy muy fuerte.

Sobre este tema, en las presidenciales hemos visto que la población está dividida en dos partes. Los pro Zeman y los en contra de Zeman, los anti-inmigración y los que quieren apoyar los inmigrantes que llegan desde las guerras. Y eso pasa por primera vez en la República Checa. Esta división es presente, como tú dices, también en los otros países de Europa del Este, con un fuerte sentimiento en contra de la inmigración, en contra de las cuotas de refugiados establecidas por la Unión Europea. En todo el Grupo de Visegrado, es decir Polonia, Eslovaquia, Hungría y Republica Checa, este fenómeno es muy fuerte, hay mucho rechazo frente a la posibilidad de acoger los refugiados, hay mucho miedo con respecto al terrorismo y al islam.

Una última pregunta. Tu actividad social se enfoca sobre todo en el desarme y en el antimilitarismo, y siempre has denunciado la influencia de Estados Unidos en la República Checa, en el marco de su política anti-rusa en la región. ¿Sigue siendo así? Y con un gobierno populista, ¿cómo sería? ¿Cuál sería la postura de este gobierno frente a eso?

Lamentablemente lo que pasa es que Babiš ya estaba en el gobierno cuando empezaron en las escuelas los programas de «educación a la defensa de la patria», con militares que entran en los colegios mostrando las armas a los niños de la primaria. Cosas absurdas, que pensábamos no ver nunca más después del régimen comunista… Todo esto sigue y seguramente Babiš, si continuara a ser primer ministro como es muy probable, no lo va a cambiar. Lamentablemente este clima de miedo, este clima de xenofobia, de miedo hacia el extranjero que puede entrar en nuestro pais y cambiar nuestra cultura, apoya esta direccion que apuesta por el fortalecimiento de la defensa, por el aumento del presupuesto destinado a las armas, por el ingreso de este tema en la educacion también. Y por cierto, en estos paises, funciona siempre muy bien el miedo que viene del pasado, el grande peligro representado por Rusia, por lo cual “hay que defenderse”. También en la última campaña electoral funcionó muy bien hablar de Rusia como el pais que esta detrás del fenómeno de la inmigración, como si fuera Rusia la causa de toda la inmigración. La conexión que se hace es muy particular y probablemente no funcionaría en otras partes del mundo. Y todo eso por cierto empuja el armamentismo, el militarismo, que suben en esta región. Única nota positiva de toda esta crisis política es que la propuesta de ley que miraba a facilitar la compra de armas fue rechazada por el Parlamento. Afortunadamente algo todavía se puede parar. Pero de toda manera este gobierno dimisionario y el probable futuro nuevo gobierno de Babiš no va a ser positivo tampoco con respecto a este tema. Y la influencia de Estados Unidos y de Israel, sobre todo en este asunto, es muy fuerte aquí.