Después de que el presidente Macri recibiera en Casa Rosada a Chocobar y lo mostrara como un héroe, la ministra Bullrich también respaldó al asesino de Kukoc con distintas declaraciones que llamaban a la “presunción de inocencia del policía”. Acciones como estas y las de otros dirigentes del Gobierno, pretenden dar luz verde al accionar de las fuerzas de seguridad, aunque el resultado termine siendo cometer asesinatos. En ese sentido, la denuncia que presentó Marcelo Parrilli contra el presidente Mauricio Macri y la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, inenta desenmascarar las verdaderas intenciones del gobierno de Cambiemos: “La pretensión es que este hecho quede registrado, por lo menos judicialmente. Va a quedar registrado políticamente y en la memoria social de todos los argentinos. Va a quedar en la realidad también, porque lo que han dicho es lo que piensan. Cuando habla Patricia Bullrich es en realidad Macri. Ella es la vocera”, dijo el abogado y explicó: “La denuncia es por instigación pública a cometer delitos. Plantea que en los fusilamientos por la espalda también está el delito de intimidación pública, la instigación a cometer delito y también por coacción agravada. Las declaraciones fueron, en ese sentido, una presión brutal no solo para los jueces que van a tener que resolver la apelación contra el procesamiento de Chocobar sino para el juez de primera instancia y todos los jueces en general. Someter a los jueces que no sacan los fallos como el Gobierno espera es una conducta bastante permanente de este Gobierno: juicios políticos, denuncias públicas, campañas de desprestigio, etc. Ya ha sucedido con jueces que dieron amparo contra los tarifazos y demás”, ejemplificó Parrilli.

La denuncia, que en principio podría pensarse con un destino testimonial, puede, según él, tener posibilidades de prosperar teniendo en cuenta las fluctuaciones políticas cambiantes de la realidad del país: “Todo depende. Argentina está en una crisis permanente. Acá nadie tiene la vaca atada. El gobierno de Macri venía avanzando por una ancha avenida hasta que ocurrió lo que ocurrió con la ley previsional. Si bien terminó con una victoria del Gobierno en el sentido de liquidar prácticamente el régimen de jubilaciones, lo cierto es que le dio una oposición callejera que conmovió al Gobierno de manera tal que ahora están intentando por otros caminos la reforma laboral, que va a ser peor todavía que la reforma previsional. Todo depende de la situación política y del grado de resistencia y movilización de la sociedad. Desde ya, si esto dependiera pura y exclusivamente del juez Martínez de Giorgi, la denuncia no va a ningún lado”, señaló Parrilli y apuntó contra los jueces y el Poder Judicial de la Argentina: “Esta gente actúa siempre de la misma manera. Mientras los Gobiernos conservan una cuota de poder, son alfombras y felpudos. En la medida que empiezan a perder el poder van tratando de salvar la ropa y girar. Yo hablo de Poder Judicial y no de Justicia. La justicia es un valor ideal respecto de la cual todos tenemos ideas muy distintas. Lo que hay acá es un Poder Judicial, el más antidemocrático y antirrepublicano de los tres poderes, legado por gente que parecen monarcas de la Edad Media, con una serie de privilegios odiosos que han constituido una casta aristocrática totalmente alejada de todo tipo de participación y control popular en su gestión”, definió el abogado en Radio La Retaguardia.

Fritos en la grieta

Parrilli aprovechó para hacer un análisis político de la situación actual del país y cuestionó la categoría de dictadura para denominar al Gobierno de Macri, aunque sí lo calificó como el enemigo a vencer: “Veo una pelea abierta con una gran problema para los sectores populares. No hay una dirección política, sindical ni social coherente ni que quiera una cosa muy distinta a esto. Si en Argentina las opciones son macrismo o kichnerismo, estamos fritos. Esperemos que vayan surgiendo de las luchas nuevos dirigentes y que esto cambie. Va a ser un proceso lento. Lamentablemente Macri llegó al Gobierno con muchísimos votos populares producto de los desastres que hizo el kichnerismo y eso va a costar revertirlo. Me preocupa el apoyo de los sectores populares que tiene Macri que hoy miran al macrismo, no con simpatía, pero sí como algo que puede llegar a representarnos en algún momento. Esto es lo preocupante. Sabemos que el macrismo no va a solucionarle ningún problema a ese sector, sino que por el contrario se los va a graduar todos. Lentamente, porque no hay una oposición política, van a ir rompiendo con el gobierno. Formalmente no es una dictadura y de fondo tampoco. No pueden ir más allá de lo que quieren ir. Son los personeros civiles de la dictadura, desde ya. Son los mismos sectores, con el mismo plan económico, la misma naturaleza de clase y con el mismo odio y menosprecio a todo lo que sea popular. De eso no hay ninguna duda. Entre Videla y Macri veo unas cuantas diferencias. Decir que esto es una dictadura es una señal de impotencia. Desde ya que es un gobierno autoritario, profundamente reaccionario. Es un gobierno que avanza en la comisión de crímenes y asesinatos contra los sectores populares. Tenemos que tratar de ganar fuerza y de ser más. Tenemos que dialogar con la gente. Desde el punto de vista de manual sí, es la dictadura de la burguesía contra el proletariado. Pero no es una dictadura. Nosotros no estaríamos hablando acá por radio. Probablemente yo estaría, como estuve durante la dictadura, en la Superintendencia de Seguridad Federal. No digamos boludeces producto de la impotencia”, expresó.

Por último, el abogado defensor de los derechos humanos arremetió contra los sindicatos a pesar de apoyar la marcha contra el gobierno anunciada para el 21 de febrero: “La burocracia sindical es la peor losa y cáncer del movimiento obrero. No obstante, yo creo que hay que ir a la marcha con Moyano. No con Moyano porque sea con Moyano sino porque en definitiva es contra el Gobierno”, cerró Marcelo Parrilli.

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