Uno de los 21 allanamientos realizados ayer en el marco de una nueva causa en contra de Milagro Sala fue en el domicilio de Mirta Rosa Guerrero -conocida como Shakira-, también privada arbitrariamente de su libertad hace un año y medio en el marco de la persecución política contra la Túpac Amaru. “Vinieron directamente a pegar”, contó David Lonzayes, padre de Tiziano de 9 años, uno de los hijos de Mirta. Es el cuarto allanamiento que hacen en esa casa, ubicada en el barrio de la organización en Alto Comedero. A Adriel, el otro hijo de Shakira, de 21 años y a su novia se los llevaron detenidos por averiguación de antecedentes y también fueron golpeados en el operativo. La denuncia será radicada en la Comisaría de Alto Comedero.

A pesar que el lavado de activos es de competencia federal, la justicia provincial de Jujuy, imputó a Guerrero junto a Milagro Sala y otros en una nueva causa. La causa se originó en febrero de 2017, pero recién a fines de diciembre el juez Isidoro Cruz ordenó por pedido del fiscal Diego Cussel una serie de allanamientos y la excavación realizada ayer, en plena feria judicial, en el dique La Ciénaga que concluyó sin resultados. Uno de los 21 allanamientos ordenados fue en la casa de Mirta Guerrero.

A las 7 de la mañana, la infantería irrumpió en la vivienda. Ingresaron por el fondo, sin siquiera tocar la puerta para que les abrieran una vez. Estaban en una habitación Tiziano, de 9 años, junto a su padre. Mientras dormía, saltaron sobre la cama y tiraron al suelo a David. Le gritaban “maricón, que te haces el malo”, mientras le pegaban. El niño lloraba desconsolado y corría descalzo de un lado al otro cuando al padre lo subieron al móvil policial esposado. Allí adentro le seguían preguntando a los gritos donde tenía los papeles y los camiones. Es el cuarto allanamiento que hacen en esa casa. Una hora después del inicio del operativo llegó un funcionario que ante los gritos del niño ordenó que liberaran a su progenitor para que se quedara con él. “Vinieron directamente a pegar. Se burlaban todo el tiempo de nosotros. En el patio tenemos un sapo y se pusieron a jugar mientras se reían”, relató Lonzayes.

Adriel también dormía cuando se inició el operativo. Estaba junto a su novia, Mercedes. Semidesnudos los tiraron al piso y patearon al joven. La chica tuvo que pedir permiso para ponerse algo de ropa. Los esposaron y los subieron al móvil, a pesar de no existir ninguna orden de arresto en su contra. Cuando solicitaron que les aflojaran las esposas porque los estaban lastimando, los dieron vuelta y los esposaron por la espalda, ajustando aún más los grillos. Cuando David, a cargo del chico, pidió información en la brigada solo le dijeron que estaba ahí detenido, pero le negaron cualquier otra información. A su abogado el fiscal le confirmó que no pesaba ninguna orden de detención sobre el joven.

El resultado del operativo fue el secuestro del CPU de la computadora de Tiziano y 2000 pesos que no quedaron registrados en el acta que había conseguido reunir David para comprar unas plantillas ortopédicas para el niño.

Parece ser que ninguno de los oficiales que participó del operativo tomó en cuenta el párrafo de la cédula de allanamiento en el que previene al personal a cargo de ejecutar la medida de actuar conforme al derecho a la intimidad en el marco de lo dispuesto en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, en el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos como en la Convención Americana de Derechos Humanos. Tras mencionar esos instrumentos, recuerdan en la orden que “‘Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en si domicilio o en su correspondencia’ por lo que es menester tener presente dichas disposiciones a la hora de realizar el procedimiento”. Otra obra del cinismo que reina en la provincia en la cual el estado de derecho se suspendió el 16 de enero de 2016.