Entre enero y septiembre de este año, 222 pilotos alemanes se negaron a devolver a Afganistán a refugiados e inmigrantes que hasta entonces habían sido recibidos en Alemania. El gobierno considera que Afganistán es un país seguro y, al mismo tiempo, en el sitio web oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores se desaconseja viajar a algunas zonas debido al alto riesgo de ataques.

Una contradicción e hipocresía denunciadas por Amnistía Internacional Alemania y otras organizaciones – «está prohibido repatriar a las personas a países donde corren el riesgo de morir» – que han provocado la protesta de quienes no quieren ser cómplices de una expulsión inhumana: La mayoría de los vuelos cancelados a Kabul tuvieron que salir del aeropuerto de Frankfurt, principalmente con Lufthansa, pero también con Eurowings, Germanwings, Qatar Airwars, Air Algerie y Air Berlin.