En el contexto del Taller Internacional de Pensamiento Humanista y Revolución Socialista conversamos con el matemático Dr Lorgio Félix Batard Martínez, profesor de titular de la UCLV.

Cuentanos sobre el proyecto que estás promoviendo en la Universidad

Tenemos un proyecto con la facultad de ciencias sociales concretamente con la facultad de filosofía. Hemos tratado de juntar a estudiantes de las ciencias exactas con filósofos.

Si vamos a la historia de la ciencia desde las civilizaciones antiguas, en Atenas, en la gran biblioteca de Alejandría, etc. pasando por el mismo despertar de la ciencia en los siglos XV y XVI en Europa, todos los que hacían ciencia hacían también filosofía. Se veía a la ciencia como una forma de expresar la realidad.

El hombre siempre se formula las mismas preguntas: por qué estamos aquí, quiénes somos, por qué hemos aparecido en este planeta, habrá vida en otros planetas, estamos solos en el universo, hay otros seres inteligentes, podemos comunicarnos con ellos…? Estas han sido siempre inquietudes de los científicos y de muchas personas en general.

¿Crees en la vida extraterrestre?

No tenemos evidencia de vida extraterrestre porque nunca ha aparecido ninguno, pero es lógico pensar que debe haberla porque hay miles de millones de galaxias y cada una de esas galaxias tiene miles de millones de soles, además hemos comprobado que muchos tienen planetas, incluso planetas con condiciones aptas para que pueda haber vida.

Marte se está investigando ahora porque podría haber albergado vida. Pero el tema no es solamente vida, sino hallar vida inteligente, capaz de crear una nave espacial.

Por poner un ejemplo, Alfa Centauro se encuentra a más de 8 millones años luz. Eso significa que incluso aproximándonos a la velocidad de la luz –lo cual sería muy difícil– tardaríamos más de 8 años en poder llegar a un planeta que pudiera haber próximo a Alfa Centauro.

Así que son situaciones difíciles para la comunicación. La ciencia piensa en otras formas de comunicación como “agujeros de gusano”, otras formas de energía u otras dimensiones, pero estas posibilidades son todavía un sueño.

De otra parte, lo que ha pasado del siglo XX para acá es increíble. Si traen un habitante del siglo XIX y aparece aquí y ve todo lo que hemos alcanzado, yo creo que el hombre ingresaría en un hospital para dementes.

En vuestro proyecto estáis contemplando al mismo tiempo todas estas variables ¿Guarda relación con la Mega Historia?

Sí. La ciencia se ocupa de explicar científicamente los fenómenos naturales, pero para poder comprender la esencia de lo humano hay que ir más allá de una fórmula; significa filosofar, razonar, comprender, ubicarnos en el contexto de la situación social, del desarrollo hasta este momento.

Ahora estamos desarrollando la biotecnología. Llegará un momento que podremos ser mitad robot y mitad persona. Si falla el corazón o un riñón podremos poner uno nuevo. Son una serie de posibilidades que tenemos en el campo de la robótica.

En cierta medida ya hemos llegado a la dependencia del “teléfono celular”; no podemos pasar sin él, así que ya tenemos una gran dependencia con un dispositivo electrónico.

Esta es la cuestión, tratar de interpretar el mundo que nos rodea, no únicamente con una fórmula, eso definitivamente no basta. Hay que pensar profundamente para poder relacionar todos los fenómenos, porque todo está interrelacionado, nada está aislado.

A medida que la ciencia avanza parece que existen unas leyes para el macrocosmos y otras para el microcosmos…

En matemáticas, la lógica de lo finito es distinta a la lógica del infinito. En lo finito –y esto es tan absurdo como cierto– la parte es menor que el todo, sin embargo en la lógica de lo infinito la parte puede ser igual e incluso mayor que el todo.

También la mecánica quántica es diferente a la mecánica de Newton. Todo cambia. Puedo saber la velocidad de una partícula y al tiempo desconocer su posición. Pero en la mecánica de Newton que hemos venido usando hasta ahora no era así.

A los fenómenos cósmicos no se les puede aplicar la propiedad en que la suma de los ángulos de un triángulo es siempre 180. Hay que ir a una geometría positiva, a una geometría no euclidiana, tipo Lobachevsky, o Freeman, por ejemplo. Que el universo es curvo quedo demostrado en la observación de los eclipses en la teoría general de Einstein; los rayos de luz al pasar cerca del sol se desvían, lo que demuestra la curvatura del espacio.

¿Tienes algún recaudo moral respecto a la investigación genética?

La ciencia nos ha aportado grandes avances, hay que dejarla, no hemos de tener ningún prejuicio sobre la ciencia. Y precisamente en la ciencia genética hay todo un desarrollo que puede aportarnos mucho. Una persona que perdió un brazo puede tener un brazo biónico, un riñón que no se estropee, etc.

Lo importante será mantener nuestro mundo que está en peligro. Los problemas ecológicos son serios, el efecto invernadero va in crescendo, el deshielo de los polos. El peligro es ya para nuestros nietos. Precisamente el humanismo tiene que impulsar el cuidado del planeta. Como dice Walter Martínez “es nuestra única nave espacial”, no tenemos otra y tenemos que cuidarla. Está contaminada, no se puede seguir emitiendo gases de efecto invernadero.

También hay que terminar con las armas nucleares. Imaginemos una persona que tiene en el patio de su casa 10 kg de TNT, pues bien, nosotros tenemos en nuestro planeta miles y miles de megatones. Si ocurre una confrontación nuclear solo van a sobrevivir las cucarachas que están más preparadas para la supervivencia.

No estamos tomando las medidas necesarias para proteger nuestra única nave espacial y las noticias son cada vez peores en ese sentido. Por eso tenemos que impulsar la lucha por sobrevivir.

Filmación Alejandro Albelay