Diario de un pobrecito mortal en Cataluña.

Martes 17 de octubre de 2017. Justo cuando parecía que se abriría un impasse, una breve tregua que permitiría tomar aire a todo el mundo, ¡zasca!, el gobierno español encarcela a los dos principales dirigentes de las organizaciones independentistas Omnium Cultural y Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. Yo quería descansar de tanta movilización, tanto cacerolazo, pero no hay manera. Darth Rajoy está empeñado en meternos miedo como sea, así que no queda más remedio que volver a protestar.

Los han metido presos por sedición… ¡qué palabreja! Parece sacada de una novela de Alatriste. “¡Pardiez conde-duque!, los sediciosos nos rodean” diría el rey Felipe IV. El diccionario dice que sedición quiere decir “Alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar, sin llegar a la gravedad de la rebelión.” Suena terrible, ¿verdad? Yo lo he visto en películas, pero desde luego lo que ocurre en las calles catalanas estos días está bastante lejos de ser un “alzamiento violento contra la autoridad”, más bien es una “resistencia no-violenta contra las porras de la autoridad”.

Dicen que los hechos de autos ocurrieron el 20 de septiembre pasado, cuando la Guardia Civil entró en la Conselleria de Economía y se llevó presos a unos cuantos funcionarios (que fueron liberados uno o dos días después). En esa ocasión las organizaciones Omnium y ANC llamaron a manifestarse frente a dicha conselleria para protestar por las detenciones y el registro, que marcó el pistoletazo de salida de la actuación de la policía en Cataluña. Quienes han detenido a los #Jordis son los mismos que se rasgaban las vestiduras cuando en Venezuela se detuvo a líderes de la oposición por organizar manifestaciones. Claro que en el país caribeño esas manifestaciones acababan muchas veces con muertos, mientras que las consecuencias de la manifestación barcelonesa fueron tres coches patrulla cubiertos con pegatinas. Lo que allí era una vulneración de los derechos humanos, aquí es el triunfo del estado de derecho (García Albiol dixit, el mismo que enseñó el vídeo de unos niños que representaban una obra de teatro en Cambrils, como ejemplo del adoctrinamiento escolar a que se ven sometidos nuestros querubines).

Parece que vivimos en el mundo al revés. Unos policías apalean a la población indefensa el 1 de octubre (siguiendo órdenes de gente muy elegante, claro) y resulta que enjuician al único policía que no ejecutó la represión, el jefe de los Mossos J.L. Trapero, convertido en un Clint Eastwood moderno catalán, sin necesidad de usar el pistolón de Harry el Sucio.

Nunca imaginé que los catalanes, sea por nacimiento o adopción, por residencia o por paciencia, acabáramos encarnando esta lucha no-violenta por la libertad. Cuando seamos independientes lo primero que haré será tomar una siesta, entre la butifarra del mediodía y la escudella de la noche. Mientras tanto, en las principales ciudades ya se está eligiendo la plaza o calle a la que se dará el nombre de Rajoy, gran artífice de la nueva república catalana.

Los que pasan de la cincuentena han revivido sus épocas juveniles cuando corrían delante de los “grises”, en ese momento representantes de la dictadura franquista, mientras que ahora… ¡vaya!, qué coincidencia… Mientras, los mucho más mayores hacen acopio de aceite, azúcar y arroz, por lo que pueda pasar.

Menos mal que los grandes líderes europeos nos rescatarán del pérfido gobierno castellano, como es el caso del galo de origen catalán Manuel Valls (no confundir con Astérix), aunque según éste mientras no haya muertos no hay mucho de qué lamentarse.

Bueno, hoy toca manifestarse otra vez, en este caso para pedir la inmediata liberación de los pobres #Jordis. No creo (ni espero) que estén mucho en la cárcel, porque sino se convertirán en los nuevos Sant Jordis, derrotando a los broncos y feos dragones del PP y los guapos y jóvenes aprendices de dragón de Ciudadanos (el PSOE no sabemos si hará de princesa desvalida, de escuderos de los dragones o simplemente de rosa).