En las últimas semanas, los huéspedes del Cuartel Montello han sido trasladados sin previo aviso y sin ninguna información.

Sabemos que los cuarteles cerrarán a finales de año y por lo tanto tendrán que ser liberados de los huéspedes, pero no se les ha dado ninguna información al respecto, y de hecho, los traslados ya han comenzado en las últimas semanas.

Se producen sin previo aviso salvo uno o dos días y los afectados, en la oscuridad, se ven obligados a replantearse caminos de integración tan laboriosamente construidos: cursos escolares, trabajo de aprendizaje si no trabajan ya, relaciones sociales desarrolladas en la zona, actividades deportivas (torneos de fútbol – Panteras Negras), incluso la inclusión de un niño en un jardín de infancia del barrio.

En estos meses, desde la gran fiesta de bienvenida del pasado mes de noviembre, se han construido caminos de conocimiento e «intercambio» con los ciudadanos y las estructuras de la zona (escuelas, parroquias, asociaciones) con el fin de «acoger», en el verdadero sentido del término, a personas en dificultad y superar miedos y contrastes peligrosos predichos por los instigadores profesionales de siempre.

Hemos logrado construir una experiencia importante para toda la ciudad y para toda Italia y especialmente para los huéspedes, que se han sentido tratados dignamente, a la par y también con mucho cariño.

Hoy en día, el hilo de la tela no puede romperse por estas transferencias forzadas.

Por encima de todo, la metodología utilizada, que no prevén ninguna conexión con las personas, es inaceptable.

Las normas y leyes se elaboran para expulsar al mayor número posible de solicitantes de asilo y cuando la inclusión y las relaciones sociales se ejercen en la práctica concreta y cotidianamente, no se tienen en cuenta porque en realidad la «recepción» se concibe única y exclusivamente como un problema a gestionar, compuesto por números, estadísticas, alerta social «percibida», votos en las elecciones.

Así pues, la gente de carne y hueso, con su humanidad formada por historias, experiencias, tragedias y esperanzas, desaparece y se convierte en paquetes postales, en bienes para ser explotados o trasladados de un lugar a otro sin consideración alguna.

Los nuevos ciudadanos de la zona 8 de Montello deben ser informados, oídos y escuchados, y el traslado debe tener en cuenta sus opiniones. No tendrán que ser trasladados más allá de las fronteras milanesas para evitar frustrar un camino tan laboriosamente construido.

Ya hemos solicitado formalmente reuniones con la Prefectura de Milán, el Departamento de Políticas Sociales de la Municipalidad y el Presidente del Ayuntamiento 8, que conoce el impacto positivo de esta experiencia que ha contribuido al crecimiento general de la zona y ha evitado contrastes peligrosos e instrumentales.

Hasta ahora, se han mostrado dispuestos a reunirse sólo con las instituciones municipales, mientras que la Prefectura guarda silencio y no responde a nuestras peticiones.

No entendemos este silencio y esta falta de disposición para enfrentarse por parte de los responsables de la gestión del Centro Extraordinario de Acogida en Via Caracciolo.

Pedimos al Prefecto de Milán Dra. Luciana Lamorgese que discuta con nosotros y con los habitantes del Cuartel Montello sobre el tema de las transferencias y el bloqueo de las transferencias hasta que se haya acordado una metodología que tenga en cuenta la voluntad de las personas.

Comité de Solidaridad de la Zona 8

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