El lanzamiento esta semana de los datos anuales de las fuerzas nucleares del SIPRI pone de relieve la creciente tendencia a la inversión masiva en los programas de modernización de armas nucleares por parte de los 9 Estados poseedores de armas nucleares, a pesar de una reducción de 3% en el año.

Los Estados Unidos y Rusia entre ellos poseen el 93% del arsenal mundial, en extremo estado de alerta de activación y listos para ser lanzados en cuestión de segundos una vez dada la orden. Según el SIPRI, por ejemplo, Estados Unidos debe gastar hasta 1 billón de dólares en los próximos 30 años.

Esta aterradora estadística se opone a otra publicada por los médicos internacionales para la prevención de la guerra nuclear (IPPNW) en su informe de 2013, preparado para una conferencia que estudia el impacto humanitario de las armas nucleares. Sus últimos modelos de clima y población indican que una guerra nuclear limitada al uso de 100 cabezas nucleares lanzadas sobre las ciudades conduciría a un invierno nuclear que podría terminar con la vida de hasta 2 mil millones de seres humanos.

Estas preocupantes cifras han llevado a campañas de la sociedad civil como ICAN, la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, para promover enérgicamente un tratado de prohibición de armas nucleares, poniendo en la misma línea a las armas nucleares las con armas químicas y biológicas como armas de destrucción masiva legalmente prohibidas.

Después de años de promover esfuerzos para lograr que las Naciones Unidas acepten ese tratado, este año en junio el texto de un tratado fue aprobado después de negociaciones que involucraron a más de 120 estados, y el tratado se abrirá para la firma durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de este año. Con la firma y ratificación de 50 Estados, el tratado entra en vigor.

Todo esto constituye el telón de fondo del congreso internacional de IPPNW que comenzará el lunes 4 de septiembre en la ciudad de York, en el Reino Unido, titulado «Salud a través de la Paz».

A través de una serie de paneles conformados por expertos, talleres y sesiones académicas, se discutirán maneras de lograr la salud a través de la paz, explorando temas de guerra y armas nucleares, la crisis de refugiados y el cambio climático.

Pressenza estará allí durante los tres días de la conferencia trayendo noticias, fotos y entrevistas.