El viernes por la noche el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en un evento ante diez mil personas en Alabama, pidió a los dueños de los equipos de la Liga de Fútbol Americano que despidan o suspendan a los jugadores afroamericanos que no muestran el debido respeto a la bandera estadounidense. Y dijo que aquel que lo haga “no lo sabe, pero va a ser la persona más popular en este país”.

Las declaraciones fueron en reprimenda a los gestos de diferentes jugadores que se quedaban sentados o se arrodillaban cuando sonaba el himno norteamericano en señal de protesta por la discriminación y la violencia que siguen sufriendo los negros en el país.

Las respuestas a las declaraciones no se hicieron esperar y en el primer partido que se jugó de la NFL (por sus siglas en inglés), el mismo viernes, al menos 150 jugadores mostraron su rechazo en los estadios de todo el país.

El sábado por la noche, el acto de repudio se vio por primera vez en un estadio de béisbol, cuando Bruce Maxwell, de los Oakland Athletics, se convirtió en el primer jugador de las Grandes Ligas en hincarse durante el himno nacional.

El partido de la NFL entre los Seattle Seahawks y los Tennessee Titans directamente no contó con la presencia de ningún jugador en el terreno de juego mientras sonaba el himno, e incluso el mismo cantante se arrodilló tras entonarlo. Lo mismo ocurrió con el cantante del partido entre los Lions y los Falcons.

En otros partidos, los jugadores de ambos equipos se mantuvieron con los brazos entrelazados e incluso en el partido de los Jaguars, el dueño del club, Shahid Khan se unió en el abrazo con los jugadores. Khan había sido aportante de la campaña de Donald Trump con un millón de dólares.

Trump también le respondió a la comunidad deportiva, cancelando la invitación a los campeones de la liga de baloncesto, la famosa NBA, los Golden State Warriors, luego de que uno de los jugadores había anunciado que no iría a la Casa Blanca a ver al presidente.

“No creo que el no ir a la Casa Blanca vaya a mejorar todo milagrosamente, pero esta es mi oportunidad para hablar del tema”, dijo Stephen Curry, elegido el mejor jugador de la liga en dos oportunidades. Y agregó que no quería dejar pasar la oportunidad de destacar aquellas cosas que consideraba que Trump estaba haciendo mal.

Trump suspendió la cita diciendo que “Ir a la Casa Blanca para el campeón era un gran honor” en su cuenta de Twitter, que recibió una fuerte respuesta de otra estrella de la NBA, Lebron James “¡Ir a la Casa Blanca era un gran honor hasta que apareciste tú!”.

El exjugador Kobe Bryant también tuiteó “Un presidente de Estados Unidos cuyo mero nombre crea división e ira. Cuyas palabras inspiran disenso y odio no puede hacer que “América sea grande de nuevo””.

Trump utiliza estas discusiones para llamar la atención y ganar adeptos a su causa nacionalista, pero también es cierto que la visibilidad de los deportistas de élite también pueden hacer pensar a muchas personas alejadas de la política.

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