El Senado chileno aprobó tres causales en los cuales se permite la interrupción voluntaria del embarazo: cuando es inviable el feto, cuando la vida de la madre corre riesgos de muerte y cuando la gestación se produjo tras una violación. Hasta ahí llegó el quórum. Cuando era necesario definir los protocolos de acción sanitaria en los casos de las menores de 14 años que han sufrido violaciones, al ser necesario una mayoría especial, se truncó la aprobación.

Chile tiene una legislación muy atrasada en este sentido, recordemos que su constitución fue escrita y aprobada durante la dictadura de Augusto Pinochet. La Nueva Mayoría y su presidenta Michelle Bachelet alentaron esta reforma que no es ninguna panacea, pero que establecía una base mínima de respeto a las mujeres.

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Para hablarnos de esta lucha de tantos años, tenemos con nosotros en Pressenza Internacional En la Oreja a Camila Maturana de Humanas Chile. ¿Cuéntanos, Camila, cómo es que se penaliza el aborto o la interrupción voluntaria del embarazo en Chile?

Bueno como tú señalas muy bien, esta criminalización completa del aborto en Chile es una herencia de la dictadura cívico-militar. En los últimos meses, que todavía estaba en el poder, lograron modificar el código penal para prohibir el aborto en cualquier circunstancia, derogando en esa oportunidad, en 1989, el aborto terapéutico que era un derecho que las mujeres chilenas teníamos, incluso con anterioridad al derecho al voto.

Entonces, lamentablemente, durante 27 años, esta ley de la dictadura ha permanecido sin  posibilidad de ser modificada por el congreso nacional. Básicamente porque la resistencia de los partidos políticos en materia de sexualidad y derechos de las mujeres han sido muy importantes. Entonces en este segundo gobierno de la presidente Bachelet, ella presenta el proyecto de ley de aborto en tres causales para modificar esta ley, heredada de la dictadura y en esta ocasión se fueron cumpliendo las etapas de tramitación legislativa y en cada una de ellas, aunque no sin dificultad, se fueron cumpliendo la mayoría necesarias para que el proyecto fuera avanzando.

Queda este último paso, justamente, que tiene que ver con las menores de 14 años, cuéntanos un poquito eso, ¿la parte legal como se va a resolver ahora?

El proyecto ha sido aprobado, tanto por la cámara de diputados, como por el senado en sus tres causales, eso es muy importante. Lo que queda pendiente, ahora, es solamente una norma que exige un quórum especial, una mayoría calificada como señalaste tú, que se refiere a la autorización judicial sustitutiva que los tribunales de familia podrían otorgar a las niñas menores de 14 años que soliciten la interrupción de su embarazo, cuando no cuenten con la autorización de su representante legal, o cuando ellas, en el caso de tener que pedir la autorización a su representante legal, se encuentren en una situación de riesgo. En esa situación el proyecto contempla la posibilidad que el equipo médico acompañe a la niña al tribunal de familia, para que dentro de 48 horas se autorice la interrupción del embarazo, esa norma por mandato de la constitución requiere un quórum especial porque se refiere a las atribuciones de los tribunales de justicia y esa es la norma que no logro la mayoría requerida. Faltó solo un voto, el día de ayer en la cámara de diputados, generando una tremenda preocupación para las organizaciones feministas y de derechos humanos que durante décadas venimos demandando reconocimiento y protección a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres

¿Cómo valora el movimiento feminista, las organizaciones feministas chilenas, las organizaciones de derechos humanos, este paso que se ha dado? ¿Cuál es la valoración que ustedes hacen, porque como bien lo has dicho es una lucha de muchísimos años? Eso por un lado y por otro, ¿cómo recibe este tipo de decisiones la sociedad chilena? ¿Qué fuerzas a favor, en contra, como se mueve la reacción de la sociedad chilena frente a estas decisiones?

Lo primero es que aquí en Chile durante 27 años no se ha podido modificar la prohibición total del aborto y Chile sigue siendo parte de un grupo muy pequeño de países, son solo 7, que criminalizan a las mujeres en cualquier circunstancia. Entonces, por décadas el movimiento feminista ha mantenido una demanda, sostenida por los derechos sexuales y reproductivos en Chile y eso a nuestro juicio es lo que ha permitido que en esta oportunidad el parlamento haya aprobado las tres causales.

Este proyecto que se refiere solamente a tres causales, nosotras entendemos que igualmente constituye un primer paso necesario para avanzar en el reconocimiento y protección de los derechos sexuales y reproductivos en el país. Por eso lo apoyamos, por eso lo defendemos, por eso hemos estado en cada una de las comisiones de trabajo legislativo, cada vez que el senado y la cámara de diputados ha debatido sobre este proyecto, organizaciones de mujeres y derechos humanos hemos estado ahí. Ahora, también es importante que la ciudadanía chilena apoye plenamente este proyecto de ley. Durante 10 años que se han realizado encuestas de opinión respecto de la legalización del aborto en estas tres causales, todas las encuestas señalan que en torno a un 60 o 70 % de la ciudadanía apoya la legalización en las tres causales. Y eso también ha sido una presión importante para el parlamento a la hora de tener que debatir esta ley. Una ley que por los demás ha sido claramente recomendada por los organismos internacionales de derechos humanos, de los que Chile es parte. También vemos con mucha satisfacción, como progresivamente la ciudadanía apoya no solo as tres causales, sino el derecho de decidir de las mujeres. En las últimas encuestas de opinión, se está observando que va aumentando el respaldo a que cualquier decisión sobre la sexualidad y el cuerpo le corresponden únicamente a la mujer.

Es interesante lo que nos estás contando, Camila, porque la percepción que a veces se tiene de la sociedad chilena, es de una sociedad mucho más conservadora y quizás los debates que se dan en los medios de comunicación chilenos tampoco ayudan a descifrar esto, porque pareciera que la postura que tiene mayores minutos en la televisión chilena, fuera más bien en contra de estos avances.

Bueno, efectivamente, la sociedad chilena es una sociedad bastante conservadora, eso es una realidad. Pero el problema es que observamos acá, es mucho más grande que ese, porque el parlamento, senadores y diputados, senadoras y diputadas que representan a la ciudadanía, han mantenido por muchos años, y no solo en este tema, una brecha de representación a sus electores. Porque cuando tienes una sociedad que consistentemente demanda reformas legales para la protección de los derechos de la mujer, cuesta entender entonces que el parlamento por tantos años haya resistido a debatir y legislar esta ley.

Hay una brecha de representación importante en este tema de derechos de las mujeres. Pero también lo que vemos, a lo largo de la sesión legislativa que ha tenido este proyecto, del 2015 en adelante, por dos años y medio ya, que los argumentos, que quienes resisten y se oponen a legislar para proteger los derechos de las mujeres se sustentan en argumentos religiosos, que son totalmente impropios en un estado laico. Es decir, la libertad de conciencia y de religión, por cierto, que es un derecho humano fundamental de todas las personas que en Chile se respeta. El problema es que las creencias religiosas de los senadores y diputados, no pueden ser el sustento de la legislación que se aplica a todas y todos.

Es una imposición desde un dogma y no por cuestiones científicas o de consenso social.

Desde estos argumentos religiosos y morales lo que hemos escuchado las mujeres en Chile, es que hay un sector importante de los parlamentarios, que creen que las mujeres, principalmente, somos madres, hay una ideología de la maternidad que nos ubica en un lugar de subordinación social. Que impide el reconocimiento de nosotras las mujeres como sujetas de derecho y capaces de decidir por nosotras mismas y eso es complejo de modificar. Pero lo que es importante para nosotras compartir con ustedes y con quienes nos están escuchando es que, más allá de esas posiciones, que como tú has señalado son las que aparecen preferentemente en los medios de comunicación, que son muy conservadores en Chile también, aquí hay una mayoría ciudadana respaldando el proyecto y hay una mayoría parlamentaria.

Entonces me preguntabas respecto a la continuidad. El proyecto ya está aprobado por el senado y por la cámara de diputados en las tres causales, lo que está pendiente es la norma respecto a la autorización judicial para las niñas menores de 14 años que se encuentran en riesgo, esa norma requiere un quórum especial, que va a constituir una comisión mixta, la primera semana de agosto para resolver la redacción final de la ley y que va a ser despachada por el congreso nacional.

¿Algo más que quieras agregar?

Como les señalaba respecto de la resistencia de parlamentarios conservadores al proyecto, ellos han anunciado que van a acudir al tribunal constitucional para cuestionar la constitucionalidad de esta ley que protege los derechos de las mujeres y ahí, nosotras tenemos, ciertamente, una preocupación, porque esperamos que el tribunal constitucional chileno, que es un órgano autónomo esté, efectivamente, a la altura de la decisión histórica que le corresponde adoptar, que resguarde el carácter laico del estado de Chile y, principalmente, que el tribunal constitucional sea capaz de dictar un pronunciamiento acorde a las obligaciones internacionales que el estado de Chile ha asumido en materia de derechos humanos de las mujeres y las niñas en los tratados que ha firmado. Tratados que están recogidos por la constitución y también como mandatos vinculantes para todos los poderes del Estado chileno.