Después de la catástrofe que tuvo lugar la madrugada del miércoles día 14 de junio, las autoridades, a saber: The Royal Borough of Kensington & Chelsea, The Metropolitan Police, The Fire Brigade, y el Gobierno anunciaron a través de la prensa y otros medios que hay unos 17 muertos y mucha gente desaparecida tras el nefasto incendio que se produjo ese día. Hay familias buscando a sus seres queridos por todo Londres: en los hospitales, en las iglesias, por la calle; algunos incluso pegan carteles en los troncos de los árboles con fotos de familiares que residían en la Torre Grenfell.

Lo que nadie se atreve a decir es dónde están los residentes desparecidos, o missing en inglés, palabra que lleva días acoplando los titulares de todos los diarios británicos. Ya se ha confirmado que hay 17 víctimas mortales, 21 personas en estado crítico, y otras 24 recuperándose en varios hospitales londinenses, 80 que se salvaron y están bien, pero no se sabe la cifra que hay en centros de acogida o en las iglesias. Se afirma que en la Torre Grenfell vivían 120 familias con un censo total de unas 600 personas. Hagamos las matemáticas y sabremos aproximadamente cuantos desaparecidos hay. No voy a enumerar ni hacer cálculos con gente real y que posiblemente no haya sobrevivido el macabro incendio. Pero los missing son muchos, no son decenas, pasan de los 100 con toda certeza. ¿Dónde están? No creo que hayan bajado del edificio y se hayan escondido en los centros comerciales colindantes a Latimer Road. Es obvio que esas personas no han salido del edificio por lo que cabe asumir -sin que nadie quiera hacerlo- que dichos seres ya no están aquí, en esta realidad con nosotros.

Anteayer, todos los del poder se pusieron de acuerdo para hacer una breve visita al lugar del siniestro, en Latimer Road.  La primera en llegar fue Theresa May con su equipo de seguridad y un importante despliegue policial. Además, vetó a la prensa y lo único que sabemos de dicha visita son unas cuantas fotos sacadas por 1 o 2 fotógrafos elegidos por el gobierno.  En una de esas fotos, vemos como la Primera Ministra (PM) en funciones, alza la cabeza y observa la Torre Grenfell sin ninguna emoción y totalmente indiferente a la realidad que le rodea. Los residentes de la zona no pudieron acercarse a la presidenta ni tampoco la Señora May tenía intención alguna de hablar con ellos, ya que, según algunas voces oficiales, le hubieran impedido llevar a cabo su importante trabajo de observación. No es sorprendente, por tanto, que los residentes de Latimer Road estén indignados. Primero pierden a familiares y a amigos en el incendio -incendio que a su vez pudo ser evitado si el Ministerio responsable se hubiera preocupado por el estado de la Torre- pierden su vivienda y sus bienes personales, sus recuerdos, lo pierden todo y por encima Theresa May va y los ignora. ¡Indignante! ¡Qué líder tan ejemplar tenemos en el Reino Unido!

Después fue el turno del alcalde de Londres Sadiq Khan. Tuvo muchas dificultades en llegar al lugar del suceso, ya que fue inmediatamente rodeado por una multitud de residentes que le abuchearon e insultaron nada más verlo. Señor Khan, no vuelva usted a Latimer Road porque se ha salvado por los pelos.

También estuvo presente en la zona de la catástrofe el líder laborista Jeremy Corbyn, el único que fue recibido con cariño, y también el único representante político que pudo entablar conversaciones cordiales con las familias de las víctimas. Muchas de éstas se le quejaron de la presencia e indiferencia de la primera ministra Theresa May.  Otra personalidad importante que se acercó a la zona del siniestro incendio fue el representante del telediario de Channel 4 News, Jon Snow -el medio de noticias neoliberales por excelencia- que corrió la misma suerte que Sadiq Khan: los residentes le rodearon e insultaron por doquier. ¿Por qué ha venido usted aquí ahora que solo hay muerte? ¿Por qué no se pasó usted por aquí antes cuando hacía falta que alguien informara al mundo de las malas condiciones de la Torre? – gritó más de un residente indignado.

Según redactaba este artículo, miembros de la Casa Real hacían preparaciones para visitar la zona de North Kensington y la Reina Isabel II memorizaba su discurso de cumpleaños para dirigirse al pueblo en breve. Mientras, los residentes indignados, las familias de las víctimas, gente de la zona de North Kensington y el pueblo más humilde de West London se unían para recorrer Regent´s Street y otras famosas calles del centro de Londres y mostrar así su  indignación ante lo ocurrido. Los residentes de Latimer Road han sido castigados con la peor de las penas, pero mantienen su dignidad y la  ilusión por la vida.