Por Ilan Baruch, Yehudit Yinhar e Ina Darmstädter
Miles de israelíes y palestinos participaron en la ceremonia alternativa del día de la memoria que organiza cada año Combatants for Peace y Bereaved Parents Circle, dos importantes movimientos por la paz israelita-palestinos. En la víspera del Día del Recuerdo israelita se rinden honores a los caídos de ambos bandos de este sangriento conflicto. Este año, debido a que Israel se negó a permitir la participación de palestinos, la ceremonia se realizó en Tel Aviv y fue transmitida en vivo a un gran público en la ciudad de Beit Jala, en West Bank, y en muchas ciudades de todo el mundo.
Alrededor del lugar de la conmemoración en Tel Aviv, una multitud de agresivos activistas nacionalistas gritaban consignas plagadas de odio, y luego se pusieron aún más agresivos y le lanzaron objetos contundentes y bolsas con orina a los participantes que salían del lugar.
Entre las reacciones a esta situación, hubo un tweet atribuido al ministro de educación Naftali Bennett que decía que “las personas que guardan luto por los asesinos de bebés y los que ponen bombas en los buses no deberían irritarse tanto con los escupitajos, los empujones y el agua”. Aunque posteriormente Bennett declaró que él no había autorizado este mensaje, ha ignorado completamente la indignación que el mensaje provocó y sigue denostando la ceremonia.
Este es un síntoma de la demonización sistemática con que el gobierno israelí intenta difamar a los movimientos por la paz en Israel, y no es una coincidencia que esto suceda tan luego después de que el primer ministro Netanyahu rechazara la reunión con el ministro del exterior de Alemania argumentando que su itinerario incluye reuniones con Breaking the Silence y B’Tselem. Afortunadamente, el ministro Gabriel no cedió ante la coerción.
Con sus políticas de deslegitimizar las actividades de las ONG por la paz y los derechos humanos, el gobierno israelí está siendo directamente responsable de la preocupante atmósfera que reina actualmente, y que lamentablemente nos hace recordar el asesinato del activista por la paz Emil Greenzweig del primer ministro Yitzhak Rabin.
Creemos que todos los gobiernos deberían preocuparse de advertirle al gobierno israelí que esta situación no va a seguir siendo tolerada. Israel se está hundiendo rápidamente hacia el abismo. Es necesario que el resto de los países lo hagan despertar. Por favor, ayúdanos a hacerlo.
La Ceremonia Del Día Del Recuerdo de israelíes y palestinos reunidos se realizó por primera vez hace 12 años en un pequeño evento alternativo independiente, y ha ido creciendo cada año.
El día del recuerdo es un feriado nacional en Israel. Está dedicado a aquellos que murieron luchando por Israel o por la comunidad judía anterior a la fundación del estado israelí, y a las víctimas israelíes de la violencia política. Este día tiene un lugar muy importante dentro de la sociedad judía israelí: se celebran conmemoraciones oficiales en las que participan líderes de la política y el ejército israelíes, y en todo el país se hacen muchas reuniones privadas de conmemoración.
Este evento se ha convertido en una poderosa herramienta para darle forma a una nacionalista y parcial narrativa de sacrificio. Las ceremonias intentan justificar el status quo político e ignoran el hecho de que la violencia le ha hecho perder la vida a miles de israelíes y palestinos.
La afirmación más importante de la Ceremonia Del Día Del Recuerdo de israelíes y palestinos reunidos es que la violencia no va a terminar si seguimos separando nuestro propio dolor y nuestras pérdidas de las de los demás. La ceremonia fue fundada por Combatants for Peace (nominados al premio Nobel de la paz 2017) y Parents Circle Family Forum.
El 30 de abril, Combatants for Peace escribió lo siguiente:
“Queridos amigos, este año la tendencia a radicalizar e intimidar llegó a un nuevo extremo en contra de nuestra ceremonia del recuerdo. Se pusieron muchos obstáculos para que los activistas palestinos no pudieran llegar a esta ceremonia, que hemos realizado en conjunto porque ya 12 años. A pesar de todos nuestros intentos a nivel político y legal, nuestras solicitudes de permisos de entrada a Israel fueron rechazados. Los mecanismos de separación e intimidación y el discurso público cargado de odio son muy intensos, y rechazan la mano que les ofrece la paz desde el otro lado.
Sin embargo, los intentos de atemorizarnos, callarnos y separarnos no lograrán hacernos olvidar que el cambio sólo puede ocurrir cuando estamos juntos. Mañana realizaremos la ceremonia, como estaba planeado. Al mismo tiempo, estamos arreglando una manera para que los palestinos que no pudieron recibir permisos de entrada a la ceremonia nos acompañen desde Beit Jala, en West Bank, en una reunión, que estará comunicada con el evento de Tel Aviv por una transmisión en vivo para que podamos conmemorar juntos los recuerdos de nuestros seres queridos, y exigir juntos la paz, reconciliación y esperanza. Porque el cambio está en nuestras manos y la guerra no es un acto de fe”.
Por muchos años ha sido un desafío lograr obtener permisos para que los activistas palestinos puedan participar en la ceremonia en Tel Aviv. Este año, como respuesta a un incidente en el que un adolescente palestino apuñaló a cuatro personas en la costa de Tel Aviv, el ministro de defensa de Israel Avigdor Lieberman (que vive en la zona de ocupación de West Bank) congeló los permisos a palestinos, y declaró toque de queda hasta que termine el Día De La Independencia De Israel, el martes en la noche. Nosotros observamos que esto es una especie de mantención y renovación de la narrativa de “nosotros” y “ellos”, esa narrativa que profesa el conflicto y reprime los intentos por cambiar la situación y avanzar hacia la paz mediante actos constructivos”.
Traducido del inglés por Emilio Stanton